Ciby es una chica de 14 años, que está descubriendo nuevos sentimientos y nuevos intereses. A su vida llega Nil un chico divertido, extrovertido, que viene a cambiar su mundo.
Juntos explorarán la montaña rusa de la vida, el significado del amor y t...
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¿Acaso la vida es un conjunto de coincidencias? ¿o simplemente el destino ya está escrito y desde un principio cada encuentro era inevitable?.
Último paso… al filo del abismo, estamos a punto de caer.
El rostro de mi padre que apenas hace un segundo palidecía, ahora parece arder en furia. Una terrible sensación recorre mi cuerpo, es la capacidad de presentir el desastre que se avecina pero sin poder hacer nada, me quedo petrificada en mi asiento.
La tranquilidad se quiebra cuando mi padre intenta saltar por encima de la mesa sobre Nil que ni siquiera entiende que está pasando, mi madre reacciona de forma rápida impidiendo que él golpee al chico. Pero nada impide que el plato de comida aún caliente caiga encima de Nil.
—¡Sácalo de aquí! —El grito de mi madre me hace reaccionar.
Ayudó a Nil a ponerse en pie, del shock parece no haberse dado cuenta que está a medio cubrir de comida, lo ayudó a tomar sus cosas y salgo junto a él de la casa, mientras mi madre aún lucha por calmar a mi padre que parece estar fuera de sí.
—¿Que fue todo eso? —pregunta un pálido y confundido Nil.
Lo ayudo a limpiar los restos de comida en su ropa, evadiendo su pregunta al menos por un momento, tengo miedo, temo decir en voz alta lo que mi cerebro ya proceso, porque en el momento que lo diga en voz alta será una realidad absoluta.
Sus ojos me escrutan esperando esa respuesta que se niega a salir de mi boca, pero el panorama completo se ve ahora más claro que nunca, “Mi padre se fue de la casa” suenan con fuerza las palabras de Nil en mi cabeza y empiezo a lamentar saber la verdad.
—Mi padre hizo negocios con un hombre, ese hombre tomó todo nuestro dinero y huyó. Ahora mismo nuestra situación económica es tan mala que solo nos alcanza para la comida y lo más probable es que perdamos la casa —empecé a decir.
Parece estar procesando mis palabras y su expresión me dice que sigue sin entender nada, como quisiera no entender nada de estos, suspiro de forma profunda.
—El nombre del estafador es Dann Florek —me atrevo a decir al fin.
Nil niega con la cabeza.
—Debe ser otra persona —dice entre dientes supongo que para sí mismo.
—Existe esa posibilidad —le doy el beneficio de la duda —Pero a estas alturas es obvio que mi padre no cree eso, si te puedes comunicar con tu padre podrías preguntarle su versión —propuse.
Él parece darse cuenta de algo y su rostro pálido se torna aún más pálido.
—Es mejor que me vaya —dijo Nil.
Lo acompañe hasta la parada del autobús, el silencio levantó un muro entre nosotros haciendo que me empezara a sentir incómoda. Cuando llegó el autobús me atreví a hablar de nuevo.
—Te llamo más tarde —dije.
Él volvió a verme y lo vi forzar una sonrisa que apenas llegó a ser una mueca.
—Ok —lo escuchó decir antes de que la puerta del autobús se cerrara.
Camino de forma lenta hasta llegar a la puerta de mi casa, estoy enojada, con mi padre y también con el padre de Nil. Tengo ganas de llorar y el sentimiento de impotencia empieza a carcomer mis pensamientos.
Abro la puerta que emite un chirrido más fuerte de lo normal como para anunciar mi llegada, mis padres están en la mesa.
Quería decirle a mi padre algo con respecto a sus acciones, agresivas e inmaduras, pero al ver su rostro, olvide que iba a decir. Lejos había quedado su expresión de enojo de hace unos minutos, ahora parecía triste, como si estuviera a punto de quebrarse.
—No quiero volver a verte cerca de ese chico —dijo mi padre cuando pareció notar mi presencia en la sala.
En ese momento tenía que decir que no, que Nil es mi novio y no iba a dejar de verlo. Pero no fui capaz de emitir palabra alguna y en su lugar solo asentí con la cabeza.
