fifty three

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Rubius infló sus mejillas, se agachó y desde las piernas cargó a Quackity llevándolo a su habitación.

-¡¿Oye idiota, qué crees que haces!?

Lo tiró en la cama y se le puso en frente, las piernas de Quackity quedaron a cada costado del rubio; -voy a hacerte feliz, para que dejes de llorar, y no lo hagas nunca más.

-Llorar de vez en cuando está bien.

Rubius sonrió un poco triste, sus dedos se pasaron por el cuerpo de Quackity, dándole caricias que de vez en cuando le erizaban la piel. -Sí, pero sólo si después te sientes mejor.

Se le acercó hasta besarlo.

E Quackity trató de evitarlo, pero en este tipo de cosas Rubius solía ser controlador y algo agresivo.

𝗦𝗼𝗿𝗱𝖾𝗋𝖺 | LᴜᴄᴋɪᴛʏDonde viven las historias. Descúbrelo ahora