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Shigeo no podía sentirse más inquieto esa mañana.

El revoltijo de emociones cada que recordaba el haberse relacionado de forma íntima con un completo extraño seguía estando allí, poniéndole el mundo de cabeza al mínimo desliz. El engaño de Tsubomi continuaba latente, sumándose a esa avasalladora odisea interna, arrancándole alguna que otra lágrima cada que se hallaba a solas. Y, para rematar todo aquello, Ritsu había permanecido callado después de que le viera llegar en un estado así de miserable ese día, y no es como si él hubiera tenido la valentía de sacarlo a colación.

Quizás pudo haberlo olvidado o intentado sacar conclusiones por su cuenta, encontrar ese motivo clave que sirva de explicación por haberlo visto llegar en semejantes condiciones, y encima con una prenda de ropa que no era suya.

Suspiró. Acaso no eran demasiadas cosas sucediendo a la vez? acaso nadie se iba a apiadar de un joven que aún estaba en sus plenos dieciocho años?

─Hermano─le escuchó decir de repente, haciéndole saber con un gesto que tenía su completa atención─. Sucedió algo con Takane? discutieron o... algo así?

Casi de forma espontánea Shigeo deseó que el recorrido terminara mucho más pronto de lo previsto; en qué momento se le ocurrió aceptar que le acompañara hasta su trabajo?

Y es que, sea como fuera, sentía que no podía dejarle sin una respuesta, y menos después de reconocer esa preocupación mal oculta en su tono de voz. Tampoco conseguía mucho manteniéndolo para sí, puesto que su hermano asistía al mismo pre-universitario que Tsubomi, por lo cual no le sorprendería que ella le fuera con la noticia... si es que aún le seguía importando, claro.

─Ojalá hubiera sido tan sencillo como lo es una discusión... ─inició no muy seguro, porque aunque tuviera la cabeza en otro lado, aquella ruptura continuaba fresca y seguía doliendo de la misma manera─. Ella... me engañó, Ritsu. Hay unas fotos que lo comprueban, y... sabes? me inquieta no saber durante cuánto tiempo llevaba viéndome la cara de idiota.

Su hermano le observó de soslayo, luciendo algo arrepentido por haberle hecho hablar de eso. Aún así, la sorpresa de descubrir el motivo no se manifestó en él en ningún momento, como si lo hubiera esperado... o lo hubiera visto venir; ahora más que nunca sopesaba el hecho de que ni él ni su familia aceptaban a Tsubomi como su pareja, mostrándose cordiales con ella más por consideración a él que por otra cosa.

Y si todos habían intentado decírselo y él prefirió como un estúpido aferrarse a la venda que hasta entonces cubría sus ojos? todo este tiempo habían estado en lo cierto, aunque admitirlo no lo hacía más fácil de digerir...

─Y ella no ha hablado contigo?─«no ha intentado siquiera buscarte?» es lo que bien sabía quiso preguntar en realidad.

─No, y no creo que sea necesario─Shigeo no pudo evitar sonar borde, como si no quisiera desperdiciar su tiempo en ella nunca más─. No debí dejar que se convirtiera en mi todo, Ritsu, yo... cometí un grave error concediéndole a ciegas ese lugar.

Su hermano claramente concordó, aunque no vio la necesidad de expresarlo en voz alta. Él más que nadie quería que terminaran, que esa relación a su juicio unilateral llegara a su fin y así su hermano mayor pudiera comenzar a vivir por fin. En el fondo sabía que le dolía como a nadie, probablemente aún quedándole lágrimas por derramar y sentimientos por desechar.

─Lo que sea me tienes aquí, de acuerdo?─colocó una mano en su hombro, sonriéndole para que tuviera la certeza de ello─. Siempre es bueno tener en quién apoyarse, hermano.

Shigeo se dispuso a responder con el mismo afecto, mas cierto recuerdo totalmente ajeno al asunto le privó siquiera de entreabrir los labios. Por lo que en cambio se limitó a asentir, despidiéndose de su hermano en cuanto llegaron a destino, viéndole perderse entre la gente desde el otro lado del cristal.

Encrucijada De Un Corazón Roto | ReiMobDonde viven las historias. Descúbrelo ahora