12

57 10 1
                                    

Al despertar, permanecí con los ojos cerrados el mayor tiempo posible, deseando que todo hubiera sido una pesadilla.

  Después de unos minutos me resigné, sí, estaba completamente desnuda y Calum dormía junto a mi.

¿Qué demonios está mal conmigo?

Tan silenciosa como podía ser, corrí al armario y me puse el primer pijama que encontré. Bajé un poco la camisa intentando verme lo mejor posible en el espejo.

- No tienes marcas - la voz rasposa de Calum resonó en la habitación, volteé mirarlo sin saber que decir - fui cuidadoso con eso, sé que no te gusta.

- Yo... Creo que debes irte, Cal - puse todo mi esfuerzo en sonar firme y fracasé colosalmente.

- ¿Podrías contestar el teléfono si te llamo?

- ¿Por qué haría eso? No tenemos nada que hablar.

- ¿Por favor? Solo quiero poder checar cómo estás si  algo pasa - era obvio que estaba empezando a molestarse, aunque intentaba sonar calmado - lo de hace unos meses fue bastante aterrador, con todos los rumores y sin poder preguntarte qué pasaba.

- ¿Desde cuando te importa lo que me pase?

Estaba acostumbrada a ser quien intentaba calmar las cosas cuando discutíamos, pero esta vez buscaba todo lo contrario. Sentía la rabia acumularse en mi estómago y estaba tan molesta que sentía la necesidad de hacerlo sentir al menos una mínima parte de todo lo que pasó en estos meses.

- ¡Por supuesto que me importa! ¿No puedes dejar de ser egoísta y pensar en como se sienten los demás?

Tiene que ser una puta broma.

- ¿¡Egoísta?! ¿¡En serio!? ¡Quizás se te olvidó Calum, pero citando tus putas palabras, terminaste conmigo porque " NO PUEDES LIDIAR CON MI FORMA DE SER"! - mi rabia ebullió sin control y comencé a temblar y llorar - ¡ASÍ QUE NO, NO ESTABA SIENDO EGOÍSTA, ESTABA RESPETANDO TU PUTA DECISIÓN DE QUE NO TUVIERAS QUE LIDIAR CON MI FORMA DE SER Y MIS PROBLEMAS MENTALES!

Su expresión fue como si acabaran de golpearlo, se veía shockeado.

- ¡Lo siento! ¡nunca debí decir eso!

- ¿LO SIENTES?

- ¿Qué más puedo decir?

- ¡NADA CALUM, SIMPLEMENTE VETE!

Sentí un rasgido en la garganta por lo fuerte que estaba gritando, pero no me importó, todo lo que quería hacerlo sentir algo, no me importaba si era tristeza o enojo, cualquier cosa que se acercara un milímetro a lo que el final del verano fue para mi.

No estoy segura de si fallé o el puso mucho esfuerzo en no demostrarlo, pero no pareció tan inmutado por mis alaridos como desearía.

- Yo... No parece que debieras estar sola.

De nuevo, tiene que ser una puta broma.

- ¡Me importa una mierda lo que pienses que parece! ¡VETE!

Me miró dubitativo, con los ojos ligeramente rojos como si estuviera a punto de llorar y finalmente pareció rendirse.  Caminó de espaldas hacia la puerta de la habitación y seguí sus pasos como si mi mente necesitara asegurase de que efectivamente se fuera.

- De verdad lo siento - murmuró antes de dejar la casa y esta vez ya no tenía energía para seguir gritando.

Volví a mi habitación solo para lanzarme en la cama a continuar llorando, no podía detenerme, seguía temblando e hiperventilando, sentía un dolor en el pecho y, a estas alturas no sabía si se debía a algo emocional o físico, tampoco me importaba.

The wrong way IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora