Más que ayer, pero menos que mañana

Perdiendo el control

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Charles Woods.

En mi departamento. Jennifer está a lado mío. Bajo las sábanas, ambos estábamos totalmente desnudos, nuestros cuerpos expuestos el uno con el otro, su temperatura se mezclaba con la mía.

Era la tercera vez que teníamos sexo. Seguía con mis "probaditas", pronto me aburriré de estos encuentros furtivos, me conozco totalmente.

–¿Has sabido algo de Kloe? –me cuestiona, sus ojos son grandes y hermosos.

–Está bien. Sigue en Covintong. –afirmo.

Debo mantenerla tranquila, no debe saber el estado de Kloe.

–¿De verdad? –me cuestiona con la mirada. Que interesante puchero hace con los labios.

Debo distraerla.

–Por supuesto. –declaro.

Creo que he logrado convencerla. Se ve más tranquila.

–Qué simpático cofre. –afirma señalándolo con el dedo.

–Es la herencia de mi abuelo. –me burlo de ese trozo de basura.

–¿Qué contiene? –interroga de manera suspicaz.

–Estúpidas cartas.

–¿Las leíste?

–Es una pérdida de tiempo.

–Deberías leerlas, quizás contiene algo interesante.

Comienzo a irritarme.

–Lo dudo, es mierda.

–Pero...

Quiso debatir algo más. Es una mujer inteligente y puede ser realmente molesta cuando quiere. Me acerco a ella y le callo la boca con un suave beso de mis labios. Ella corresponde el gesto sin resistirse demasiado. La traigo loca. Lo sé. Lo siento en la manera en la que se deja llevar por mi lujuria, la soltura de su cuerpo cuando la toco, la quemo. Decido hacerla mía, de esa forma no volverá a preguntarme por Kloe ni por ese estúpido trozo de madera del cual planeo deshacerme pronto.

Lizzie Woods.

Sentada en una de mis aburridas clases. El maestro es tan lento y fastidioso, tartamudea demasiado, al principio eso era gracioso, pero justo ahora es aburrido tanto que, he tenido que abrir mi celular para no aburrirme. Bostezo, un poco más y me quedaré dormida.

–Empezaremos con las presentaciones. –afirma Mr. Clent.

‹‹ ¡Al fin! ›› pienso totalmente emocionada y palmoteo desde mi lugar.

–Se... señor Wills, al fren...te. –llama el profesor.

Yo le sigo con la mirada. Desde esa fiesta, nos hemos declarado la guerra. No debió meterse conmigo. Soy experta en hacerle la vida de cuadritos a la gente y si no me creen que le pregunten a mi hermana mayor: Kloe.

El estúpido y atractivo hombre, –le tengo un odio especial por ser apuesto, –se posiciona frente a la clase. Comenzará a desplegar sus diapositivas, intento contener mi infantil emoción.

–El derecho jurídico...–comienza a explicar con su espectacular y gruesa voz.

Le pide a alguien de su equipo que cambie a la siguiente página. La clase comienza a echarse a reír, frente a la pantalla hay una foto de él en calzoncillos, vergonzosa.