Capítulo 11

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—¡Tú lo permitiste, tú permitiste que se vinculara con el exiliado!—ataca Ronal hacia su hija, señalando a Loak. Siento como mis orejas apuntan hacia abajo ante la intimidación que me transmite ella.

—Tsireya... me decepcionaste, hija—dice Tonowari mientras que Tsireya está a punto de soltar algunas lágrimas. Todo esto me apena mucho ya que ella dejó que se vincularan porque sabía lo importante que es Payakan para Loak—Y tú—continúa hablando, esta vez señalando a Loak, mis orejas siguen apuntando hacia abajo, sintiéndome mal por él—como hijo de un gran guerrero, fuiste mejor educado—lo acusa.

Tras ver llegar a Jake y a Neytiri, Neteyam aprieta los labios y cierra los ojos con fuerza. Yo me arrazco el puente de mi nariz, estresada por este momento. Sabemos que los padres de Loak estarán muy enojados con él después de esto.

—Payakan me salvó la vida, señor. No lo conocen—responde Loak de manera firme. Esta vez soy yo la que parece cansada de él, porque aunque me enorgullezca que se mantenga firme sobre su decisión, a veces debe recordar a quién se dirige cuando habla.

—Loak...—susurra Tsireya para recordarle que debe guardar compostura ante Tonowari. Cerrar la boca aunque tenga mucho que decir, aunque Tonowari se equivoque.

—Sentado—ordena él, sentándose a la vez que lo hace Loak—¡Siéntense!—nos ordena a todos, y sin que me vea, rodeo los ojos porque a veces es difícil seguir las órdenes cuando las gritan de ese modo. Pero del otro lado me cruzo con la mirada asesina de Neytiri. Mierda.

Tonowari nos cuenta sobre cómo los Tulkun llegaron a la conclusión de que matar está prohibido, no importa las circunstancias que sean. Simplemente está prohibido. Payakan es un Tulkun asesino en frente de su especie.

—Lo siento señor, pero se equivoca—responde Loak, cierro los ojos con fuerza deseando que se calle. No sabe en los problemas que se está metiendo con su padre. Neteyam a mi lado niega con su cabeza cansado de Loak.

—Loak... hablas con el líder—le recuerda Neytiri.

—Ya sé qué...

—¡Ya basta!—grita Jake haciendo que mis hombros se encojan de la impresión, Neteyam por reflejo pone una de sus manos en mi hombro. Ambos tenemos tensas nuestras facciones, sin poder creer que Loak esté envuelto en otro escándalo.

Neteyam tiene la culpabilidad en su rostro y eso simplemente me hace dar pena. Me da tristeza saber que él sienta que es responsable de todo lo que haga Loak, pues no es así.

Tras unos segundos de silencio, y aunque Tsireya le haya lanzado una mirada de advertencia para que no siga hablando, Loak vuelve a responder.

—Yo sé lo que sé.

Neteyam apoya su nariz sobre su mano, probablemente sin poder creer que su hermano siga respondiendo.

—Dije que ya basta—interfiere Jake—yo me encargo de este—jala a Loak hasta afuera del hogar, caminando un poco más lejos y pudimos escuchar cómo discutían. Tsireya parece estar a punto de llorar, pues sus ojos están cristalizados con las facciones de tristeza.

—Vámonos, chicos—dice Neytiri indicándonos salir de ahí. Neteyam y yo nos ponemos de pie, ella pone una mano sobre mi espalda y caminamos del lado contrario de donde se fue Jake junto a Loak—¿en qué piensa Loak?—nos gruñe—tú eres mayor que él, y a ti te puede hacer caso de vez en cuando—nos señala uno a uno—¿por qué no lo intentan controlar?—tras preguntarnos esto, nos gruñe. Está un poco enfadada.

—Ya basta mamá...—dice Neteyam intentado apaciguarla—esto es mi problema, no el de ella—se interpone entre las dos con su brazo estirado delante de mí.

NeteyamDonde viven las historias. Descúbrelo ahora