CAPITULO XVI

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Tiempo.

El invierno ya se estaba asentado, había llegado con su manto frío, cubriendo todo a su paso con un silencio profundo. Las hojas de los árboles ahora yacían inmóviles en el suelo esperando ser cubiertas completamente por una capa de escarcha.

El aire se volvió más denso mientras las primeras nieves caían suavemente, transformando el paisaje en un blanco lienzo. Era sin duda la estación más hermosa, y la favorita de Renesmee al parecer.

Jacob y Edward se encontraban en el vehículo del mayor junto a su hija. Esa mañana su pequeña lo había recibido con una gran sonrisa mientras daba pequeños brinquitos, se la veía muy emocionada.

Para el moreno no era raro ver a su hija recibiendolo junto a Edward con una sonrisa en su pequeño rostro, lo que si le extrañó fue verla muy emocionada. Black no entendía lo que pasaba así que decidió hacer una pregunta silenciosa a su pareja esperando que le explicara lo que sucedía.

Edward no tardó en explicarle lo que pasaba, según lo dicho por el vampiro Alice estuvo hablando temprano en la mañana con la niña. Le habló de lo lindo que era el invierno y aún más la nieve, le mostró distintas imágenes de copos mientras los clasificaba del más sencillo al más difícil de encontrar, según su propia criterio. La vampira había despertado, sin querer pero con intención, una curiosidad en su pequeña sobrina.

Por supuesto, como buenos padres, Jacob y Edward estaban más que dispuestos a cumplir cualquier petición de su adorada pequeña. Aún si eso significaba pasar horas parados mientras veían a su hija jugar.

Habían batallado un poco eligiendo que abrigo ponerle a la niña dado el clima de la mañana, aún más por el lugar a donde se dirigían. En el bosque no se notaba del todo la llegada de la fría estación así que irían un poco más lejos donde si encontraran lo que Renesmee buscaba.

El vehículo de Edward los había ayudado bastante, según el vampiro. Aún si Jacob le dijo que no era necesario porque podían caminar, Cullen no deseaba de acuerdo que su pareja y su hija caminaran un largo tramo con ese frío clima, especialmente su pequeña.

No tardaron demasiado en llegar a su destino. Edward los había llevado a un claro alejado un poco del bosque, los árboles estaban alejados dándoles una despejada vista del cielo y la caída ligera de copos de nieve.

--- Sacaré tus guantes por un breve momento--- Renesmee asintió suavemente a las palabras de su madre---. Cuando tengas tus manos rojas tienes que volver, o si no puedes enfermar.

Jacob no estaba del todo consciente si su pequeña se podía o no enfermar como cualquier niño normal, pero era mejor decirle eso o de otra forma no tendrán forma de llevarla a casa.

Renesmee corrió feliz y libremente por el claro, sus pequeños brazos estaban extendidos para sentir la nieve caer despacio en sus manos. Su pequeño rostro estaba levantado, sus ojitos marrones observaban con gran curiosidad el cielo de un lado a otro esperando paciente.

Edward y Jacob estaban a unos metros cerca del vehículo, ambos adultos observaban atentamente a su pequeña saltar de vez en cuando o mirando su pequeña mano con detenimiento y después seguir haciendo las mismas acciones una y otra vez.

--- Parece divertirse--- el vampiro le tendió un vaso con café caliente a su pareja mientras se sentaba a su lado.

--- Si. Es la primera vez que la veo interesada en otra cosa que no sea libros.

--- Culpa a Alice.

--- No digo que me moleste, pero hubiera preferido que le interesara otra cosa, no copos de nieve.

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