ninety eight

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-Hey.

Rubius escuchó su voz y sintió odio. No hacia el chico, sino hacia él mismo; -hola, amigo.

Lolito se sentó a su lado, estaban en un parque en algún lugar cerca de la casa del rubio. - ¿Cómo has estado?

-No lo sé, la verdad justo ahora no me siento bien.

Un chico llamó desde el puesto de aguas frescas que estaba en una esquina; ¡Vámonos! Le gritó.

-Quizá yo pueda ayudarte a sentir mejor ..- dijo el oji-verde tomándole la mano e ignorando por completo a Mangel.

Rubius apartó su mano lentamente, no esperaba encontrar al chico ahí, pero sinceramente, esperaba no encontrarlo nunca más; -diría que es tu culpa que me encuentre así, pero no fue tuya, fue mía- respondió sintiendo como la rabia se acumulaba en su pecho.

-Lo siento... Supongo.

-Realmente lo amaba, a veces pienso en lo tóxica que fue nuestra relación, y me pregunto, ¿por qué lo amo tanto?- dijo Rubius más para sí mismo que para Lolito, -jamás entenderé este vacío que me inunda desde que se fue.

Ahora le parecía un poco incómodo, pues había ido con las intenciones de obtener una cita, y parecía ser recriminado por él; -si es para ti, volverá.

-En eso tienes razón. El problema es que yo nací para él, pero él no nació para mí.

Mangel volvió a gritarle a Lolito, esta vez lo apuró. Lolito no tuvo otra opción más que irse. A pesar de no querer dejar solo a Rubius, tampoco podía hacer nada por él.

-Lo siento, nos vemos.

𝗦𝗼𝗿𝗱𝖾𝗋𝖺 | LᴜᴄᴋɪᴛʏDonde viven las historias. Descúbrelo ahora