Capítulo 3

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Era por la mañana y los niños del orfanato comenzaron a despertarse. Los más mayores ayudaban a los pequeños mientras se vestían e iban a desayunar.

En aquel orfanato vivían aproximadamente 20 niños sin familia. Algunos tenían hermanos, como Wanda y Pietro, otros llevaban ya muchos años allí, como una chica llamada Skye, que aunque varias veces la habían adoptado, siempre la habían devuelto al orfanato porque decían que era demasiado desobediente.
Skye era algo traviesa y no solía hacer caso a los mayores, pero al ser devuelta al orfanato tantas veces su carácter sólo hacía que empeorar cada vez más. Se ponía muy triste cada vez que volvía al orfanato y aunque ella lo intentaba ocultar y hacia como que no pasaba nada, los hermanos Maximoff lo notaban e intentaban animarla siempre.
Se llevaban bien con ella y aunque a Skye no le caía bien casi nadie, los gemelos y Peter eran la excepción. Ella los cuidaba y protegía como si fuera su hermana mayor, sobre todo a Peter, que no tenía a nadie más.
Aún así, estaba deseando cumplir los 18 para poder irse de aquel orfanato y ganarse la vida ella sola, al igual que la mayoría de los niños de aquel orfanato.
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Era por la tarde y dentro de poco sería la hora de la merienda, pero ese día era especial, iba a venir una pareja a adoptar a un niño. No solía venir mucha gente a adoptar y todos deseaban ser los elegidos para vivir con una familia.

Sonó el timbre en el orfanato y todos se pusieron muy nerviosos. La directora fue a recibir a la pareja y les hizo pasar a su despacho. Después de un rato salieron los tres y fueron a la sala de juegos donde estaban todos los niños, para ir hablando con cada niño y conocerles.

A Peter le agradaron mucho, le recordaban a sus tíos y echaba tanto de menos tener una familia... Pensó que quizás ellos podrían darle esa oportunidad, de volver a tener un hogar y unos padres, y dejó de un lado su timidez para hablar con ellos.

- Ho-hola, soy Peter, Peter Parker - dijo con una pequeña sonrisa - tengo cinco añitos y-y me gusta emm... ¡construir cosas!

- Hola Peter, - dijo la chica - encantada de conocerte.

Estuvieron un rato hablando, tanto que todos pensaron que querían adoptar a Peter.

-¡Mirad! - dijo Peter alegremente - ¡puedo trepar por las paredes!

Peter empezó a escalar por las paredes sin esfuerzo, pues era Spiderman, sin embargo nunca nadie le había visto, nadie lo sabía a excepción de Wanda y Pietro, y cuando la directora del orfanato le vió se asustó tanto que casi se desmaya del susto.

- ¡Peter! ¡Peter! - empezó a gritar la directora - ¡Baja enseguida de ahí! ¡Qué estás haciendo! ¡Te vas a matar!

Peter asustado bajo enseguida de la pared.

- Lo siento mucho señores - les dijo la directora a la pareja - no sé que acaba de pasar pero no se preocupen no volverá a pasar.

- No sé preocupe - dijo el señor - no ha pasado nada y Peter es un niño muy simpático, quizás podríamos adoptarlo...

- No creo que quieran la verdad, - replicó la directora - Peter no es un buen niño, siempre está dando problemas.

Y diciendo esto se llevó a Peter de allí sin que nadie pudiera decir nada. La directora siempre les trataba mal, en especial a los gemelos y a Peter, pues eran revoltosos y no se llevaban bien. Pero el problema no eran los tres niños, sino que ella nunca les había tratado con cariño.
Ellos sólo querían que alguien les quisiera y contaban los días para salir de aquel orfanato.

Sin embargo, la pareja decidió que lo mejor era no intervenir y acabaron adoptando a una niña de pocos años que también les había agradado mucho.

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Ya era de noche y todos los niños estaban preparándose para irse a dormir. Aunque todos estaban un poco tristes porque no les habían adoptado a ellos. En especial Peter, que además de no haber sido adoptado, era la primera vez que mostraba sus poderes y le habían regañado por eso.

- Nunca me adoptarán, - dijo Peter tristemente y a punto de llorar - no agrado a nadie.

- No digas eso - dijo Wanda mientras le daba un abrazo para consolarle - a nosotros nos agradas mucho, si los demás no saben ver lo maravilloso que eres, es su problema.

- Nos tenemos los unos a los otros, - dijo asintiendo Pietro - con eso nos basta.

- ¡Y cuando seamos mayores nos iremos a vivir los tres juntos! - dijo Wanda - ¡Seremos inseparables!

- ¡Siii! - exclamó Pietro - nos lo vamos a pasar genial.

Así consiguieron animarse entre ellos y al final todos acabaron durmiéndose mientras pensaban en cómo sería vivir con una familia, aunque ni se les pasó por la cabeza lo que ocurriría esa misma semana...

¡Papi quiero ser un vengador!  Irondad-SpidersonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora