༻ Capítulo diez ༺ Julia

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༻✦༺  ༻✧༺ ༻✦༺𝚃𝚛𝚎𝚒𝚗𝚝𝚊 𝚖𝚒𝚗𝚞𝚝𝚘𝚜 𝚊𝚗𝚝𝚎𝚜 𝚍𝚎 𝚖𝚎𝚍𝚒𝚊 𝚗𝚘𝚌𝚑𝚎

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𝚃𝚛𝚎𝚒𝚗𝚝𝚊 𝚖𝚒𝚗𝚞𝚝𝚘𝚜 𝚊𝚗𝚝𝚎𝚜 𝚍𝚎 𝚖𝚎𝚍𝚒𝚊 𝚗𝚘𝚌𝚑𝚎

Estaba tan cerca de él, que casi podía saborear sus labios.

Sus manos me apretaron la cintura, haciendo que me recorriera la electricidad por el cuerpo y me erizara hasta los pelos de la nuca. Pero, antes de que pudiera sentir sus labios de nuevo en mi piel, el teléfono sonó destrozando aquel momento.

Samuel dio un paso atrás, como si con ese sonido se diera cuenta de lo que estaba apunto de hacer, y a mí se me encogió el estómago un poco más.

¿Íbamos a besarnos? O ¿habían sido solo imaginaciones mías?

—Voy a... —murmuré, señalándole el teléfono
—Claro, ves

Tragué saliva y me escabullí entre la gente hasta llegar al jardín. Me sorprendió ver a gente bañándose en la piscina, con el frío que hacía y tuve que salir de la trayectoria de dos chicos para no terminar empapada como tantos otros.

Al llegar casi al borde de la zanja, me senté en el césped y contesté a la llamada que en otro momento me hubiera hecho saltar el corazón. Pero que ahora hasta me daba pereza.

—Julia
—¿Por qué me llamas? —pregunté con mi voz más tajante
—No he podido dejar de darle vueltas a... Bueno, ya sabes. Y quiero pedirte perdón
—¿Perdón? —pregunté, soltando una risa ahogada —Perdón ¿de qué?
—Perdón por haberme enrollado con Samantha cuando tú y yo teníamos...
—Tú y yo no teníamos nada —Le corté —. Y me alegro, porque de ese modo he podido ver lo rastrero que eres.
—Julia, tu me gustas mucho.

Se me hizo un nuevo nudo en el estómago. Por un instante recordé la sensación que me producían sus mensajes y trague saliva para deshacerme de él y esos recuerdos.

—Haberlo pensado antes de jugar con mis sentimientos y de intentar humillarme.

La imagen de Samuel apretándome la cintura y acercando su rostro hacia el mío me erizó la piel y me dio un vuelco en mi interior. Deshaciéndose de cualquier resto de recuerdo de Lucas. Samuel me producía la misma sensación de bajar en una montaña rusa. La misma intensidad.

—Dame una oportunidad...
—No —dije con rotundidad —. Se acabó.

Y colgué antes de que intentara de nuevo comerme la oreja con sus mentiras.

Lucas no era lo que yo pensaba y me alegraba de haberlo visto antes de que fuera demasiado tarde. Me reí y rodeé mis rodillas con mis brazos al pensar en esa noche. Al final tendría que darle las gracias a mis padres por cambiar de plan a última hora.

La última nocheDonde viven las historias. Descúbrelo ahora