Lluvia de Estrellas

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Un día que cualquiera podría decir era normal, transcurría en la Corporación Cápsula. El mayor del los matrimonios Brief, estaba atendiendo a todos los animales que tenían como mascotas. Trunks, el hijo de Bulma y el guerrero Vegeta, estaba en su habitación fingiendo que estudiaba aunque en realidad estaba plácidamente dormido, pues luego de entrenar y comer sin control alguno, cayó rendido casi al instante sobre la alfombra.

Mientras tanto, príncipe de los Sayajin se duchaba en la habitación que compartía con la mujer gritona, como él la llamaba; Bulma, la esposa de uno de los mejores guerreros y de los más fuertes del universo, se encontraba raramente en la sala mirando la televisión, al parecer dentro de una hora comenzaría una lluvia de estrellas que sería un evento visible en casi todo el mundo, muy hermosa y por supuesto romántica. La mujer corrió hasta su habitación.

Vegeta estaba de pie frente al espejo... desnudo, casi se ponía la ropa interior cuando la peliazul entró.

-¡Veg...¿qué haces desnudo? -el guerrero la miró de los pies a la cabeza y viceversa.

-Me estoy vistiendo -respondio con una cínica sonrisa ella se sonrojó.

-Ay pues termina de hacerlo.

-¿Por qué? -dejó el bóxer a un lado y cruzó los brazos sobre su pecho.

-Porque sí -carraspeó nerviosa -Habrá una lluvia de estrellas y quiero verla contigo. Te espero arriba y no me hagas bajar por ti -la peliazul salió de la habitación aún sonrojada. Habían pasado ya varios años desde que estaba con Vegeta y aún la hacía sentir nuevas cosas con su sola presencia altamente masculina.

Vegeta por su parte, se puso la ropa interior, un pantalón azul con una camiseta gris y claro, sus botas blancas. Solo cuando estaba en casa se daba el lujo de olvidar sus guantes de combate. Salió por el balcón y voló hasta la azotea, donde Bulma esperaba sentada en la orilla del edificio mirando ansiosa al cielo. Se sentó junto a ella sin decir una palabra. Ambos se dedicaron únicamente a mirar las estrellas esperando el hermoso suceso aún en silencio.

Ya había pasado más de una hora y al no notar nada, Bulma parecía triste y decepcionada.

-No ha pasado nada, llevamos más de una hora aquí y no hay estrellas fugaces -suspiró con tristeza -Vamos a dormir Vegeta

Eso puede cambiar. Pensó el Sayajin después de ver esos ojos azules casi siempre alegres ahora tristes.

-Cierra los ojos -la peliazul lo miró sorprendida.

-¿Eh?, pero...

-¡Sólo hazlo, Bulma! -el pelinegro se estaba irritando.

-Okey, okey -Bulma cerró los ojos y Vegeta lanzó una bola de ki al cielo y esperó un poco.

-Ya puedes abrirlos -la peliazul abrió los ojos lentamente y se sorprendió al ver el antes oscuro cielo, ahora tan iluminado por estrellas fugaces que parecían fuegos artificiales.

-¿Pero... esto es real? ¡Estrellas fugaces reales!

-¿Lindo, huh?

-¿Fuiste tú? ¡Es increíble! ¿Cómo lo hiciste?

-Es... un secreto -maravillada Bulma se abrazó a Vegeta tomándolo del cuello.

-Oh, Vegeta es tan romántico. Gracias -el Sayajin correspondió al abrazo de la peliazul pasando su brazo por su delicada cintura.

-Oh, cállate mujer...

No debería decirte que destruí Venus solo por ver tu hermosa sonrisa.

Así siguieron hasta que finalmente la lluvia de estrellas dejó de verse.

Al siguiente día...

Bulma se encontraba mirando la televisión otra vez. Esperaba que dijeran algo acerca del extraño evento de anoche.

Noticias de última hora.

Nos han informado que un rayo de luz de origen desconocido, impactó en el planeta Venus y éste explotó, por lo que el fenómeno que se pudo apreciar ayer por la noche no fue una lluvia de estrellas, sino fragmentos del planeta Venus.

Bulma soltó una risita, Vegeta había destruido el planeta Venus solamente por ella.

Simplemente Por Ti 》Vegeta y Bulma《Donde viven las historias. Descúbrelo ahora