¡Papi quiero ser un vengador! Irondad-Spiderson

Capítulo 10

Estaban todos los Vengadores reunidos. Capi les estaba leyendo el informe de la última misión. Cuando terminó, comenzó a explicar la misión de hoy y designó a los Vengadores que tenían que ir. Sin embargo cuando nombró a Tony, en lugar de asentir con la cabeza al igual que los demás, se levantó y dió una escusa precipitadamente para despedirse de ellos y salir de la sala de reuniones.

- Eh Tony, - dijo Steve incorporándose para seguirle - no puedes irte como si nada ni cuando quieras, la reunión no ha terminado y se te ha asignado una misión. Hay trabajo que hacer.

- Capi, - dijo Tony dándose la vuelta - tengo cosas más importantes que ir a un simple evento de las Naciones Unidas.

Tony se volvió a dar la vuelta y salió de la habitación. Steve puso mala cara.

- Ha estado muy distraído en la reunión, - dijo Bruce - déjalo, ya vendrá cuando pueda.

Ninguno hizo más comentarios, terminaron la reunión como de costumbre y cada uno se fue a cumplir con lo que tenían que hacer.

Los únicos Vengadores que se habían quedado en la Torre, además de Tony, eran Natasha y Bruce. Bruce estaba trabajando en su laboratorio y Nat entrenando en uno de los gimnasios.
Cuando ya llevaba bastante tiempo con su entrenamiento decidió ir a hablar con Tony. Quería averiguar que le pasaba, ayer estuvo bien en la misión pero hoy en la reunión había estado demasiado distraído.

Subió hasta el taller de Tony pero para su sorpresa no estaba allí. Extrañada le preguntó a Jarvis.

- Jarvis, - dijo en voz alta - ¿Dónde está Tony? Necesito hablar con él.

- Lo siento señorita Romanoff, - contestó la IA - el señor Stark me ha pedido que nadie le moleste esta mañana.

- Está bien, gracias Jarvis. - resopló Nat - Me tocará buscarle por toda la Torre.

Iba a empezar su búsqueda cuando se dió cuenta de que seguía con su traje de entrenamiento, así que fué directamente a su habitación para darse una ducha y cambiarse.

En ese momento, en otra habitación, estaba un pequeño niño despertándose, mientras el genio, millonario, padre y filántropo le observaba aún con dudas.

- Hey, - saludo Tony - buenos días.

El pequeño se despertó rápidamente al darse cuenta de que no estaba en la habitación del orfanato. Y enseguida se acordó de todo lo que había pasado la tarde anterior. Curiosamente observó que su mini robot estaba en la cómoda de la habitación, no recordaba haberlo puesto ahí, de hecho, no recordaba cómo había llegado él hasta allí.

Peter se quedó en silencio sin saber que hacer. Tony pensó que era un niño de pocas palabras, lo que aún no sabía era que en cuanto el pequeño tuviera confianza sería imposible hacerle callar.

- ¿Quieres desayunar algo? - pregunto Tony amablemente - Bueno si quieres irte te puedo llevar ya al orfanato.

Tony deseaba que se quedara allí con él, pero comprendía que quizás querría volver al orfanato pues a lo mejor no estaba agusto con él.

- Vale. - dijo tímidamente Peter

- ¿Quieres desayunar o quieres volver? - dijo Tony sin saber a qué se refería con aquel vale.

- ¿Puedo desayunar contigo? - preguntó el pequeño.

- Por supuesto, - contestó alegremente - vamos a la cocina.

Tony salió de la habitación con Peter siguiéndole y tras recorrer el largo pasillo llegaron hasta la cocina.

Sin embargo cuando entraron se sorprendieron al ver que de espaldas a ellos estaba Nat preparándose su desayuno, y al escuchar pasos, se dió la vuelta para ver quién venía.

- Hey Tony - dijo Nat sin fijarse en Peter - te iba a ir a buscar ahora para hablar contigo.

Tony iba a decir que ahora estaba ocupado con un asuntillo, pero no fue necesario porque enseguida Nat bajó la cabeza y descubrió cuál era aquel asuntillo.

- ¿Tony que hace este niño aquí? - pregunto Nat perpleja - ¡No me digas que es hijo tuyo!

- ¡¿Qué?! - se asustó Tony - ¡No! ¡No!