Seven

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Comenzaba a atardecer y no había señales de Taeyong. Se había ido por comida hace ya varias horas y Hyori comenzaba a preocuparse y hacerse preguntas a si misma.

<<¿Y si nos dejo aquí?>>

<<¿Le pasó algo?>>

<<¿Estará bien?>>

Y muchas otras más que comenzaban a atormentarla, dabia buscar la manera en la que pudiera bajar del árbol, en la que pudiera tocar el suelo sin necesidad de morir en el intento.

—Tengo una idea. —chasqueo los dedos y comenzó a observar por todos lados del árbol en busca de alguna liana lo suficientemente resistente

A pesar de estar débil, Hyori comenzó a trepar poco a poco, obteniendo así las lianas que tanto quería para poder bajar del árbol.
Llegó de nuevo a la rama donde se encontraba con su mascota y comenzó a sujetar con fuerza y haciendo nudos en esta las lianas.

—Ahora. —tomo a Silver y lo coloco dentro de su abrigo— no te sueltes

Comenzó poco a poco a descender, sujetando por lapsos aun mas fuerte y rezando para que no se rompiera.
Hyori dio un suspiro largo al llegar al suelo, acariciando la cabeza de su mascota y comenzando a caminar por donde Taeyong se había ido.

El sonido de los pajaros comenzaba a ser más fuerte una vez se adentraba más al bosque. Sus pies dolian tan solo un poco, pero miraba por donde pisar para no salir lastimada, después de todo no quería ser una carga.

Llegó a un lago, teniendo esperanzas de que fuera el mismo donde ella había habitado durante todo su vida. Pero no fue así, era un lago completamente distinto. No veía su cabaña por ningún lado.

—Estamos muy lejos de casa Silver. —miró a su huron— Vamos, debemos seguir caminando

El pequeño animal brinco de su abrigo y corrió hacia el agua, comenzando a nadar ganando unas cuantas risas por parte de su dueña.

—Olvidaba lo mucho que te encantaba el agua. —se sentó en la orilla del lago— pero no puedo entrar, no traigo algo para secarme

El animalito salió del agua todo mojado incluso su sueter. Hyori tuvo que quitarle el trozo de lana y arrojandolo a un lado para luego tomar su saco y comenzar a secarlo evitando que pudiera enfermarse.

La vista del atardecer era tan hermosa que desearia haber tenido una cámara en esos instantes y fotografiar todo el paisajes. 
Recuerdos buenos, de su familia que nunca podría olvidar, hasta que ese tragico día llegó.

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𝑺𝒘𝒆𝒆𝒕 𝒃𝒍𝒐𝒐𝒅 [𝑳𝒆𝒆 𝑻𝒂𝒆𝒚𝒐𝒏𝒈]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora