Dia Siete: Clan Uzumaki

1.4K 105 21
                                    

Durante el camino devuelta al hotel, Naruto estuvo callado y pensativo, y Karin estudiaba la mirada seria pero no lograba deducir que estaba pasando, hasta que una voz grave y áspera se escuchó, un escalofrío recorrió su columna y palideció.

—Oye—.

Karin miró para todos lados, hasta que miro al rubio, este tenía los ojos rojos con la pupila rasgada y sus facciones más marcadas.

Reunión todas sus fuerzas y respondio. —¿Que?—. Realmente no penso bien que decir.

—Hablare sin rodeos, eres una mujer molesta e irritante—. A Karin se le pusieron blancos los ojos y su sangre comenzó a hervir. —Pero se que cuidarás a Naruto, te lo encargo, es un idiota impulsivo pero demasiado bueno para este mundo—. Los rasgos de Naruto volvieron a la normalidad.

—¡¿Que te dijo?!— preguntó alarmado y nervioso.

Karin dejó que las palabras viajaran y rondarán su cerebro por unos largos minutos, hasta que miro los celestes ojos del rubio y sonrio. —Me dijo que eres un idiota impulsivo— dijo ella para dejar que una risita burlona escapara de sus labios.

Naruto se puso rojo por las palabras y comenzó a maldecir al zorro en su cabeza.

—Pero me dijo que te cuidara— murmuró muy bajito para que el no escuchara.

Después de calmarse, el le tendió la mano y ella la acepto —Volvamos—.

—Espe...— volvió el tirón desde su estómago y a sentir como si fuera absorbida por un vórtice.

Al llegar, terminaron en el suelo, Naruto estaba cerca de la ventana y Karin había caído en la mesa tirandola al suelo.

Naruto se apresuró a ayudarla y la levantó del suelo, Karin volvió a reír pero esta ves más alto, el rubio no entendía por qué se reía.

—Ya vengo, espérame un rato— dijo para salir de la habitación e ir a la suya.

Busco su maleta y de entre toda la ropa encontró un viejo libro y varios pergaminos antiguos, volvió a salir y entro en la habitación contigua. Dejo el libro y los pergaminos sobre la cama y se sentó en el borde esta.

Naruto salió del baño con una toalla envolviendo sus partes bajas y una toalla en su cuello, la pelirroja de reojo miró al rubio y no evitó morder su labio inferior ante tal vista, el pecho marcado y como las gotas de agua recorrían su mentón, bajaban por su pecho y seguían por su abdomen hasta terminar en la toalla que estaba envuelta en su cintura. Su cara se volvió roja y un fino hilo de sangre salió manchando su ropa.

Naruto se dio vuelta y miró a la chica —¿Karin te sientes bien?—.

—De maravilla ¿por que?— pregunto aún en las nubes de su imaginación para nada santa.

—Te sangra la nariz— dijo mientras de acercaba con un pañuelo en su mano para limpiarla.

Ella solo asintió sin caer en lo que estaba pasando.

Luego que se cambiara y pusiera ropa más cómoda se sentó en la cama también.

—Este libro me lo dejo mi mamá y los pergaminos estaban enterrados en las ruinas de Uzushiogakure— dijo para empezar la clase.

—Nuestro clan desciende del segundo hijo del Sabio de los seis camino, Ashura. Se especializan en jutsus Suiton, Doton y Fuinjutsu, gracias a la creación y dominio del arte del sellado se ganaron un gran reconocimiento lo que también los llevó a la destrucción del clan, el país del Remolino y la huida de los supervivientes, los cuales pasaron a vivir en la clandestinidad, recurriendo al pillaje, la prostitución y el asesinato para sobrevivir en las naciones enemigas causantes de la destrucción nuestro país. Las características que nos diferencian de otros clanes son nuestra poderosa fuerza vital que nos otorga una longevidad increíble, lo cual nos permite recuperarnos de lesiones y agotamiento en un corto periodo de tiempo. Nuestro gran chakra y el característico cabello rojo, aunque hay excepciones por ejemplo que ciertas mujeres nazcan con un chakra especial que nos permite formar cadenas como las que usaba tu mamá y las que uso yo, también esta la mordida curativa pero es peligroso por la cantidad de chakra que consume dejando al usuario débil y casi sin fuerzas (...)—.

Siete días para enamorarse [NaruKarin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora