Parte 22

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-Roni: Irina tus abuelos no saben que me caso y a penas conocen a Horner, así que te pido por favor que no digas absolutamente nada ni comentes nada ni hagas referencias hasta que yo esté lista para decirlo

Acabábamos de llegar a Londres desde Austria. Estábamos frente a la puerta de la casa de campo de mis abuelos en las afueras de Londres discutiendo sobre la relación de mamá y Horner. Hacía fresco fuera y mamá no dejaba de advertirme de que no dijera nada

-Irina: Bien, tendré la boca cerrada con cremayerita.- me pasé los dedos por los labios

-Roni: Lo digo muy en serio Rina

-Horner: Venga Roni, tranquila. No será tan malo y verás como se alegran

-Roni: Por qué me case seguro, pero tú tienes que caerles bien o te harán la vida imposible

-Irina: Ves, Max les cayó tan bien que ni si quiera lo odian después de todo

-Roni: Tuviste demasiada suerte

-Irina: Vamos mamá, no será para tanto. Pero sería peor la vez que le tuviste que decir que estabas embarazada de mi y que mi padre te había dejado sola

-Horner: Ves, esto es nada comparado con lo otro

-Roni: A Irina la iban a adorar por ser su nieta y a mi me lo dejaron pasar por ser su hija. Tú no les tocas nada y te pueden machacar

-Irina: Bueno, vamos a pensar en positivo. Los abuelos no son malos y si no, Horner pregúntale a Max cómo le trataron

-Roni: Lo repito, tuviste suerte

-Irina: Bueno ¿Podemos entrar ya? Hace fresco

-Roni: No, quiero que me prometas que nos vas a...- tuvo que callarse rápido porque la puerta de la casa se abría y aparecía la abuela con una gran sonrisa

-Grace: ¿Qué es eso que no debe decir mi preciosa nieta?

-Irina: ¡Abuela!.- fui hacia sus brazos y le di un gran abrazo.- Abuela esta es mamá. Mamá está es la abuela

-Grace: Rina creo que conozco bien a tu madre

-Irina: Si, pero mira...¡Este es Horner!.- dije mostrando al hombre que se ocultaba detrás de mamá.- Horner ella es Grace, Abuela él es Christian Horner. Y yo me voy dentro porque hace frío y quiero ver al abuelo

Me asusté al ver a la abuela en la puerta. Seguro que ya había escuchado toda la conversación desde el otro lado y a penas mamá tendría que explicarle la situación. Y como seguro que era así, decidí dejarlos con todo el marrón e irme dentro

Llevé mi maleta a mi habitación que estaba igual que la dejé la última vez que estuve aquí. Aunque había un par de cosas más. En la pared a se habían añadido un par de marcos con fotos mías...y de Max...

No me acordaba que durante un tiempo le pasaba mil fotos mías con Max a la abuela, pero lo que ya no sabía es que las sacaba y las ponía en marcos. Realmente ellos adoraban a Max. Encima de mi cama había un chándal de Red Bull que Max se dejó aquí y que yo usaba en Navidad cuando estuvimos aquí. Supongo que la abuela pensó que lo usaría y por eso lo sacó. Y estaba en lo correcto. Me quité la ropa que llevaba y me puse el chándal

-Noah: Hola nietecita mía.- dijo mi abuelo entrando a la habitación y dándome un fuerte abrazo

-Irina: Hola abuelo

-Noah: ¿Qué tal el viaje? ¿Todo bien? ¿Y qué tal tú? ¿El tratamiento bien?

-Irina: Todo está bien, aunque el tratamiento últimamente me ha sentado un poco mal

Hasta El Último Aliento: ¿Qué Hubiera Pasado Si...?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora