Capítulo 15

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Proximo capítulo final. 

"Me quedaré a tu lado, incluso cuando la oscura noche llegue,

Todo el miedo desaparecerá una vez que alcance tus sueños."

Orbit / Hwasa

-Todo se ve muy bien- dijo la ginecóloga mientras Kangin y yo estábamos en silencio, viendo la ecografía de nuestro bebé. Kangin no apartaba la mirada de la pantalla y mis manos temblaron al ver la pequeña cosita que era nuestro hijo.

Aun no me acostumbraba... Nuestro.

La doctora había sido muy profesional, tanto que prometió guardar el secreto sobre mi embarazo. Tenía una sonrisa cordial mientras nos decía que estaba de diez semanas, que debía alimentarme bien y no preocuparme. Tomar las cosas con calma.
¿Cómo podría hacerlo? Los ojos de todos estarían en Kangin, ¿Podría tener problemas?

Cuando quedamos a solas en el auto, me agarró la mano mientras conducía. Habíamos venido solos pero sabía que estaría protegida con él.
-Recuerda lo que dijo la doctora, no te preocupes.
-Le pediste que no dijera nada sobre mi embarazo. Eso me hace pensar que te estoy ocasionando algún problema.
-No quiero ponerte en peligro Mirae- dijo mirándome mientras estábamos en una luz roja. –Quiero que todos sepan que serás mi esposa, independiente de que estés o no embarazada. Tienes poco más de dos meses y no quiero que te sientas presionada, quiero que llegue a feliz término. Nos casaremos mañana mismo si es posible, no puedo dejarte desprotegida, no con una amenaza aún desconocida Mirae. Serás mi esposa, eres la madre de mis hijos porque Youngmin y tú están unidos más que tía y sobrino como madre e hijo, no puedo dejarte a merced de nadie en la familia o en la alianza sin saber quién es quién.

Seguimos nuestro camino a la casa y no podía negar que mi corazón se sentía más tranquilo. Suspirando, esperé a una siguiente luz, le tomé la mandíbula, le besé la boca y le acaricié la mejilla con el pulgar. —Sé que nunca me harías daño.
-Yo moriría primero- sus ojos me miraron fijamente. -Y mataría a cualquiera que lo intentara.
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Una semana después.

Vivía en un sueño.
Mi cuerpo se estremeció en el momento en que Yerang sonrió luego de verme con mi traje de novia.
No era un vestido tradicional de novia, tampoco un hanbok como en mi primer matrimonio. Era un elegante vestido que Yerang me mostró como la opción ideal para la recepción ya que sería privada pero con las personas más importantes de la familia Kim y de la alianza. Habíamos registrado nuestro matrimonio en la mañana, con solo Yerang y Yesung como testigos, pero esta noche debía verme y sentirme como lo que era.
La esposa del líder, la esposa de Kangin.

-El maquillaje te quedó perfecto- dijo mientras sonreía a mi lado y sonreía de vuelta. Me gustaba como me veía, con mi cabello recogido y labios en un tono otoñal que me hacía ver sofisticada. Necesitaba esto, no podía negar que estaba nerviosa, pero debía afrontarlo.
-Pensé que te molestaría el saber que Kangin y yo...
-Mirae-Yerang me tomó de la mano- Fuiste la esposa de mi padre, pero no mi madrastra. No sé qué pasaría en tu anterior matrimonio, es algo que no me incumbe, pero sé que papá no te hizo feliz como eres con mi hermano. Lo he visto desde que ambos enviudaron Mirae, no soy ciega. -Guardé silencio, nadie sabía de mi embarazo, aún no lo habíamos hecho público, decidimos que era lo mejor por ahora. -Sé que mi hermano será feliz contigo y tú con él. Me guardé mi opinión hace una semana porque fue una sorpresa total, no puedo siquiera decirte lo sorprendida que estaba cuando Kangin y tú nos dijeron que iban a casarse, pero desde ese día hasta hoy, me he dado cuenta que fue la mejor decisión y sé que ninguno de los dos perderán esta oportunidad de ser feliz, así como Yesung y yo lo somos.

-Espero no interrumpir- la voz de Kangin hizo que ambas volteáramos hacia la puerta. Estaba elegante con un traje negro y camisa blanca. –Estás preciosa- dijo al verme y ambas sonreímos.
-Sí, bueno... Sé cuándo estorbo.- dijo Yerang antes de salir rápidamente de la habitación.
Kangin se acercó a mí y me tomó de la mano donde llevaba mi anillo de bodas- Esposa- dijo antes de depositar un beso.
-Esposo- susurré de vuelta, acostumbrándome al hecho de que lo era.
-Tenemos una recepción que dar. ¿Lista?
-Lo estoy- dije.
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Bajamos al salón principal de la casa, ahora sería mi casa. Todos los invitados esperaban por nosotros. Vi caras muy conocidas y algunas que me causaban completa incomodidad como las de mis padres. Estaban eufóricos y tan serviles que me fastidiaba tener que verlos. Mi padre se mostraba orgulloso, como si hubiese sido su obra que Kangin y yo nos casáramos, me molestaba pero debía tolerar su presencia.

-Espero que pronto nos den un nieto para malcriar- dijo mi padre y sentí que me tensaba. No solo por el hecho de estar en embarazo, mi padre no se acercaba a ver a Youngmin a no ser que tuviese alguna reunión con Kangin.
-Ya tiene un nieto que no determina, el hijo de mi difunta esposa y mío. Si no lo hizo con él que es mi sucesor, no imagino por qué ahora será diferente- le dijo Kangin entre dientes, manteniendo un gesto muy despectivo. Mi padre solo tartamudeaba intentando decir algo, pero se quedó sin palabras. –Espero que si eso sucede, se mantenga alejado como hasta ahora o me conocerás. – agregó Kangin.

Mi madre estaba a mi lado y me miraba temerosa. Puedo decir ahora que no me importaba su suerte. No quería ser vengativa, ni tampoco guardarle rencor, pero su debilidad y sumisión a mi padre permitió que yo pasara por la desdicha de mi anterior matrimonio. Nunca se disculpó aun sabiendo lo infeliz que era, prefirió a mi padre sobre mí.

Yo jamás le haría eso a Youngmin, menos a mi bebé.

Me alejé junto a Kangin para saludar al resto de invitados. Las esposas de la alianza me saludaron amablemente y todas desearon felicidad y amor en mi matrimonio. Me hicieron sentir cómoda, aun viendo a Cho Mina luciendo un embarazo, mi corazón se ilusionó un poco, en unos meses luciría como ella.

La recepción consistió en una cena, todo daba apariencia de tranquilidad, solo esperaba que terminara así.
-Un brindis, por los recién casados, que sean felices.- dijo Yesung mientras todos decían salud.
Simplemente sonreí, me aferraría a esa idea.
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Días después...

-Youngmin, deja de correr cariño- exclamé mientras el pequeño corría hacia dentro de la casa, me di prisa mientras lo tomaba en brazos y sus carcajadas llenaban el salón, tardé unos segundos antes de darme cuenta de lo que pasaba.
Los guardias de la casa estaban en el suelo, la sangre manchaba las alfombras. Intenté cubrir el rostro de Youngmin con mi cuerpo y salí pero los demás guardias que custodiaban afuera estaban también en el suelo y unas figuras masculina estaba frente a mí. No los conocía y e paralicé el terror se hizo presente y mi corazón latía desbocado.
-Señora Kim, por favor vuelva adentro- ordenó la única persona que reconocí, era Daehyun mientras apuntaba un arma hacia mí.

Sol de medianoche (4ta y última de la serie Amor en la mafia.)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora