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Marcos observó el mensaje en su teléfono. Había intentado comunicarse los últimos dos días con Ilia pero no iba bien. El primer día no le respondió ni un solo mensaje, ni siquiera los vio. Pero el segundo, cuando por fin respondió fue un "no pasa nada, todo está bien". Lo invitó a salir para tantear el terreno pero como esperaba Ilia lo evitó tajantemente. O estaba muy ocupado, ya tenía planes o tenía que estar al pendiente de otro asunto. Frustrado, lanzó el teléfono a la cama y se pasó la mano por el cabello, jalándolo hacia atrás con más fuerza de lo normal.

—Demonios—. Masculló.

—¿Estás bien?— su madre le llamó desde la puerta, iba pasando y lo vio lanzar el teléfono, por lo que se preocupó.

Marcos vio a su mama y se pensó qué contestarle, ella había sido la primera en advertirle que no hiciera llorar a Ilia, cómo iba a decirle que lo había hecho enojar ¿sin saber exactamente cómo?

—No me mires así, soy tu madre, no voy a comerte ¿Qué hiciste?— preguntó con voz tranquila. Viendo a su hijo mirarla como si fuera a arrancarle la cabeza si le decía qué pasaba pensó que era la mejor forma de hacerlo hablar.

—Ah...— suspiró— Ilia y yo peleamos, pero no estoy seguro de por qué fue exactamente, es decir tengo una idea pero aunque creí que lo aclare, no funcionó.

—¿Qué pasó exactamente?— frunció el ceño, su hijo era un poco idiota pero no al grado de no saber cómo había hecho enojar al chico que pretendía.

—Estábamos bien ayer al principio de la fiesta, luego nos separamos un momento y cuando lo volví a ver ya estaba desanimado. Me dijo que un chico con el que salí un par de veces le dijo que se alejara de su novio, o sea yo. Pero nosotros jamás fuimos novios. Él me envió regalos por un año y de alguna forma creí que podríamos congeniar si nos conocíamos pero no fue así. Le expliqué a Ilia que nosotros solo nos habíamos visto un par de veces y que al no congeniar nos habíamos separado, también le mostré mi conversación con el otro chico para que viera que lo había bloqueado y que solo habían sido un par de citas pero, las cosas no mejoraron del todo. Estuvo conmigo toda la cita pero como si no estuviera, estaba desanimado y después de eso me ha estado evitando.

La madre de Marcos se quedó pensativa unos momentos, contemplando las posibilidades hasta que creyó llegar a una viable.

—¿Será que se sintió identificado?

—¿Con el otro chico?— no veía cómo.

—Sí, claro. Le dijiste que ese chico no era importante, que solo habían salido un par de veces y le mostraste cómo lo bloqueaste y básicamente expulsaste de tu vida, a un chico que se dedicó a ti por un año entero. ¿Cómo crees que eso lo hace sentir? Si así botaste a alguien que te dedico tanto ¿qué le espera a él? ¿no has salido con el solo un par de veces también?

—No estoy seguro de que el sepa que Yulia me pretendió durante un año...

—Pues si le reclamó que se alejara de su novio muy probablemente se lo dijo y aunque no lo hubiera hecho, igual eso lo pondría ya no por debajo del otro chico sino al mismo nivel, como sea el resultado aún es malo.

—¿Crees que pueda ser eso?— preguntó preocupado.

—Bueno— se encogió de hombros— es lo único en lo que puedo pensar.

—Y entonces ¿qué hago? No me contesta las llamadas y en mensajes sólo lo hace para rechazarme...

—¿No vive al lado? Ve a buscarlo y ya.

—¿Y qué le digo? No creo haber actuado mal... ¿cómo demonios le digo que Yulia y él son dos casos completamente diferentes sin sonar como una mierda y empeorar las cosas?

P.D. Me encantasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora