9. Poor baby.

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𝙿𝚘𝚋𝚛𝚎 𝚋𝚎𝚋𝚎.
𝙰𝚊𝚍𝚢𝚊 𝙰𝚍𝚍𝚊𝚖𝚜

— ¿Entonces ya has visto al mounstro en tus sueños? — Pregunto y el asiente. — Por eso te preocupaba que nosotras fuéramos tras el, ¿verdad? —El asiente de nuevo.

— Vi como esa cosa despedazaba a una persona. Cuando llegue y vi como estabas me asuste, creí ta había hecho daño. ¿De verdad eso es humano?

— Si, y tengo una leves sospecha de que es alguien que conozco. Pero eso si, no se quien. ¿Podemos empezar con las clases de arte?

— Seguro, princesa. — Dijo el sonriente. — Hoy aprenderemos...

— ¡Ay no! No hagas como profesor y yo la alumna. Sería ilegal cualquiera que sea lo casa que tenemos. — Dije apuntándonos.

— ¿Tenemos?

— Xavier, nos besamos cada dos minutos. Y me dices hermosa cada dos por tres. — Hablo ante su sonrisa coqueta.

— Ah, estas diciendo que tenemos algo, ¿cierto?

— Sigue con eso y no habrá nada. — El asiente burlón.

— Bueno, no actuare como tu profesor. Pero como tu algo, te digo que primero vamos a aprender lo más básico. — Asiento antes que el vuelve a hablar. — Hoy serán las líneas. Estas sirven para conectar dos puntos en el espacio. Podemos definirla como unión o aproximación de varios puntos. Casi siempre genera dinamismo y define direccional mente la composición en la que la insertemos. Las líneas pueden de ser variadas. Pueden ser, según su posición, horizontales, verticales, diagonales curvas o discontinuas, y según su aspecto, gruesas, finas, quebradas e infinidad de variaciones más. — De alguna manera entiendo cada palabra que sale de su boca, y asiento. — ¿Entiendes?

— Si, pero, ¿que haremos? — Pregunto curiosa.

— Líneas, solo haremos líneas. Puedes hacer dibujos a base de estas, pero solo líneas. — Explica el.

— Bueno, ¿donde?

— Puedes unas uno de mis cuadernos. — Me dice mientras busca uno y me lo entrega.

— ¿Y tu que harás?

— Terminaré un dibujo. — Asentí y empece a hacer unas líneas. Solo líneas al azar, sin pensar en nada.

Poco a poco pude disipar un dibujo. No era algo detallado, pero podía notar una cosa en especial, era Alex. Reconozco su corto cabello pelirrojo, con sus ojos azules. Me maldijo internamente. ¿Por que no me deja en paz? Incluso en recuerdos, me acecha como hace años. — Oye, Aadya, ¿estas bien?

— Si, solo... — Su cínica risa retumbo en mi cabeza y mis palabras se quedaron en el aire. Me quede mirando en un punto fijo.

— ¿Quien es? — Me pregunta viendo mi dibujo.

— Ah, solo es...— Me pasa lo mismo que la ultima vez y me quedo ahí, recordando sus gritos. Mis gritos, en el momento donde todo empezó, siento como la electricidad corre por mis venas, siento mi cabello empezar a subir y como una energía roja me envuelve poco a poco. — Alguien que no se merece que me pongo así. — Reaccionó y bajo mi cabello con rapidez. — El mismísimo diablo. — El me mira y enrolla sus brazos a mi alrededor.

Te odio Addams. // Xavier Thorpe. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora