—Kayn ¿Otra vez te vas?—Preguntó la guadaña viendo como su portador iba de un lado para otro, acicalandose.
—¿Algún problema,Rhaasty?— Pronunció burlándose mientras lo tomaba para envolverlo en una tela.
—Ahg-¡Tú!— La guadaña se movía para intentar quitarse la tela de su visión, terminó cayendo causando un estruendo— Ya verás... ¡CUÁNDO VUELVAS A MI, NIÑO INSOLENTE, TE HARÉ SUPLICAR PIEDAD!
—Sí, sí, como sea —Tomó la guadaña para reposicionarla— No hagas un desastre en la habitación, si no, le preguntaré al maestro Zed si los granjeros necesitan ayuda para cortar trigo — Amenazó para después salir y cerrar su puerta.
—Qué niño más malcriado...—Murmuró enrrabiado.
—¡Amigo sombra! ¿Cómo te fue hoy? ¿Necesitas algún masaje o venda? —Preguntó curiosa la camaleona, acercándose al pelinegro, tocándole los brazos y el abdomen por si tenía alguna herida.
—Hola de nuevo, Neeko—Dijo para hacerle caricias en su pelo— Sí, se puede decir que me ha ido bien en los entrenamientos, nada más que Rhaast se ha puesto más insportable que antes, pero... —Miró a la camaleona a sus ojos para tomar delicadamente sus manos,acariciandolas — Me gustaría demasiado un masaje hecho por tí.
La camaleona emocionada aceptó de inmediato. Hicieron el procedimiento de siempre, Kayn se quitaba sus accesorios y Neeko preparaba la cama de paja;el muchacho se acostó y la camaleona empezó a untarle aceites hechos por ella misma.
—¿Se siente bien?—Preguntó la muchacha, más lo único que recibió fueron espasmos, siendo un visto bueno para ella, después de un rato terminaron la sesión.
—Ah...Neeko...realmente tus masajes son gloriosos, no sé como no te dedicas a esto ¡Serías millonaria!—Decía asombrando mientras se dirigía a la salida de la cabaña.
—Ay, bobito ¡Un buen masaje siempre será bueno si lo haces de la fuerza del corazón! —Dijo para después palmear el pecho del muchacho— ¡Oh! Ahora que recuerdo,espérame aquí.
No paso mucho para que Neeko llegara con una canasta bien adornada.
—¡Es para tu maestro! ¡Son unos panes con queso para agradecerle por salvar a Neeko! —Dijo para extenderle la canasta.
No hace mucho fue que Neeko casi era asesinada por unos cazadores de vastayas, Kayn sabía que Zed la salvó para estudiar su magia vastayana, pero inevitablemente se encariñaron con ella, más nunca lo admitirán.
—Gracias de verdad, Neeko, estoy seguro que al Maestro Zed le gustarán— Agradeció para tomar la canasta mientras con la otra mano rebuscaba en sus bolsillos— Esto es dinero para cuando vayas al mercado, el Maestro te lo envía.
—¡GUAU!— Neeko emocionada toma la prqueña bolsa con dinero — ¿De verdad, para mi? Guaaauuu... — Pronunciaba con brillitos en sus ojos.
—Hasta el próximo domingo— Se despidió Kayn mientras le daba caricias en la cabeza.
—¡Hasta el domingo~!— Dijo para abrazarlo y finalmente separarse— Cuídate.
Así Kayn se fue a vigilar los alrededores para mantener a Neeko segura; comprobando que no haya ningún peligro, volvió a la orden, dirigiéndose al despacho de Zed para hacer un reporte breve acerca de aquella camaleona, después se encaminó a los baños para darse una ducha y finalmente ir a su habitación.
—¿Estas son horas de llegar?
—¿Quién eres? ¿Mi esposa? — Preguntó desafiante para quitarse su toalla y ponerse su pijama.
—¡Agradece que me preocupo por ti! No hago eso por cualquiera ¿Sabes?
—Sí, sí...
— Gusano ¡Responde adecuadamente! Tu maestro de verdad no te enseñó modales...
— El burro hablando de orejas... —Kayn miró incrédulo a la guadaña mientras se sentaba en su cama.
— Tú de verdad...
—Buenas noches, Rhaast~
...
– Buenas noches, niño...
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¡Mírame! [Rhaast x Kayn]
Hayran KurguRhaast estaba siendo, gradualmente, descuidado por Kayn. Cada tarde después de su entrenamiento, el muchacho lo dejaba guardado en su habitación y lo sacaba para entrenar. El Darkin lo veía distante pero de buen humor, así que lo molestaba pero su p...