Llegamos a mi apartamento, algunas zonas del propio edificio se encontraban quemadas, mas dejaban escapar un pudor horrible por alguna que otra mancha de sangre.
-Alfa, deberíamos reagrupar el grupo y retirarnos- incitó Izan con voz firme.
-¿Espera un segundo, que hay de su ma... de Ilak?-
Mierda, quizá debería de empezar a ser mucho más precavida.
-Ilak ha regresado, ¿no escuchaste el fuerte aullido?-
No dudé en negar segura de mí misma ante aquella pregunta. Ni siquiera sabía de quien era cada aullido que resonaba por Frelo, me resulta imposible, tan solo ellos pueden escucharlo, son licántropos.
-No importa, estoy seguro que pronto la volverás a ver-
No hice caso a las palabras del pobre Izan, seguía sin quitar la mirada de la bestia. No dijo ni una palabra durante el trayecto, mucho menos una sola mirada, y aquello, sin duda, me molestaba.
-¿Te importa que hable con él un segundo a solas?- el chico no dudo en marcharse con una sonrisa.
De nuevo, volvimos a estar solos.
-¿No vas a decir nada?- mandé que respondiera.
Dado que no dijo nada, tomé su pellejo del cuello y lo llevé dentro del edificio hasta mi propio piso sin rechistar, tampoco se negó a ello.
-Deja de repelerme, chucho idiota- repliqué arisca.
Mi paciencia embezaba a agotarse.
-Ilak está viva, ha logrado escapar, ¿cómo puedes seguir así?- extendí mis brazos esperando una respuesta nuevamente.
Como si acabase de recibir un regalo, me miró, apático, sin ninguna emoción visible, pero lo hizo.
-Necesito saber si de verdad sientes...- me mordí la lengua con tanta fuerza que no tardó en sangrar-No sé que diantres sientes conmigo. No tengo nada en especial, soy una jodida bruja, ¿qué demonios crees que piensas?- proseguí.
Él seguía mirándome fijamente.
-Solo necesito saber por qué, imbécil. No me gusta que alguien en situaciones como estas venga y diga semejante barbaridad-
En verdad, mi mayor miedo desde pequeña fue tener algún tipo de relación con un chico, mis padres me prohibieron tener una relación seria con Carter, aunque ni siquiera sabía que era una relación, no sé que demonios significa estar en una relación. Nunca tuve consejos de amoríos por parte de mis padres, como solían hacer los padres de mis amigas. Aquello me entristeció, quizá demasiado, pero pasé página y decidí centrarme en los hechizos, como dijo mi abuela. Según ellos, ese era mi destino. Sellar la barrera, vivir de ello...
No iba a tener otro futuro.
Por lo tanto... a caso tengo miedo del propio ¿amor? ¿De los sentimientos?
Aquello me atormentaba, necesitaba descansar un poco, dormir, echarme en el sofá, darme una ducha fría...
-Haz lo que quieras, no sirve de nada hablar ahora mismo- Sí, terminé estallando, estaba agotada.
Volví a abrir la puerta de mis espaldas para dejarle vía libre, pero no salió.
No podía pensar nada más que aquellos días cándidos en los que ambos discutíamos tontamente como un par de idiotas, hasta que escapó por si mismo hacia el bosque. Ahora, era distinto, le daba la libertad que él mismo tenía y le prohibí tiempo atrás.
-Vamos, sal. La puerta está abierta de par en par-
Señalé la puerta de madera que aun seguía abierta, esperando a que saliera de mi apartamento al no recibir ningún tipo de respuesta.
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Pacto hostil [ESCRIBIENDO]
RomanceSi supieras que la muerte te acecha a cada instante y no supieras de quien se trata, ¿que harías? Es el caso de Katie Miller. Todo empezó a sus diecinueve años, cuando se topó con un chico muy peculiar, ambos con un cabello azabache, mirada petrific...