Sábado, 11 de noviembre
Clara
Cenamos en silencio y escuchamos la televisión desde la mesa. Rodrigo devora todo con ansias mientras Lucas lo piensa dos veces para comerse la carne de su plato.
Durante la mañana mi marido llevó a nuestro hijo a conocer un poco más la ciudad. Pasearon por muchos lugares increíbles,jugaron fútbol en un parque bastante cerca de aquí y se tomaron muchas fotos. Nunca pensé que Gramado fuese tan lindo.
Entre los dos me animaron para que fuera con ellos,pero me negué con la excusa de que tenía un fuerte dolor de cabeza a causa del estrés de la mudanza.
Pasé todo el día tirada en la cama sin deseos de nada. Mamá me llamó como más de cien veces. Estaba preocupada por mi,a pesar de la distancia siempre sabe cuando estoy triste. La conversación de anoche con Raquel me robó las pocas fuerzas que estaba comenzando a adquirir de nuevo.
El solo hecho de pensar en ese monstruo suelto por las calles me estremece. ¿Cómo podía un hombre como él estar libre por ahí? ¿Es que no hay seguridad en las prisiones? Lo cierto es que no.
Brasil es un país hermoso,lleno de diversidad y una cultura exquisita. Pero no podemos negar los tantos problemas que abundan en nuestro país. Uno de ellos es la gran corrupción y la violencia en las calles.
-Julia nos invitó a cenar ¿recuerdan? -digo antes de llevarme un trozo de carne a la boca. Rodrigo y Lucas se miran entre sí
-Ay amor nosotros estamos muy cansados hoy -comenta mi esposo que ya ha terminado de comer -¿Te molesta si no vamos?
-Yo tengo mucho sueño mamá -añade mi niño bostezando -Creo que me acostaré enseguida
No pude convencerlos para que fueran conmigo. Después de recoger los platos Rodrigo me ayudó a lavarlos y subió a dormir. Estaban agotados.
Me miro en el espejo de la sala antes de irme. Llevo una blusa negra y un pantalón a juego. Mi cabello suelto cae en pequeñas ondas por mi espalda,he peinado mi flequillo a ambos lados de mi frente. Guardo mi teléfono en el bolsillo poniéndolo en vibración y abro la puerta cerrándola al salir.
Toco dos veces y espero en la entrada de la mansión. Esta vez no tuve que cruzar la cerca,la ha dejado abierta. El calor de noviembre ya comienza a sentirse por las noches,aunque el clima aquí en Gramado no suele ser tan caluroso como en Río de Janeiro.
Julia tarda varios minutos hasta que por fin aparece tras la puerta con una inmensa sonrisa al verme.
-Viniste Clarita -me da un beso en la mejilla con su expresión alegre
-Por supuesto. No acostumbro fallarle a mis amistades -mis ojos viajan al interior de su casa y ella parece notarlo
-¡Pero que tonta soy! Ni te he mandado a entrar. Bienvenida a mi humilde morada -me hace una reverencia como en las películas y me rio como una tonta -Adelante,siéntete como en tu casa
-Gracias -entro y me siento a gusto al sentir el aire acondicionado. Entonces me dedico a apreciar la belleza que tengo delante -Julia tu casa es preciosa
-Gracias pero no es para tanto,vamos siéntate -me guia hasta uno de los sofás que se encuentran en medio de la sala
Debo parecerme a esas niñas pequeñas que se queda asombradas obervando los castillos de los dibujos animados,es así como me siento.
No puedo apartar la vista de cada detalle de la lujosa decoración. Las paredes pintadas de blanco,todos los muebles blancos,sin contar cada cuadro o lámpara que resalta aún más la elegancia de la casa.
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La Chica De Enfrente [EN PROCESO]
Ficção GeralClara tenía una vida color de rosa, hasta que una trágica muerte derrumbó su mundo perfecto. Tras mudarse a una nueva ciudad conocerá a Julia, su vecina por la que se sentirá fuertemente atraída. ¿Pero será capaz de abandonar a su esposo para vivir...