Desde ayer por la mañana, recibo algún que otro alago de algunos civiles de Frelo, mas mi valentía a la hora de enfrentarme contra aquel monstruo cuando mi padre dio la voz de alarma. En esos momentos, no podía describir el sentimiento de rabia que me inundaba debido a la decisión que había tomado.
No es por ser negativa, tan solo ser realista, aunque etoy segura que moriré en el intento.
-Vamos Katie, una vez más-
Respiré profundamente ante las palabras de mi tío. Él, era mi ejemplo a seguir, ahora que mi abuela ya no estaba. Desde que fui "elegida" para la jodida pelea, y seguía sin gustarme.
-No te estás concentrando- recriminó molesto Claude.
-No puedo dejar de pensar el día que llegue el mestizo para estar a un solo paso de la muerte-dije tomando algo de aire.
Me estaba ahogando, desde el momento que fui despertada, no he dejado de practicar con el libro en mis manos quemadas por el uso excesivo de magia. Sin duda, aquello me destruía cada cierto tiempo, ya fui advertida, si utilizaba demasiado o sobrepasaba el límite, es posible que termine desmayandome o mucho peor.
-Ahora mejor, céntrate en el objetivo-mi tío parecía mucho más integrado en el entrenamiento que yo, era sorprendente-No alejes la mirada del punto fijo, suelen ser muy escurridizos- repitió.
Practicábamos con una ardilla u otros animales que de sobresalían de vez en cuando del bosque en dirección nuestra. No es del todo una buena idea, aun así, puedo practicar por un tiempo.
-Deberías descansar, continuaremos más tarde-
-Gracias por el entrenamiento, me marcho- vociferé alejándome del lugar.
Ahora, no podía pensar más allá de comunicarle al único licántropo que puede ayudarme a aclarar mis ideas, por ello, debía volver al bosque sin que nadie lo supiera.
Llegué a la tarde, cuando el sol empezaba a esconderse... pero una voz masculina al otro lado, hizo que me detuviera en seco, a un solo paso de pisar la hierba.
-¡Katie!-
Me arrepentí al instante de voltearme.
-Hola... ¿qué te trae por aquí, Carter?- dije algo inquieta.
-Tan solo quería saber como estabas- sonrío de oreja a oreja.
Habían pasado un par de años desde la última vez que lo vi... para decir verdad, creo que desde el día que dejé de tener contacto con el bestia del bosque.
-Ven aquí brujita- se acercó a mí con los brazos abiertos y no pude hacer nada, a parte de darle un par de palmadas.
Me dejé llevar por el contacto de Carter. No había cambiado para nada, quizá un poco el cabello, que estaba alborotado, pero nada más.
-¿Sigues practicando?-
-¿Con la magia? Sí, sigo con ello-respondí rápidamente.
Carter cedió bastante feliz ante mi respuesta, como intuí que haría, ya que a él también le gusta practicar y hacer artimañas de las suyas.
Cuando decidí alejarme un poco para desprenderme del abrazo, sentí un extraño inundando mis fosas nasales.
Uno repugnante, disgustante... tanto que empecé a tener náuseas por ello. No era el mismo olor que emanaba de él como siempre. Esta vez, olía a sangre.
Intenté fingir una sonrisa después de oler aquel pudor mientras ojeaba su rostro impenetrable y emocionado.
-Lo siento, sé que han sido un 0ar de años desde la última vez, pero debo marcharme- inquierí.
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Pacto hostil [ESCRIBIENDO]
RomanceSi supieras que la muerte te acecha a cada instante y no supieras de quien se trata, ¿que harías? Es el caso de Katie Miller. Todo empezó a sus diecinueve años, cuando se topó con un chico muy peculiar, ambos con un cabello azabache, mirada petrific...