Parte 8

257 22 3
                                    

Llevo ya algunos días aquí en Londres pasando los días con los abuelos y me están cuidando bastante bien, pero no es igual a como me cuidaba Max. Me acostumbré tanto a levantarme cerca de él, con besos y caricias, me acostumbré a desayunar sus deliciosas tortitas con café recién hecho, me acostumbré tanto a amar que ahora no podía olvidar.

Hace unos días estuve con Lando y hablamos sobre esto. Intentó darme su mejor expectativa de la situación, pero nada bueno se podía sacar de algo así. Lando ha estado visitandome muy a menudo, de hecho ya es muy amigo de mis abuelos y lo tratan como otro más de la familia.

Mamá pasó aquí un par de días y vino con Horner, al que por cierto ya le había contado lo que pasó. En esta familia no se pueden contar secretos. Por desgracia, se tuvieron que ir porque la temporada está a nada de empezar y tienen que preparar algunas cosas finales para empezar con buen pie

-Irina: Acabo de acordarme de algo

-Grace: ¿De qué?

-Irina: Yo quería acompañar a Max durante su temporada y descubrir así todo el mundo. Era uno de los sueños de mi lista

-Grace: Nunca es tarde para...

-Irina: Abuela, no insistas

La abuela había estado días diciendo que debería volver y hablar con Max. Ella había notado cuanto lo necesitaba en mi vida y cuánto lo echaba de menos

-Grace: Cariño, estás hecha polvo desde que llegaste aquí y no es sólo por la leucemia

-Irina: Es que...no puedo perdonarle

-Grace: No le perdones si no quieres, pero al menos podrías hablar con él y escuchar lo que seguramente quiere decirte ahora mismo

-Irina: Ahora mismo estará en Mónaco con Kelly. Ya se ha quitado un peso de encima...a mi...

-Grace: Irina no digas eso

-Irina: Abuela, ni si quiera vosotros podéis haceros cargo de mi cuando enfermo. Está claro que soy una carga

Cuando me diagnosticaron el cáncer sentí que mi vida se iba y que todo iba a ser un camino hacia el final. Recuerdo las primeras semanas cuando el cáncer me afectaba muy rápido, mamá se tiraba día y noche pendiente de mí y no descansaba nada. Así durante más de tres años. Después, llegó Max y fue igual. Él me cuidaba siempre y no sé separaba de mi. Me sentía una carga pies me estaba atención la mayoría del tiempo y no dejaba que el resto hiciese sus cosas

-Grace: Rina tu no elegiste esto, pero el resto sí eligió cuidar de ti. Así que no eres una carga ni para nosotros ni para tu madre y ni para Max

-Irina: ¿Te importa si salgo a dar una vuelta?

-Grace: Claro que no, ¿pero te importaría acompañar a tu abuelo a hacer unos recados?

-Irina: No, iré con él encantada

Fui a mi habitación para arreglarme y ponerme algo distinto que no fuera un pijama o ropa de deporte. Me decanté por unos vaqueros negros y un jersey verde oscuro con unas botas negras. Cogí mi bolso, un chaquetón y con mi abuelo salimos a hacer los recados

Hacia frío en Londres pero no tanto como para ir como en invierno, quizás con ir abrigada con un jersey y una chaqueta vaquera ibas bien por esta época del año.

Fuimos a un mercado donde mis abuelos solían pasar casi todo los sábados a comprar comida, alguna decoración que le gustase a mi abuela, algunos trastos interesantes y curiosos que le gustasen a mi abuelo...La verdad es que este lugar era precioso. Se olía un delicioso aroma a fruta fresca, a productos recién cogidos, al cuero de algunos productos como bolsos o mochilas, al metal de las joyas que también vendían...

Hasta El Último Aliento: ¿Qué Hubiera Pasado Si...?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora