Capítulo 11

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"Si todos los reyes tuvieran a sus reinas en trono,
Abriríamos el champagne y haríamos un brindis.
A todas las reinas que están luchando solas,
Bebé, no están bailando solas."

Kings and Queens / Ava Max

Nunca me había vestido de esta manera y por la mirada que me había dado Kangin, fue una excelente elección.

Yerang y yo habíamos ido de compras esta semana porque yo no tenía nada adecuado para una noche de fiesta en un club nocturno. Habíamos escogido algo con lo que me sintiera sexy y me viera de esa forma, me dejé llevar por Yerang y terminé con un conjunto de mini falda negra y un top con espalda descubierta en color dorado. –Le incluiremos un abrigo por si enfría- había dicho casual Yerang mientras me veía en el espejo de la tienda sin estar segura, con un par de zapatillas de tacón de una altura que nunca había usado.

Ahora sí que lo estaba.

Había practicado con los tacones los días anteriores y me alegré por ello ya que obtenía un efecto elegante y sofisticado que no podría hacer con otro tipo de calzado. Los ojos de Kangin me devoraron mientras caminaba hacía Yesung y él. Era extraño que no disimulara, pero en ese momento no me importaba.
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Llegamos a Seúl en la tarde, así que tuve tiempo para prepararme. Me había esmerado con mi maquillaje aprendiendo por medio de videos y me gustaba el resultado, estaba tan feliz y orgullosa de mi misma que aunque me pasara toda la noche sentada en una esquina, no me quejaría.

¡Uff! que mal estaba pensando.

Fue llegar al local de los Lee y ser envuelta entre saludos y bienvenidas. Había esperado a otras esposas reservadas o distantes, se notaba que se conocían entre ellas y que querían que todas las pasáramos bien, así no las conociera bien. Las hermanas Lee; Seohyun y Sunhwa estaban radiantes y saludándonos a Yerang y a mí de manera cordial y amable. Estaba también otra joven Suji que era la esposa del heredero de la familia de Incheon, Hyerin la hermana de este estaba en un avanzado estado de embarazo pero eso no impedía que se divirtiera desde un cómodo asiento. Al principio Yerang y yo estábamos incomodas, eran unas desconocidas para nosotras y sobretodo Yerang se sentía extraña.

-Estaba convencida de que Choi Mina me odiaba por mi rollo con Lee Donghae.
-¿Eso pasó antes de después de que ellos estuviesen juntos? –le pregunté intentando descifrar si era o no odio lo que Mina podría sentir.
-Ese es el problema, ellos se aman desde muy jóvenes, pero en esa época ella estaba prometida a un viejo y Donghae estaba por decir poco, dolido.
-No creo que te guarde rencor- dije intentando reconciliar las cosas y creo que no me equivoqué porque luego de eso Mina se acercó a Yerang, le dijo algo en secreto y luego Yerang regresó con una sonrisa.
-Creo que tenías razón- me dijo simplemente antes de darle un sorbo a su bebida, algo que imité. –Vamos a divertirnos.- me dijo y asentí, debía hacer eso.
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Kangin

Kangin no podía apartar sus pensamientos de Mirae. ¿Se estaría divirtiendo? ¿Querría irse? Revisaba su teléfono y no tenía ni llamadas ni mensajes de ella, así que todo iría bien pensó resignado mientras mostraba su juego y se llevaba la apuesta de la mesa. Era la primera vez en mucho tiempo en la que se sentaba en una mesa con hombres poderosos de las familias sin tener la tensión de algún problema o los Park respirándoles en la nuca. Todos reían y se relajaban con algunos tragos y mesas de juegos.
-Parece que esta noche la suerte está contigo- murmuró Lee Hyukjae, el heredero de Incheon con una sonrisa. –Si no cuido mis apuestas llegaré a casa con la cartera vacía.
-A eso le sumamos que debes pagar los tragos de Suji- dijo su hermano menor, Hyunwoon con una sonrisa.
-Amén por eso- brindó Hyukjae y Lee Donghae le dedicó una sonrisa de medio lado mientras Choi Siwon volteaba sus ojos.
-Imagino que el futuro esposo debe estar nervioso- dijo Hyukjae mirando con burla a Donghae.
-Pues no tantos nervios como tú cuando te enteraste que venía más de un bebé aquella vez- dijo regresándole la pelota.
-Pues cuando te den la noticia de tu primer hijo vamos a ver si lo vas a tomar con tranquilidad. –le dijo Hyukjae y Donghae se encogió de hombros.

Todos rieron mientras Hyunwoon hacia malabares con las cartas para repartirlas nuevamente. –Me gustaría saber, ¿Quién es la joven de largas piernas y top dorado que está con las demás?
Kangin se quedó quieto con su bebida cerca de sus labios.
-¿Quién?- preguntó ZhouMi, el líder de los dragones negros.
-La viuda de mi padre- respondió Kangin con acidez, una que no pasó desapercibida por Lee Donghae, se dio cuenta en el cambio de actitud, en la voz y la posición de sus manos de relajadas a tensas, pero prefirió no decir nada, esa historia no le correspondía.
-Es muy guapa y muy joven- agregó Hyunwoon como quien no quiere la cosa, pero Kangin se tensó, ¿Qué haría si el vago interés se vuelve algo más serio?
No, no le gustaba lo que sentía.

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Llegaron al hotel donde pasarían la noche. Yerang y Mirae hablaban y contaban como se habían divertido. Kangin lo había visto cuando subieron a buscarlas, estaban radiantes, sonrientes y divertidas, nunca había visto a Mirae tan sensual, tan desenfadada como esa noche. Se despidieron de Yerang y Yesung e hicieron como si fuesen a habitaciones separadas, pero iban a una misma habitación. Fue cerrar la puerta y tomar a Mirae en sus brazos y besarla con ansias. Ella comenzó a respirar con jadeos rítmicos, como lo haría si él estuviera dentro de ella. La punta de su lengua se aventuró dentro de su boca, un golpe de sensación que fue directo a su ingle. Nunca había sido tan duro en su vida.

Kangin se dio cuenta de que uno de ellos tenía que poner fin a esto. No podía siquiera pensar en Mirae siendo visitada, cortejada o prometida a otro hombre. No podía vivir con la idea de estar lejos de ella, le costó un esfuerzo hercúleo separar su boca de la de ella, pero lo que hizo fue bajar el rostro hacia su cuello y aspiró la fragancia de su. Sintió a Mirae estremecerse ante el roce contra su tierna piel. Dios. Quería pasar horas besando cada centímetro de ella.
Y fue ahí cuando se dio cuenta que la necesitaba, la amaba.
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Mirae

La mayor parte de esa noche fue un borrón oscuro y dulce de sensualidad, pero algunos detalles quedaron atrapados en mi memoria, el olor de la lluvia fría entrando por la ventana... los mechones del cabello de Kangin deslizándose entre mis dedos... la increíble plenitud y pesadez de su posesión.

Él era muy gentil, a pesar de su poder y tamaño, las yemas de sus dedos se deslizaban sobre mí en patrones ligeros y seductores. Su concentración en mí, su conciencia de cada sonido, pulso, escalofrío, era absoluta. Su voz baja me hizo cosquillas en la oreja mientras murmuraba lo hermosa que era, lo bien que se sentía, lo duro que lo ponía... y mientras tanto, el grueso eje seguía hundiéndose más y más profundamente.

Para cuando me llenó por completo, estaba febril de necesidad. Un pequeño sollozo de anticipación se me escapó cuando él comenzó a moverse. Pero cada estocada era larga y angustiosamente lenta, reteniendo el último estímulo que necesitaba.
Entre la alegría y la tristeza me di cuenta que no podría vivir lejos de él.

Si llegara a tomar una esposa que no fuese yo, me destrozaría. Lo haría.
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Días después.

Kangin.

¿Qué sucede?- le preguntó a Yesung cuando vio a este entrar en su oficina con suma seriedad.
-Está aquí Daehyun.
Kangin frunció el ceño, Daehyun era el encargado del contrabando en el puerto, su segundo para esas cosas.
-¿Qué hace aquí? No recuerdo que tuviese una reunión con él o ¿Ha pasado algo?
-Me dijo que quiere hablar contigo sobre Mirae, quiere pedir permiso para ofrecer su mano por ella. 

Sol de medianoche (4ta y última de la serie Amor en la mafia.)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora