Capítulo 7

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Hoy comienzan a introducirnos a su cultura, lo cual me provoca preocupación y miedo por este simple hecho: todo se basa en el agua. Precisamente no sé nada, y todo esto se me hará bastante difícil. Mis hermanos me enseñaron a pelear en manantiales con agua que me llegaba hasta las rodillas, no más. Cuando mis amigos jugaban en el río yo siempre los esperaba sobre alguna rama alta de algún árbol, burlándome cuando alguien se cayera.

Camino atrás de Kiri, mientras ella verifica de vez en cuando cómo me encuentro. Seguidamente me hace movimientos de cabeza para verificar si estoy lista para esto. Miro a mi izquierda y veo como Neteyam y Loak se lanzan del muelle al mar con devoción y entusiasmo. Esto realmente será difícil para mí.

Kiri y Tuk se lanzan de misma forma, y cuando ya están dentro del agua se voltean para verme.

—¡Vamos!—sonríe Kiri emocionada.

Me muerdo mi labio inferior con nerviosismo y decido sentarme en el muelle y de ahí lanzarme al agua. Siento como el agua impide que mi cuerpo se hunda por completo, y con mis reflejos logro sacar la cabeza del agua, con dificultad les sonrío y ellas se ríen.

—Toma aire, así—comienza a indicarme Tuk haciendo una bocanada de aire para luego sumergirse al agua.

Asiento y lo intento.

Doy una bocanada de aire e intento nadar bajo el agua, pero el agua pelea conmigo y me impide bajar como lo hacen Kiri y Tuk. Me hace flotar hasta la superficie de nuevo.

Cuando Kiri saca su cabeza del mar al igual que yo, me hace una mirada de ¿es en serio?

—Es difícil, Kiri. El agua me hace subir de nuevo—me quejo y ella solo sonríe—no es divertido—digo casi haciendo un puchero.

—Vamos—dice dejando de reír y me extiende su mano—te ayudaré.

Da una bocanada de aire, y yo hago lo mismo. Luego hunde su cabeza y sube sus piernas e intento imitarla y aunque al inicio fue difícil, después de segundos logré estabilizarme bajo el agua igual que ella.

Me señala a Tuk, quien ve el paisaje del arrecife, jugando con algas y viendo a los peces de cerca. Me indica que debo mover mis brazos y piernas al igual que ella, y entonces suelta mi mano.

Me desestabilizo y siento como el aire que tomé se va poco a poco, pero Kiri delante de mí, me indica con sus manos que me calme. Entonces pongo mi mente en blanco y dejo de luchar contra el agua. Kiri asiente y me indica que la siga, y con toda la calma dentro de mí, imito sus movimientos.

De vez en cuando ella se voltea para verme nadar y me sonríe, alzando su dedo pulgar.

Admiramos a las medusas, el arrecife y a los animales acuáticos que pertenecen a este océano. Un animal pequeño con tentáculos modela delante de nosotras y quedamos asombradas, otro que parece un tapete gigante con aletas nada arriba de nosotras, Kiri intenta alcanzarlo con la yema de sus dedos para sentirlo. Ambas nos miramos y nos sonreímos. Esto es de ensueños.

Nadando más adelante me reúno con Tuk, Loak y Neteyam, este se voltea y alza sus cejas asombrado, nada a mi alrededor, y me sonríe, le sonrío también y al voltearme veo cómo Tsireya parece estar contenta al mirar a Loak. Le toco el hombro a Neteyam para que vea lo mismo que yo veo.

Ambos cruzamos miradas y nos sonreímos por lo tiernos que se ven ellos dos.

Seguimos a los hijos de Tonowari, pero siento como el aire que he estado reteniendo se acaba, la urgencia de salir a respirar aumenta y justo antes de que comience a nadar hacia la superficie, Tuk y Loak ya se están apresurando en llegar hasta allá. Luego Neteyam me coge del brazo para arrastrarme con él hacia la superficie. Nada más rápido que yo, por supuesto.

NeteyamDonde viven las historias. Descúbrelo ahora