Capítulo 3: "El niño prodigio"

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   Finalmente, llegó el lunes. Todavía estaba sorprendida por los acontecimientos que ocurrieron en el festejo del cumpleaños de Mei Ling, pero ahora tenía otro problema; mis calificaciones.
   Deshonra, me sentía una deshonra para mi familia. Mis notas cada vez eran más bajas.
No sabía qué hacer, odiaba la literatura, la detestaba en verdad.

   Solía sentir que era todo lo contrario a mis primas y a Kyon. Cuerpos perfectos, caras bonitas, estilos de vida soñados, fiestas espléndidas, atuendos glamorosos... yo no tenía nada de eso. Lo que me molestaba era el hecho de que mi familia paterna, en especial mi abuela, me lo recordara cada segundo. No era ellas, era diferente y no lo aceptaban. Se burlaban de mí por vestirme a mi manera, y yo me burlaba de ellos por estar esclavizados a modas ridículas y pasajeras.

   Pero bueno, ese no era el caso. No sabía qué sería de mí si no aprobaba la asignatura. Tenía que buscar a alguien que me ayudara... y tenía que ser lo más pronto posible.

   El cielo gris y las voluminosas nubes conformaban el paisaje del lunes. Llevaba una camiseta negra algo ajustada, con unos jeans anchos del mismo color y unas zapatillas blancas. Era un atuendo algo desabrigado para el clima que hacía, pero el abrigo que traía puesto, de suave tela de algodón por dentro y de un tono gris claro, era suficiente para que me protegiera del frío.

   Caminando pacíficamente, llegué a la escuela. Me sorprendí al ver a todos los estudiantes en los pasillos, sin contar que las paredes estaban llenas de carteles de bienvenida de llamativos colores. Estando adentro vi a una de mis profesoras, poseedora de unos definidos
rizos castaños, sus ojos eran cafés, su piel era pálida y su figura era bastante delgada. Intrigada, decidí acercarme para preguntarle qué estaba pasando.

Buenas, profesora — La saludé intentando ser lo más respetuosa y amigable posible. — ¿Usted sabe por qué están todos en el pasillo?

Buenos días, joven Yang — Me saludó con una leve sonrisa —, estamos todos reunidos para recibir al niño prodigio.

¿“Niño prodigio”? — Le pregunté a la profesora con confusión.

   “¿Quién se supone que es el niño prodigio?”, pensé.
   Repentinamente y cuando la profesora abría levemente sus labios para contestarme, apareció una chica corriendo, agitando su corto cabello rubio y su vestido blanco mientras realizaba esta acción.

¡Ya está aquí! — Gritó con felicidad la chica.

   Por alguna extraña razón, no pude evitar escuchar la conversación de las chicas populares de la escuela, aquellas millonarias que se vestían como si estuvieran en una discoteca de barrio y que por desgracia incluía a Bethany, con quien creía compartir una gran amistad.

R O T A // PJ Masks (Ninyu/Nicolén) [RESUBIDA / EN CURSO / EN EDICIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora