Cap 2 Frelo, el habitáculo

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Frelo

Tras horas y más horas en la piscina, decido volver a subir arriba ya que empieza a hacerse tarde. Miro el reloj atentamente mientras seco mi cabello con la toalla a medida que sigo subiendo cada peldaño de las escaleras del propio edificio.

Las tres y media de la tarde.

Debería hacer un pequeño plan para estos días. Lugares interesantes, fiestas, pubs... No me desagrada del todo la idea de ir a un pub esta noche para conocer gente y sobre todo lograr sentir algo diferente dentro de mí pecho.

Al llegar al tercer piso me detengo en seco frente a la puerta de la chica que anteriormente había conocido, que tras varios segundos, abre la puerta de madera.

-Hola de nuevo- sonríe enseñando sus dientes blanquecinos -

-Tenía una pregunta- hago una ligera pausa observando como saca su móvil del bolsillo- ¿Conoces algún pub cerca que esté bien?

Cede con la cabeza rápidamente y empieza a escribir en el buscador.

-La mayoría de los adolescentes solemos ir aquí.

Voltea su móvil para que pueda ver una imagen clara del pub. A primera vista estoy asombrado, ya que en un pueblo tan pequeño han construido un enorme pub con escaleras exteriores y luces de neón. Aunque no es tan similar como el que teníamos en la primera planta de casa.

-Estaría bien que vinieras. Nosotras solemos ir todos los findes.

Podría ir.

-Espera - añade y entra dentro del piso corriendo -

Tras varios segundos sale con un ticket azul y morado.

-Este es el pase VIP, podemos ir a zonas exclusivas - tomo el papel y lo miro detenidamente- Puedes quedártelo, como muestra de bienvenida.

-Muchas gracias.

Vuelvo a subir de nuevo hasta el último piso, esta vez con el ticket del pub Cloom.

-¿Qué voy a hacer el resto de la tarde? - suspiro mientras ando de un lugar a otro -

Al llegar a mi habitación empiezo a poner toda la ropa dentro del gran armario que hay justo al lado de la ventana grandiosa ventana que da al otro edificio de enfrente.

Mierda.

Tomo el colgante que había dejado hace un par de horas en la mesa y ahora se encuentra en el suelo, justo debajo de la ventana. Cuando vuelvo a levantarme con el objeto en mis manos, mi mirada se petrifica. No por miedo, sino sorpresa.

Pacto hostil [ESCRIBIENDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora