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-¡Joder!-Grito acelerada mientras corro por el pasillo de la clínica.

Como de costumbre me quedé dormida pero esta vez no ha sido mi culpa llegar tarde. Siempre que me levanto me quedo unos minutos en la cama mirando al techo intentando despertarme. Hoy la gran idea que han tenido los chicos es de hacerme soplar las velas a las ocho y media de la mañana, sabiendo de antemano que iba a llegar tarde. La puerta de la primera habitación se abre y veo a Carmen con una sonrisa venir hacia mí.

-Felicidades guapísima.-Se abalanza sobre mí. Cuando nuestros cuerpos se juntan me desequilibro pero un mano en mi espalda me para.-Y feliz último día.-Me dice ahora triste.

Mi corazón palpita más rápido al recordar lo que mi amiga me había dicho. Hoy es mi último día de prácticas y dentro de unas semanas yo tendré que buscar ofertas de trabajo. Estoy triste y a la vez feliz porque no solo me llevo un mes de pura felicidad, dentro de lo que cabe, sino que también me llevo a varios compañeros que se han hecho amigos. La mano de Ezequiel acaricia mi espalda y me tengo que girar para abrazarlo. Deja un beso en mi mejilla y se aparta deseándome un feliz cumpleaños.

-Bueno, tienes suerte de que Luis no ha llegado todavía así que ve a picar antes de que llegue.-Me alienta mi compañero.

Me dirijo al escritorio y dejo todas mis cosas en la percha detrás de mí. Me siento en la silla y relleno los datos para poder apuntar que estoy trabajando. La puerta suena y Merche, mi primer "cliente" me sonríe. Detrás de ella aparece Javi, muy apurado y su mirada se fija en mí. Con una mano le digo que yo le pico y él corre a cambiarse.

-Puedes pasar Merche, la de siempre.-Le señalo el pasillo. Ella me sonríe y se aleja por este.

Meto los datos de mi compañero y voy hasta mi consulta. Antes de entrar Javi me para abrazándome y dejando un casto beso en mi mejilla.

-Felicidades preciosa.-Su sonrisa es enorme y yo lo vuelvo a abrazar.

-Gracias.-Se separa de mí mirándome.

-Podemos ir a cenar.-Mi cara de felicidad desaparece y él parece darse cuenta.

-Lo siento, voy a pasar el día con mi familia y...

-No está bien, está claro. Lo siento yo.-Lo avergonzado y vuelvo a dejar un beso en su mejilla.

-No te preocupes.-Me vuelvo para abrir la puerta pero lo miro.-Gracias igualmente por acordarte.

Javi niega con la cabeza sonriendo y es lo último que veo cuando cierro la puerta. La mañana se pasa bastante rápido a comparación de otros días y me alegro bastante. El día de mi cumpleaños se me hace muy pesado al recordar a mi familia. Sin embargo, Carmen trata de mantenerme contenta trayéndome comida y un dulce con una vela para que lo sople. Ella es con la que más confianza tengo debido a que hablé con ella sobre lo que me pasaba. Sabiendo que su terapia no iba a ser tan efectiva porque me conocía le pidió ayuda a una amiga suya, también psicóloga. Desde ese día hablo con Lurdes, mi nueva psicóloga, sobre mi padre y mi abuela. Me ha ayudado muchísimo y siempre está dispuesta a hacer cualquier cosa con tal de recuperarme. Por otro lado, el tema de Pedri sigue ahí, me emborracho para intentar olvidarlo pero es en vano. Ahí entra Ferran, que me dice que le hable, no tengo el valor ni las ganas de hacerlo por como me dejó.

Las cinco horas se pasan volando y cuando me doy cuenta son las dos y media. Hablo un rato sobre lo que voy a hacer esta tarde con Carmen y Ezequiel mientras me quito el uniforme. Los chicos me animan a que seguro que los vuelvo a ver y me pongo demasiado triste al tener que despedirme de ellos. Al ser mi último día todo lo que me hacía feliz me ha dado un poquillo de pena. Ezequiel, con el cual he estrechado bastante mi relación desde que me llevó a conocer a su novio, me abraza fuerte deseándome un buen futuro.

Limerencia. - Pedri GonzálezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora