𝐞𝐬𝐩𝐢́𝐥𝐨𝐠𝐨

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Y vaya que las cosas cambiaron siglos después, pero será mejor que explique todo con partes, empezando por el mundo mortal

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Y vaya que las cosas cambiaron siglos después, pero será mejor que explique todo con partes, empezando por el mundo mortal.

Hay una sola palabra que describe todo el principio. Caos, ni más ni menos.

Definitivamente fue todo un caos cuando los mortales empezaron a ver horrendas y extrañas criaturas alrededor de ellos.

Los monstruos, al no tener niebla, las opciones que tenían era esconderse y sobrevivir en las sombras, los mortales habían acatado el pánico y todo el mundo quedo fundido en el Caos.

Sin embargo, al enterarse de toda la verdad no les quedó de otra que recuperar las antiguas costumbres, adaptarse a el nuevo mundo, las nuevas cosas y volver a creer y venerar a los dioses.

Para los semidioses fue más fácil, por decirlo de alguna forma, no tenían la necesidad de esconderse, a excepción de lugares específicos que quedaron con la niebla, no porque fueran un peligro, sino porque era mejor mantener a los mortales lejos de allí.

El campamento, la entrada al Olimpo, las dos entradas al inframundo, entre otras cosas de importancia.

Los campamentos se terminaron fusionando, finalmente los romanos terminaron por entender, y a pesar de todo lo que pasó, comprender finalmente lo que sucedió, ambos campamentos se unieron.

En cuanto a semidioses en general, la cosa era más fácil de llevar, se reconocían desde niños pequeños y se les entrenaba desde ese momento, por lo que la probabilidad de morir a manos de monstruos disminuyó considerablemente.

Y por lo que querían saber todo va así, al menos en general.

Mientras que el Olimpo...

El Olimpo nunca pudo estar más brillante que como lo estaba en ese momento.

¡No bajes la mirada!  La de pelo castaño golpeó con fuerza a la pequeña rubia.

La pobre niña respiraba pesadamente, pero aún así la enorme sonrisa no podía salirse de su rostro, estaba feliz y a pesar de recibir unos buenos golpes de parte de su tía, podía entrenar con la diosa de la guerra.

Ya déjala Clarisse  Un Will mucho más maduro apareció con el ceño fruncido, viendo un gran moretón en la pierna de la pequeña rubia.

¡Papá! la pequeña soltó su espada y corrió hacia Will.

Este sonrió y la abrazó con fuerza.

¿La tía Clarisse fue muy bruta, Maddie?

Maddie negó con la cabeza, para luego asentir levemente

Un poquito murmuró sonrojada ¡Pero logré herirla en el brazo!

Will miró a Clarisse con una ceja alzada, la castaña asintió orgullosa mostrando una pequeña cortadura en el brazo derecho, estaba criando a su sobrina como una guerrera y ella estaba orgullosa.

𝑯𝑰𝑱𝑨 𝑫𝑬 𝑪𝑹𝑶𝑵𝑶𝑺Donde viven las historias. Descúbrelo ahora