Capitulo XXXV

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Alessandra Joseph.

-¿Que paso con Axel?

-Se puso de niña.-Me talle la cara.- Ya sabes.

-¿Por que?.-Me miro.-¿Qué le dijiste?

-Axel me beso.-Tome el trago de café que había preparado mama e hice un gesto de asco enseguida.-Es mucha cafeína para la seis de la mañana ¿No crees?

-Ale.-Me miró mal.-¿Que tiene de malo que Axel te haya besado?

-No lo se.-Sonreí.

-¿No lo sabes?

-Es mi mejor amigo.-Sonreí.- Bueno.

-¿Amigos que parecen novios?

-Ma.-Sonreí.- No es el caso.

-¿Y cual se supone que es?

-Que tu hija sea la señora de las lomas sin ningun varon.-Me subí arriba del sillon.-Solo imagina.-Me puse sus lentes oscuros y camine por toda la sala.-Preocuparme nada mas por que chisme harían las demás solo por no ser parte de sus grupitos de millonarias, beba vino y lea mi propio libro.-Sonreí al dejarme caer en el sofa.-Y asi mostrarles que no necesitas ala basura de ningún hombre para poder llegar a ser.-Suspire.-A ser siempre única.

-Por eso tienes que irte a la universidad.-Mama tomo mi mochila y me abrió la puerta.

-Esta bien.-Tome la mochila y la mire con melancolía.-Igual, sere la señora de las lomas.-Salí de casa y ella se quedó mirándome por algún lapso de tiempo. 

La universidad era tan agobiante que a veces necesitaba huir de allí, a veces los caminos largos me llevaban una ventaja. 

-Roci.-Sonrío al verme. Manuel el chico de altura alta con tez morena que siempre intentaba acercarse a mí para darme terapia o para simplemente hacerme sonreir en momentos donde siquiera podía dejar de llorar por Joss. -¿Qué pasa contigo?.-Me tomo de la mano y al momento lo separó.

-Ninguno.-No quite la vista de mi libro.

-¿De qué trata?.-Se sentó junto a mi lado.-¿Puedo?.

-Trata de alguien que interrumpe una lectura y la chica procede a meterlo a una bolsa.-Cerré el libro tan rápido como el metió sus narices en el.

-Interesante.-Mustio.

-Bastante.-Me levante del césped donde había permanecido sentada.

-¿Puedo ir?.-Se levanto y me ayudo a recoger todos los libros. - Tengo uno que otro chiste rancio que quería mostrarte.

-Que bueno.-Le quite los libros y camine hacia la avenida.

-¿A que se debe tanta indiferencia?

-Eres hombre.-Le mire mal.

-Mitad y mitad.-Carcajeo.

-Tortilla.-Eche una risita.-Talvez eres jota.-Carcajee.

-No tengo problema con que te burles de mi Rochi.

-Que bueno.

-Esta bien.-Sonrio.-¿Que harás esta noche?.-Voltee a verlo y me quede pensando.

-Talvez estare enferma.-Su mente todavía lo proceso.

-Esta bien recuperate pronto.-Sonrío.

-Gracias.-Sonreí.

-Espera.-Pauso.-¿Talvez enfermarás?.-Me fulmino con la mirada.

-Si.-Fingí toser. 

-Pasare por ti.-Sonrío.- Tal vez mañana tendrás tiempo para enfermar.

-Que bueno.-Intente fingir interés.-¿A donde iras?

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