Save me

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¿Saben ese sentimiento de que algo está mal, pero no saben exactamente qué?

Al principio, era divertido esto de poder escalar, balancearme y usar telarañas para ir de un lugar a otro; luego se tornó un poco más serio al tomar la responsabilidad de tener en mis manos la seguridad de las vidas de muchas personas, incluyendo a mi pequeña rubia.

Me parece muy tierno que frente a las personas mantenga una imagen de alguien ruda y coqueta, pero al estar nosotras dos, esa faceta desaparezca y se convierta en una berrinchuda y tierna. En especial, cuando la quiero llevar a la azotea para nuestras típicas citas de una manera muy "araña", terminando con pequeños golpes y una rubia muy enojada que, con un par de mimos, se le pasa.

Nunca pensé que iba a encontrar una persona que con solo mirarme me haría sentir la única en el mundo. ¿Se entiende? Hay personas que con dulces palabras te alegran, otras que con una sonrisa te animan, pero no hacen que aparezcan las famosas mariposas.

¿Pero Emilia? Puede tan siquiera mirarme y me convierte en un completo desastre: empiezo a tartamudear, me sonrojo, me sudan las manos, escucho los latidos acelerados de mi corazón y no siento las típicas mariposas, en cambio, siento un zoológico entero.

Para ella siempre es divertido ponerme así y luego empezar con sus dulces toques hasta que yo empiece a hacer pucheros y se detenga.

También están los momentos en que no necesita decir una palabra para saber que está enojada conmigo, más en los casos que llego con muchas heridas en el cuerpo; su enojo se puede sentir apenas entrando a nuestra habitación. En donde me siento y con mucha ternura empieza a limpiar cada rasguño, mientras que a la vez suelta palabras inaudibles en portugués que me hacen enamorarme más de ella. Al terminar, nunca dejo que se aleje demasiado antes de darle un pequeño beso y decirle un: "Estoy aquí, no debes preocuparte más".

Una de sus mayores preocupaciones siempre ha sido él: "¿Qué pasará si no vuelves?" Nos tomaba muchas madrugadas en conversaciones en donde yo le aseguraba que siempre volvería a su lado y en donde mi pequeña rubia se desahogaba, causándome mucho dolor con cada pequeña lágrima que bajaba por sus mejillas, siendo besada por mí en un intento de consuelo.

Al no poder continuar durmiendo por tener rondando en mi mente las múltiples preocupaciones de mi rubia, empecé una costumbre que se convirtió en nuestra tradición diaria. Cada vez que volvía de una misión, pasaba a buscarla y subía con ella a la azotea donde nos esperaba un pequeño colchón con muchos almohadones, sábanas, computadora con su película favorita, luces iluminando y mucha comida chatarra.

Dios, mis momentos favoritos eran ir a mitad de una escena y esta ser olvidada por una sesión de besos que, por excusa de mi rubia y cito en sus propias palabras: "Nunca es suficiente probar de tus labios", para finalizar viendo las estrellas.

Pero de un tiempo para acá he sentido algo muy extraño, como si algo sucediera y no logro recordar el qué... Momentos en los que me aprieta el pecho en las noches al dormir y termino despertando, sintiéndome ahogada con muchas ganas de llorar.

En momentos como estos detesto tener pesadillas porque me cuesta regular mi respiración y siempre termino despertando a mi pequeña. Siempre que intento, termino sintiéndome muy absurda al ser encontrada en una posición un poco rara al tratar de caminar hacia el baño de puntillas para evitar que rechinen las maderas del suelo y ser recibida con un: "Amor, ¿cuántas veces vas a hacer lo mismo? Sabes que no me importa ser despertada y más cuando me necesitas si te sientes mal. Nunca será una carga para mí que te desahogues conmigo", palabras que me llegan al corazón y termino como niña pequeña siendo arrullada hasta sentir mi respiración calmada y terminar durmiendo siendo envuelta por su dulce olor a lavanda.

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