Domingo

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Domingo fue el día que me enteré del beso.

La primera vez que escuché de él no sabía de qué se trataba.
Iba de vuelta a casa tras hacer un pequeño viaje hasta la tienda de mascotas para comprar el alimento de Blanca. Pasando por el Cozy Bear, espié por los grandes ventanales por si acaso te veía, pero no estabas por ningún lado, así que asumí que no trabajabas esa tarde y seguí caminando. Sin embargo, otra cosa llamó mi atención.
Dos chicas de alrededor de quince años estaban sentadas en una de las mesas de afuera del café, comiendo y charlando. Ambas estaban inclinadas hacia la otra, viendo algo en el teléfono de una de ellas. Yo no estaba intentando escuchar su conversación, pero el tono de voz para nada discreto que estaban usando hacía imposible ignorarlas.

"¡No puedo creer que haya hecho eso!" murmuró una de ellas, con los ojos como platos y sin quitar la vista del teléfono de su amiga.

"¡Lo sé! ¡Los comentarios dicen que la besó y luego desapareció del campus sin decir palabra!" agregó la otra.

"¿Será su novia?" la primera suspiró, como si le hubieran arrebatado toda esperanza.

"No lo sé. Quiero que creer que Castiel diría algo si fuera así" evaluó la dueña del teléfono con una mueca.

Ah, Castiel. Debí haberlo sabido. Supuse que debía tratarse de sus fans esparciendo algún nuevo rumor sobre su vida amorosa, y a juzgar por el uso de la palabra "campus", su nueva conquista parecía tratarse de una alumna de Anteros Academy. Ya se había vuelto algo recurrente, el ver noticias sobre la vida de Castiel por internet. Castiel había llegado a ese punto en la montaña de la fama donde todo aspecto de tu vida deja de ser privado para pasar a ser un espectáculo público sobre el cual no tienes ni voz ni voto. En toda honestidad, nunca me había interesado en lo absoluto, y esa no fue la excepción.

Resumí mi camino y llegué a casa pocos minutos después, donde Blanca me recibió frotándose alrededor de mis tobillos. Pequeña interesada, solo lo hacía porque sabía que traía su comida. Me molestaría un poco si no la quisiera tanto.

Llené su plato y me eché en la cama. No tenía planes para esa tarde, y había tenido una reunion con el jefe del cártel y otros miembros el día anterior, así que era improbable que me reclutaran de nuevo.
Cuando caminaba a casa había notado que el cielo amenazaba lluvia, así que quedarme dentro parecía la mejor opción. Supuse que podía ver una película, así que saqué mi celular de mi bolsillo para buscar recomendaciones en internet. Sin embargo, mientras navegaba, me topé con un artículo de un portal amarillista que estrujó el aire de mis pulmones.

"NUEVO AMOR: CASTIEL VEILMONT DE LA BANDA EN ASCENSO 'CROWSTORM' POSÓ PARA SUS FANS ACOMPAÑADO DE NUEVA NOVIA" leía el título, y más abajo, una foto de Castiel besándote apasionadamente en la puerta de tu dormitorio en el campus.

El contenido del artículo en cuestión decía que Castiel había sido visto entrando a tu dormitorio y que, según fans que se habían quedado en el pasillo a la espera de que él saliera, pasó ahí un largo rato hasta que de pronto abrió la puerta, te besó, y se esfumó. Así, sin más. Muy al estilo de Castiel, si me lo preguntas.
Entonces, mientras veía la foto, recordé la charla de esas chicas que había escuchado más temprano. Seguro habían estado leyendo este mismo artículo, si no alguno de los tantos otros que hablaban de lo mismo. Como te decía antes, Castiel había estado ganando bastante popularidad últimamente, así que no era de extrañar que todo el mundo estuviese hablando de "su nuevo amor".
Un gusto amargo se instaló en mi boca al pensar esas palabras.

Un nuevo amor. ¿Era posible? ¿Que tú y Castiel...?
Al parecer yo no era tan especial como creía.

Copié el link del artículo y se lo envié a Amber en un mensaje.
Sí, a Amber.
Porque sí, le había confesado hacía algunos días lo que me estaba pasando contigo. No porque quisiera, de veras. Sino porque, por lo visto, tu presencia en mi vida había tenido efecto en mi humor. Amber no paraba de hablar sobre cómo me veía "más animado" últimamente, y pronto comenzó a hostigarme preguntando si tenía algo que ver con alguna chica. Al principio intenté negarlo, pero Amber ya conoce todos mis gestos. Se da cuenta de inmediato cuando estoy mintiendo, así que no me quedó otra opción que decirle la verdad. Se puso muy contenta cuando supo que estaba interesado por alguien de manera seria por primera vez después de tanto tiempo, así que me animó a intentar perseguir algo contigo. Y por si fuera poco, me hizo prometer que le contaría si algo interesante pasara.
"Interesante" no es el calificativo que yo usaría para esta noticia, pero imaginé que era algo digno de que supiera.

Presioné el botón de enviar y dejé mi teléfono a un lado. Mirando hacia arriba, al techo blanco, sentí un nudo formarse en mi estómago, y una presión aplacadora en el pecho que me clavó a la cama. Hacía mucho tiempo que no me sentía así. Impotente. Desechable. Desolado.
Mucho tiempo. Desde la primera vez que me dejaste.

El ringtone de mi celular sonó, y lo desbloqueé para descubrir la respuesta de Amber a mi mensaje.

"Oh Nath :(
Acabo de ver la foto
No te preocupes, conociendo a Castiel no creo que sea nada serio, solo un ligue pasajero
Seguramente salgan por dos semanas y luego ella se harte de los paparazzis y la atención y lo deje, como todas
No te desanimes, ten fe" fue lo que escribió.

"Como todas" dijo, como si tú fueras remotamente igual a las demás. Como si no fueras el alma más bondadosa y especial que alguna vez haya pisado la Tierra.

"Nada serio" dijo, con certeza de que así sería. Asegurándome que ustedes dos durarían poco, y que entonces sería mi turno de tomarte y no dejarte ir. En ese momento deseé con todas mis fuerzas que mi hermana tuviera razón. Después de todo, ella era más cercana a Castiel que yo, y lo conocía muy bien, así que tenía motivos para confiar en su juicio. Sin embargo, eso no evitaba que doliese, ni aliviaba la presión en mi pecho, ni la incertidumbre y la ansiedad y el miedo que se mezclaban desastrosamente en mi estómago resultando en unas ganas imperiosas de vomitarlo todo.

"No te desanimes, ten fe" me pidió.
Ten fe. Ten fe. Ten fe. Ten fe. Ten fe. Ten fe.
A estas alturas, eso era todo lo que me quedaba. Tener fe.
Me aferré con todo lo que era a ese hilo de esperanza de que Castiel y tú no duraran. Quizás haya sido egoísta pensar una cosa así, pero, ¿puedes culparme? Lo eras todo para mí. Siempre lo habías sido. Incluso cuando ya no estuviste, el fantasma de tu recuerdo me hizo imposible conseguir otra relación. Y ahora que te tenía devuelta, te me volvías a escapar.

Ten fe. Ten fe. Ten fe. Ten fe. Ten fe. Ten fe.

Tenía que tener fe. Tenía que hacerlo cueste lo que cueste. Tenía que tener fe porque, si no la tenía, me derrumbaría del todo.

Ten fe. Ten fe. Ten fe. Ten fe. Ten fe. Ten fe.

Tuve fe.

last kiss • nathanielDonde viven las historias. Descúbrelo ahora