En donde Juan esta enamorado de Spreen. Pero el no quiere lastimar a Juan, así que lo rechaza y Auron lo consuela, haciendo que el argentino se ponga celoso y quiera tener toda la atención de Juan en el.
-Es mi primer historia, cualquier Consejo xf...
Juan, el hechicero Supremo y guardián de las dimensiones, su primer amor fue Rubí, una hermosa osa o oso que realmente a Juan le había gustado mucho, lamentablemente ella había desaparecido no sin antes romper su matrimonio con Juan
El de gafas había quedado devastado ante eso, trato de animarse y olvidarla estando con diferentes personas pero no funcionó, hasta que llegó aquel híbrido de oso tan atractivo para el, lentes oscuros, cabellera azabache, su uniforme de trabajo que lo hacia lucir realmente dominante y sus brazos... Dios, quería que lo ahorcara con una de sus manos
No es que el fuera alguien masoquista, no, para nada, solo que Spreen y su personalidad hacia que el quisiera eso, todo era culpa de ese argentino tan atractivo para el
Lastimosamente el de acento argentino había rechazado cruelmente sus sentimientos, eso había hecho que el hechicero llorara como si no hubiera un mañana, gracias a los Dioses del todo Auron lo a estado ayudando y consolando todos los días
Este día no era la excepción...
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El hechicero se estaba levantando de poco a poco debido a los ruidos que estaban en la planta baja de su santuario, se levantó perezosamente y fue hacia donde se escuchaba los ruidos, no sin antes arreglarse un poco y ponerse los lentes, traía puesto una sudadera rosa junto a un short y zapatos blancos, obviamente traía su bandana roja, esa no podía olvidarse.
Al ya estar ahí pudo ver a Auron vestido de una sudadera naranja, pantalón de mezclilla azul y zapatos negros.
—Hombre Juano! Listo para salir hoy?- Se acercó a el más bajo y lo tomó de la mano
—Chinga tu madre Auron, me asustaste, pensé que me estaban robando cabron- Se molestó un poco por la visita tan temprano, seguía con sueño ya que en la noche no pudo dormir, seguía llorando por Spreen.
—Perdon tio pero esque recuerda que tienes que despejarte, no quieres olvidar al oso ese?- Sonrió con malicia, realmente quería el bien de Juan, y que no mejor olvidando al que le gusta?
—Pues- Si pero no e comido nada...- Hizo un pequeño puchero, se acababa de despertar y eso creo que se notaba por su cabello mal acomodado, además que tenía los ojos rojos pero eso era por llorar tanto en la noche
El de mechón naranja se lo pensó un poco pero al final decidio ir a comer en la polleria de Spreen, no tendría nada de malo dar celos, o si?
—Bueno entonces vamos a comer, gafas- Empezó a caminar en dirección a la salida, tenía un plan.
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