Catarsis

15 1 0
                                    


¿Sobredosis? Nunca imaginé que eso me sucedería este año. Si me preguntan por qué, creo que me quedaría en silencio tratando de analizar la causa, pero todo después de lo sucedido es borroso.

La presión de destacar y obtener el reconocimiento, mi canción siendo robada por mi rubia y luego, mi mayor estupidez al exponerla en esa maldita noche de confesiones. Aún recuerdo su expresión adolorida; en realidad, pensé que solo recibiría un regaño y nunca imaginé que sería expulsada del EWS o perdería su beca.

Después de ahí, todo se fue al carajo. Pasaba incontables días buscando la forma de conseguir las vistas para mi presentación, las preocupaciones sobre no decepcionar a mi mamá y sin dejar de lado que después de esa noche fue como si Emilia hubiera desaparecido de la faz de la tierra.

Nadie sabía nada de ella y mi ego tampoco me dejaba reconocer o entender su punto de vista.

Buzón de voz

Alucinaciones en dónde ella me hería

Arrepentimiento

Todo estaba siendo mucho y no tenía sinceramente con quién hablarlo ya que mis amigos estaban peor o igual que yo. Cada uno con una presión distinta, pero que causó distancia entre nosotros.

Luego, llegó Okane con sus píldoras y sinceramente me perdí, ¿debí rechazarlas? Quizás, ¿lo haría? Honestamente, no.

Él fue como ese momento en matrix sobre las píldoras que se refieren a la elección entre la voluntad de aprender una verdad potencialmente inquietante y que cambia la vida tomando la píldora roja o permaneciendo en la ignorancia satisfecha con la píldora azul.

Decidí la azul porque me parecía lo más adecuado para sobrellevar el dolor, ansiedad y las miles de voces que no dejaban de atormentarme. Se podría decir que me volví completamente dependiente de ellas ya no llevaba la cuenta de cuántas consumía en un día.

Una
Dos
Tres
Y así seguía

¿Mis ahorros? Se fueron por la borda, todo se lo daba a Okane y cuando él no quiso darme más recurrí a Luka más él no quiso aportar a lo que llamaba mi adicción.

No sé porqué lo veían como algo tan grande si para mí era estar en paz, tranquila, llevar el día relajado sin estresarme y no tener la constante culpa de perder a mi novia o no saber si estaba bien.

Todo iba bien hasta ese día en clases dónde solo recuerdo mi agitada respiración y un horrible golpe en mi cabeza.

Sobredosis

Demasiadas máquinas a mi alrededor
Constantes preguntas
Y muchas personas preocupas más no lograba reconocer la de mi rubia

¿Irónico, no? Debería estar sintiéndome ¿mal? Más solo sigo pensando en ti, Emilia.

Solo escuchaba la larga lista de exámenes y tratamientos:

- Asistencia respiratoria
- Exámenes de sangre y de orina
- Radiografías del pecho
- TC (tomografía axial computarizada)
- ECG (electrocardiograma o rastreo cardíaco)
- Líquidos a través de una vena (intravenosos o IV)
- Laxantes
- Medicamentos para revertir los efectos de la sobredosis

Luego, la cantidad de preguntas sobre cómo me sentía y que tendría que ser llevada a una clínica por mi seguridad. La mayoría de la conversación era solo por parte del doctor ya que yo solo quería salir de ahí.

*Tocar fondo*

Una palabra que lleva una connotación muy fuerte para algunos. ¿Para mí? Me aterraba de miedo el simplemente decirla en voz alta porque me llegaban recuerdos de los gritos, sonido de ambulancia, el solo poder escuchar y no poder movilizarme o tan siquiera abrir los ojos.

Etéreo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora