Ciby es una chica de 14 años, que está descubriendo nuevos sentimientos y nuevos intereses. A su vida llega Nil un chico divertido, extrovertido, que viene a cambiar su mundo.
Juntos explorarán la montaña rusa de la vida, el significado del amor y t...
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Sorprendentemente, el equipo amarillo fue el ganador del primer evento, el diseño de nuestra bandera resulte ser el mas prolijo, mientras que los diseños de los otros tres equipos parecian simples en comparación.
Tras nuestra victoria, comenzamos a discutir quienes participarian en cada una de las actividades, tratamos de conformar equipos equilibrados. Teníamos poco tiempo para entregar una lista con los nombres y no es como si conociéramos las fortalezas de todos los miembros del equipo, supongo que esa era la desventaja de ser seleccionados al azar.
A las 19:30 entregamos la lista, lo siguiente en el itinerario era la cena, la cual servirán a las 21:00 por lo que tendríamos una hora y media libre.
Vi a Nil rodeado de su grupo de amigos, ahora me doy cuenta de su nivel de popularidad, siempre está rodeado de personas, es como una fuerza de la naturaleza que atrae a todos hacia sí mismo. El lado negativo, es que lo mantienen tan ocupado que es difícil acercarse a él, me hace experimentar los mismos sentimientos que tenía cuando apenas podía decirle “Hola”.
Él parece darse cuenta que lo estoy observando y luego de unos minutos en los que parecía que se despedía de uno de sus amigos pero se le acercaba otro y otro, por fin logró escapar lo suficientemente rápido para llegar a donde estaba yo.
—Hey —dijo Nil a manera de saludo.
—Hola —lo saludé de nuevo.
—¿Podemos caminar juntos un rato? —pregunta señalando el sendero.
—Si —dije y sonreí ligeramente.
Comenzamos a caminar, temprano había escuchado de los profesores que el sendero llegaba a un pequeño mirador, muchos comenzaron a caminar al mismo lugar pero ya empezaba a oscurecer y el camino apenas estaba iluminado.
Aun así no sentía la suficiente confianza para caminar más cerca de Nil, demasiados ojos podían vernos.
—¡Mira! —exclamó Nil, sacándome de mis pensamientos.
Me fijé en aquello que señalaba, un árbol con grandes raíces que sobresalen de la tierra.
—Se parece al lugar donde hablamos por primera vez —dijo él con un tono alegre.
—Lo recuerdas —dije entre sorprendida y feliz.
—Por supuesto, pensé que se me había aparecido un hada del bosque —dijo y soltó una risa.
Los que pasaban cerca de nosotros nos voltearon a ver.
—¿Podemos ir a mi cabaña? —preguntó Nil —Aquí no se puede hablar con tranquilidad —añadió, refiriéndose a todas las miradas curiosas que hemos estado recibiendo.
Asentí con la cabeza y fuimos hasta su cabaña, estaba más cerca del comedor que la cabaña donde yo me estaba alojando.
Nil abrió la puerta de la cabaña para invitarme a entrar, pero se quedó petrificado al ver la escena, su cabaña sin duda había alcanzado el límite de personas que deberían entrar en su interior, habían instalado una mesa en la sala de estar y estaban jugando ping pong. Me fijé en el rostro de Nil, parecía decepcionado.
—Parece que no vamos a poder estar a solas después de todo —dijo algo triste.
—No te preocupes, tal vez en otro momento —dije para intentar animarlo.
Ossi llegó corriendo hasta nosotros que aun seguíamos parados en el umbral de la puerta, nos arrastró hasta el interior de la abarrotada cabaña e insistió en que nos uniéramos a los juegos de mesa que se estaban llevando a cabo.
