Al día siguiente, comenzamos a recoger todas nuestras cosas, Tuk correteaba por ahí mientras aletea con sus brazos. Kiri, Loak, Neytiri y yo nos reímos de ternura mientras enrollamos nuestras mantas y alfombras.
—¡Ya despertó!—dice Tsireya algo cansada en la puerta de nuestro hogar, como si hubiera venido corriendo.
Una sonrisa se forma en mi rostro, y junto a los demás, salgo de la casa para ir a donde se encuentra Neteyam. Corremos hasta llegar al lugar y antes de entrar en donde él está durmiendo, Neytiri me sonríe tiernamente y yo a ella.
Es la primera en entrar y ver a Neteyam, y lo abraza tan fuerte que tengo miedo de que lo rompa.
—Mi niño—solloza sonriendo con Neteyam en sus brazos. Siento cómo mi corazón se encoge, y no me refiero a por el hecho de que mi madre nunca podrá abrazarme así, si no porque Neytiri ha tenido la oportunidad de que su hijo sobreviva y ahora tiene el privilegio de abrazarlo.
Escucho la sonora risa de Neteyam y me acerco a él, su mamá lo deja y nos mira con ternura. Kiri, Loak y Tuk también se acercan y antes de que yo lo pudiera abrazar, la más pequeña de la familia se avienta sobre él.
—¡Neteyam!—dice sonriendo abrazándolo del cuello—si alcanzaste a vivir—sonríe separándose de él.
Kiri, Loak y yo nos reímos.
—Sí, Tuk, alcancé a vivir—responde Neteyam incorporándose con sus manos en el piso atrás de él.
—Por poco—le recuerdo con una mirada asesina. Ambos nos sonreímos. Kiri y Loak lo abrazan, pero su mirada sigue en mí. Cuando sus hermanos dejan de abrazarlo, por fin me habla.
—Lo siento—dice con sus ojos fijos en los míos, poniendo una de sus manos sobre la mía.
—Cállate—le respondo con la voz colgando de un hilo y antes de que se me salga alguna lágrima, lo abrazo. Lo abrazo tan fuerte agradeciendo a los ancestros y a Eywa por permitirmelo hacer.
Lo abrazo como nunca lo había hecho, disfrutando cada microsegundo, sintiéndolo: sintiendo su piel, el latido fuerte de su corazón, estando cerca de él.
Estoy tan emocionada por tenerlo de vuelta que siento que mi corazón va a salir de su lugar. Me separo de él y pongo mis manos en su rostro y él pone las suyas en el mío. Él une nuestras frentes rápidamente y en cuestión de segundos nos separamos, ambos estamos felices de vernos. Kiri pone su mano en mi hombro y me sonríe con ternura.
—Gracias Eywa—dice hacia el aire.
Jake entra al lugar emocionado por ver a su hijo sano y salvo.
—Oh Neteyam—dice él con voz temblorosa acercándose a su hijo.
—Padre... lo siento—comienza a hablar Neteyam, pero Jake lo abraza dejando sus palabras en el aire.
Cuando se separan, Jake se pone de pie con todo el aire de autoridad que tiene. Nos mira a cada uno, frunce sus labios y pone su mano en mi hombro, sus ojos son de preocupación, pero de alivio al mismo tiempo. Mira a Kiri, a Loak, a Neytiri, a Tuk.
—Volveremos a nuestro clan Omaticaya, volveremos a casa—dice, y de inmediato Tuk comienza a celebrar saltando alrededor de nosotros—ya hicimos mucho desastre aquí—prosigue.
Tonowari entra al lugar, camina hasta llegar cerca de Jake, le coge la mano y se la estrecha.
—Tienen a una guerrera Metkayna entre ustedes—me señala y todos me quedan viendo confundidos, incluso Jake entrecierra los ojos sin entenderlo. Mis orejas apuntan hacia abajo por la intimidación—a un niño que es hermano de un Tulkun, y ustedes incluso han peleado con nosotros—respira profundamente y estrecha con fuerza la mano de Jake—ustedes son de Metkayna también, esta es su casa.
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Neteyam
FanfictionEl hijo mayor de Jake Sully siempre ha sido la oveja blanca de la familia, el que obedece y evita que sus hermanos menores se metan en problemas, y luego está Silu, la menor de dos hermanos mayores, ella tiene la misma edad que el hijo de Jake, pero...