Ciby es una chica de 14 años, que está descubriendo nuevos sentimientos y nuevos intereses. A su vida llega Nil un chico divertido, extrovertido, que viene a cambiar su mundo.
Juntos explorarán la montaña rusa de la vida, el significado del amor y t...
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Un antiguo proverbio chino dice «El que teme sufrir ya sufre el temor».
Vivir sin miedo es una elección, vivir siendo honestos con nuestros verdaderos deseos es una elección y vivir sin arrepentimientos también es una elección.
¿Hasta dónde estoy dispuesta a llegar para estar con la persona que me gusta?
Habían pasado unos 20 minutos desde que mi amiga empezó a disfrazarme, me puso abundante maquillaje y tomamos prestado un cambio de ropa del vestuario del club, algo que normalmente no usaría, cuando intente protestar Angelica me dejo sin argumentos, al final convenimos que si no me gustaba el resultado íbamos a desechar la idea.
-¿Que tal? -mi amiga se hace a un lado para que yo pueda apreciar mi reflejo en el espejo. No logré reconocerme.
Hablar de honestidad en este momento no tiene sentido, es incongruente. Mi reflejo en el espejo es todo menos honesto.
-Es asombroso -dije tocando mis mejillas para asegurarme de que yo, soy yo -Gracias -me conmueve todo el esfuerzo que Angelica estaba poniendo en ayudarme.
-Deberías llamarlo -dice ella extendiendome su teléfono.
-¿Y si no quiere hablar conmigo? -dije con miedo.
Mi amiga parece meditar sus palabras por un minuto.
-No vas a saber que quiere él, si no le preguntas -dice como si fuera la cosa más obvia del mundo.
-¿Y si no quiere verme? -insistí.
-Ustedes se hicieron novios hablando en persona, lo lógico es que si van a terminar también lo hagan en persona -dijo tal vez intentando tranquilizarme pero quede peor. Ella me dio un golpecito en la frente para que reaccionara.
Marque el número de Nil que por suerte ella tenía guardado entre sus contactos, podía escuchar el fuerte palpitar de mi corazón retumbando en mis oídos y el tiempo parecía fluir más despacio, no fue hasta el tercer tono que él respondió.
-¿Hola? -escuche su voz al otro lado de la línea.
-Hola Nil, soy Ciby -entre mis nervios y mi falta de oxígeno apenas me salió un hilo de voz.
-Me alegra que llamaras, pensé que tal vez ya no querías volver a hablar conmigo -dijo Nil.
-De ninguna manera, es solo que mis padres me quitaron el teléfono -me apresure a decir.
-¿Tienes algo de tiempo ahora? ¿nos podemos ver en algún lugar? -hizo las preguntas que yo estaba a punto de hacer.
-Si tengo tiempo, en este momento estoy en la escuela, ¿nos podemos ver en el centro comercial del oeste?, puedo llegar en 20 minutos -propuse.
-Perfecto, estoy ahí en 30 minutos -dijo de forma apresurada y colgó.
Quede un poco en el aire por su tosca forma de despedirse pero parecía estar apurado, cuando estaba a punto de devolverle el teléfono a Angelica que hasta ese instante había estado escuchando la conversación sin interrumpir, creo que incluso no ella estaba respirando para no hacer ruido, veo como la pantalla de su celular se ilumina con un mensaje entrante que ponía como remitente "Amor".
Ella al darse cuenta me quita el teléfono rápidamente y lo guarda sin abrir el mensaje ¿yo lo había visto mal?. Se que si ella saliera con alguien me lo diría, rápidamente ignoro eso para concentrarme en lo que tengo que hacer, tengo que ir a ver a Nil.
-Cuando vayas de regreso a casa, ve a un baño público y cámbiate la ropa, también tendrás que quitarte todo el maquillaje -repite por millonésima vez mi amiga mientras caminamos hacia la parada del autobús donde tendremos que tomar caminos diferentes.
Se despide de mí entregándome un pequeño envase con desmaquillante que sinceramente no estoy segura de como usar.
Llegé al centro comercial y me quedé esperando a Nil justo en el mismo sitio donde él me esperaba aquel día.
Apenas unos minutos después lo veo llegar, corría como si su vida dependiera de ello. Al llegar a un par de metros de mí, se detuvo y vio a cada lado como si buscara a alguien, tarde en darme cuenta que a la persona que buscaba era a mi.
-Hola -dije avergonzada.
-¿Ciby? -dudo.
-Sí... es que vengo disfrazada -
-Wow... te ves ... -parecía buscar la palabra adecuada.
-¿Rara? ¿diferente? -dije.
-Hermosa, lo que quería decir es que te ves muy hermosa -dijo con dulzura.
-Gracias -si no llevara tanto maquillaje estoy segura que mi rostro se vería mas rojo que un tomate.
-Entremos -
-Si -asentí.
Fuimos directo al Bookcafe, estaba casi vacío y por suerte la mesa más alejada de la entrada estaba desocupada.
-Lamento lo que pasó el otro día en mi casa -empecé a decir cuando ya nos habíamos acomodado en la mesa.
-No es necesario una disculpa, al menos no de tu parte, si alguien aquí debería disculparse ese tendría que ser yo -comenzó a hablar y me pareció que su rostro se tornaba más pálido -tu padre tenía razón, mi padre es un estafador que huyó con el dinero de muchas personas, lo siento -mordió su labio inferior para controlar el temblor involuntaria.
En ese momento sentí ganas de llorar.
-Tampoco tienes que disculparte, tú no hiciste nada malo -dije
-Me alegra que al menos tú pienses eso -dijo haciendo un intento de sonrisa que solo se quedo en una mueca -Pero los demás no lo van a ver de esa forma, hace dos días llego a nuestra casa un aviso de desalojo, nos dieron un plazo de 72h para desalojar la vivienda... -
-¿Como? ¿Por que? -lo interrumpí de forma atropellada alzando la voz más de lo necesario.
-La casa está a nombre de mi padre y van a embargar todos sus bienes -su voz era baja, casi un susurro.
-¿Embargar? -pregunté confundida, rogando que esa palabra tuviera otro significado. Tomé una de sus manos sobre la mesa, estaba fría, como si estuviéramos en inviernos en vez de en verano.
-Si, la van a subastar para intentar pagar alguna de las deudas, incluso nos prohibieron llevarnos cualquier cosa que no fuera nuestra ropa -noté como sus ojos se cristalizaron y bajo la mirada clavándola en nuestras manos entrelazadas sobre la mesa.
-¿A dónde?... ¿a dónde van a ir? -Mi garganta se sentía seca.
-Un familiar de mi madre nos va a recibir, vive a 1 hora y media de aquí en tren -dijo con voz baja como si le costara decir esas palabras -Será difícil vernos -añadió.
No pude responder, ¿por qué esta pasando esto?.
-¿Quieres que terminemos? -Sus palabras en apariencia calmada fueron un cuchillo que se clavó en mi corazón.
-No -alcance a decir antes de sentir como una lágrima solitaria se deslizaba por mi mejilla.
-Entonces encontraremos una forma de seguir viéndonos, por eso no llores -dijo mostrándome una sonrisa, que aunque mezclada con la tristeza en sus ojos aún podía ser capaz de transmitirme esperanza.
Aquella tarde nos despedimos, nos abrazamos como si fuera el último abrazo pero deseando que no lo fuera, nos besamos como si fuera el último beso.
-Te enviaré un mensaje cuando llegue a la nueva casa -fue lo último que me dijo Nil antes de irse.
Me quedo parada allí viendo como Nil se aleja y sintiendo un vacío en mi pecho, como si pronto me faltara un pedazo de corazón.
