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Yulia se quedo pasmado por varios segundos, intentando procesar lo que Ilia le estaba insinuando.

-¿Qué quienres decir?- preguntó medio enfadado, medio temeroso-. ¡No puedes engañar a los demás con tu dinero Ilia!- gruño asustado.

Ilia lo miró y sintió un ligero toque de lástima y desprecio por el chico. Sintió que hasta ahora no había conocido de verdad a Yulia. No le respondió con palabras, buscó en su teléfono las facturas previas al cumpleaños de Marcos y encontró la compra de rosas. Sin decir nada más se la mostró al otro chico.

-Como te dije, tengo la de todos los demás regalos, muchos que apuesto nisiquiera sabes que existen-. Arrugó las cejas y su mirada se volvió hostil-  es la primera y última advertencia que te haré Yulia, o le dices la verdad o te alejas de él para siempre. No me obligues a tener que explicárselo yo.

Yulia se encogió ligeramente por la amenaza y el miedo y la ira se mezclaron hasta que no supo donde empezaba una emoción y terminaba la otra. ¿Cómo demonios había terminado encontrando al admirador real? Su suerte solo empeoraba a cada segundo. 

-Bien- aceptó a regañadientes- me alejaré, pero quizá quieras reconsiderar relacionarte con alguien a quien solo puedes obtener por medio de regalos y que ni siquiera fue capaz de distinguirte de un tú falso. 

-Quizá podrías tomar tu consejo para tí mismo antes de dármelo. ¿Qué creías que lograrías iniciando con mentiras?

-Ustedes nisiquiera se conocen, si le gusta alguien que nunca ha visto por que no puedo gustarle yo? ¿Sabes que me invitó a salir solo por que me vio cerca de donde le dejaste tu último regalo, cuando mamá me envió  a entregarte el libro que olvidaste?  Puedes ver que le guste solo con verme, tú tambien estabas cerca pero decidió que quería que yo fuese ese admirador. Entre tú y yo eligió fijarse en mi ¿Qué te dice eso?

-Que eres un chico muy guapo y yo no, evidentemente a primera vista te preferirán pero salió contigo y se pelearon, en cambio salió conmigo y volvió a buscarme. Dime Yulia ¿Qué te dice eso? – guardó su teléfono y caminó a la puerta abriéndola para invitarlo a salir- Creo que no tenemos nada mas de que hablar. Es tu decisión lo que harás ahora, adiós Yulia. 

Yulia apretó los puños y aguantó las ganas de abofetear al muchacho engreído frente a él y salió de la habitación sin decir nada. Cuando llegó a la planta baja vio a Marcos, esperando a Ilia. 

-Eres rápido cambiando tus intereses…- le miró, estaba enfadado y no tenía con quién desquitarse. 

-Yulia- Marcos le vio y aunque sintió un leve dejo de culpa, se esfumó al ver que el otro no se sentía en absoluto culpable por la forma en que se habían separado-. Soy una persona que siempre esta abierto a las posibilidades, pero sé identificar rápidamente lo que me interesa de lo que no. Lamento que las cosas entre nosotros no funcionaran. 

-Después de todo….- gruñó entre dientes pero recordando la advertencia que Ilia le había dado no se atrevió a continuar-. No importa, me arrepiento del tiempo y esfuerzo que desperdicié en ti – masculló.-Nunca te pedí nada de lo que me diste, puedo devolverte todo lo que aún tengo, cosas como flores o dulces tendrás que dejarlas ir.

Yulia contempló por un segundo la posibilidad de decirle que sí, pero, de reojo, vio a Ilia bajando   las escaleras y se acobardó. 

-No importa- empujó al muchacho y salió apresuradamente de la casa. No quería quedarse a ver al imbécil privilegiado quitarle al novio que debió ser suyo. 

Ilia vio a Yulia marcharce sin ningun remordimiento por lo que había hecho, suspiró y negó. Su atención se dirigió entonces a Marcos y no pudo decir que no lo resentía. No había razón alguna para hacerlo pero los sentimientos no eran racionales. 

-Ilia- Marcos sonrió al ver al chico bajar, pero de inmediato notó su rostro serio y su sonrisa disminuyó- ¿pasa algo?- preguntó preocupado.

-Yulia me pidió que me alejara de su novio- respondió con sinceridad.

Marcos parpadeó varias veces.

-¿Novio?- frunció las cejas- ¿yo? – negó de un lado a otro casi con miedo-. No, no, no, no, no-. Negó tambien con las manos-. Salimos un par de veces pero no congeniamos el uno con el otro. De verdad creí que podríamos congeniar pero no fue asi-. Explicó. 

Ilia suspiro pero la conversación con Yulia le había dejado un mal sabor de boca. 

-Creo que quizá…- iba a decirle que era mejor terminar la cita ahora, no estaba de ánimo  para seguir, pero se dio cuenta que eso seria hacer justo lo que Yulia quería. Confundido con sus propios sentimientos tomó la mano de Marcos y lo vio sonreír -.No pasa nada…- le aseguró- volvamos a la fiesta.

La noche, en otras circunstancias habría sido maravillosa, Marcos era la cita perfecta, encantador caballeroso, dulce y coqueto. Pero desgraciadamente no podía disfrutarlo del todo. En circunstancias normales el coqueteo de Marcos lo pondría nervioso… pero ahora no lo sentía, quizá por que ya no sentía que Marcos pudiese sentirse atraído por él de verdad. Quería llorar. No importa lo que le había dicho a Yulia, lo cierto es que en cada ocasión él había estado cerca para ver a Marcos recoger los regalos que le dejaba, le gustaba ver su rostro y sentir que podia mover sus emociones con sus gestos. Así que ¿cómo con una sola vez encontrándose, Yulia había tomado su lugar? La respuesta era evidente, era por que nunca habia atraído la mirada de Marcos como lo habia hecho Yulia. Marcos podía estar ahora con él por que era conveniente, porque la oportunidad se había dado, pero nada más.

Cuando se separaron esa noche Ilia estaba ansioso por hacerlo, sentía que no podía fingir una sonrisa más por el resto del dia. Marcos en cambio estaba preocupado, no era idiota, había notado el cambio en el ánimo de su cita y la forma en que había tomado distancia de él. 

Nada más entrar a la casa Marcos miró su teléfono y pensó a desbloquear a Yulia para preguntarle que había pasado con Ilia ¿Qué le había dicho exactamente para que se alejara asi de él? Pero se arrepintió antes de poder desbloquearlo. No, ir con terceros nunca era la respuesta. Tenía que hablar directamente con Ilia. 

Era una lástima que pese a sus buenas desiciones terminara en un malentendido sin querer. Al día siguiente fue a su café favorito a buscar su café matutino antes de ir a su trabajo de invierno en la oficina de su papá. Estaba tan cencentrado pensando en cómo solucionar las cosas con Ilia, en cómo acercarse a él que no notó que lo fotografiaban. 

Lejos estaba de sospechar que Yulia estaba en el café y tomó una selfie con él  sus espaldas pidiendo café. La foto se publicó acompañada del siguiente mensaje: “Despues de aclarar los malos entendidos estamos juntos de nuevo. P.d. ¿les gusta mi pulcera? La hicieron a mano para mi”.

Ilia lo vio una hora más tarde y dejó caer el teléfono en la cama tras leerlo. Se acurrucó y no salió de su habitación en el resto del dia, tener el corazón roto era una mierda

P.D. Me encantasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora