Twelve

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El sol comenzó a mostrarse por el horizonte. Hyori comenzaba a tener un millon de preguntas, sobre su vida, sobre Taeyong, lo que había sucedido esa noche y porque sentía que con él estaba más que segura.

Por unos minutos lo observó en la copa del árbol. El chico cerraba sus ojos sintiendo la suave resolana y el viento leve que golpeaba su rostro.
Hyori no podía comprender como alguien podía haber puesto ese tipo de castigos. Inmortalidad, algo que a su parecer es espantoso.

Ver morir a personas sin parar, ser testigo de las maneras más sadicas, dolorosas y en algunos casos las muertes naturales de familiares que ni el sabía que existían.
No sabía si Taeyong se mostraba de esa manera al mundo o si se escondía en los rincones del bosque.

—Watanabe. —habló él haciendo que Hyori desviara su mirada— ¿alguna vez has visto un amanecer?

Ella nego levemente. Nunca lo había hecho, usualmente los amaneceres pasaban cuando ella recolectaba las frutas de su huerto, pero nunca le había prestado atención completamente a lo que la rodeaba.

—Ven. —bajo un poco de la copa y extendió su mano en símbolo de ayuda

Hyori la tomo con suma delicadeza, siendo jalada hacia arriba jadeando del susto al estar tan arriba del árbol y a la vez tan cerca de Taeyong.
El chico podía sentir la respiración de la contraria cerca de su nariz y de sus labios, la tomó por la cintura y sabía aquellos ojos azules lo comenzaban a dominar por completo.

Se sentía diferente. Un pequeño cosquilleo se sentía en su nuca, en su pecho y en su mente. El collar estaba brillando, lo suficiente como para que ellos no se dieran cuenta.
Hyori creía que tal vez, el amuleto era señal de que Taeyong y ella estaban teniendo algo en común, y vaya que así era.

—¿Sabes porque me diste curiosidad desde primer día que te vi? —Hyori no tenía idea en absoluto, ¿que se supone que deberia contestar?

—No~ —el contrario sonrió

—Porqu~ —el sonido de los aullidos lo despistó unos segundos. Taeyong miró hacia abajo observando como la manada de lobos olfateaba cada rincon del bosque en busca de algo, miró a Hyori unos segundos y luego comenzó a buscar a la bola de pelos que tenía como mascota

—¿Donde esta Silver? —salió de su trance, comenzando a buscar con la mirada a su mascota. No había rastro de él

La castaña comenzó a estresarse, su único amigo y compañero no estaba por ningún lado y eso era preocupante.
Los latidos de su corazón estaban siendo escuchados por Taeyong perfectamente, sabía que estaba preocupada por la bola de pelos, pero se preguntaba, ¿a donde había ido?

—¡Ahí esta! —grito Hyori con fuerza

El pequeño animal olfateaba de cerca al lobo de pelaje negro quien movía su cola en símbolo de tranquilidad y amistad. No había peligro alguno.

—Vamos, es la primera vez que tu bola de pelo nos mete en problemas. —lo miró extrañado— no suelo llevarme con los lobos, son cazadores y asesinos

—Jeno no es así. —Taeyong coloco sus ojos en blanco— es un buen chico

—Eso dices, cuando un animal sigue sus instintos no hay marcha atrás. Además, no confío en él. —¿Porque no había una razón para confiar en él? Pensó Hyori

—¿Porque no? Tu le diste la orden de que me salvara. —Taeyong sonrió—

—¿Crees que Hyoyeon no le hizo lo mismo que a mi? En el bosque trato de asesinarte mientras dormías. —tenía un punto, pero sabía que cuando observo los ojos del animal de cerca no había maldad en ellos

 —tenía un punto, pero sabía que cuando observo los ojos del animal de cerca no había maldad en ellos

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Los lobos formaron un circulo alrededor de ellos. Hyori estaba detrás de Taeyong mientras que el chico la protegia tapandole con su antebrazo.

—¿Que es lo que quieren? —pregunto Taeyong, provocando que uno de los lobos gruñera y mostrara sus colmillos afilados

Habían bajado del árbol hace unos pocos minutos por idea de Hyori quien quería a Silver de nuevo en sus brazos. El chico a pesar de querer hacerla entrar en razón, supo que jamás lo haria pues era algo que ella apreciaba demasiado.

Los pelajes de los lobos a su alrededor eran completamente diferentes. Blancos, grises, negros, cafés.
Ojos rojos, amarillos, azules, verdes.

Toda su naturaleza era algo que Hyori apreciaba al maximo. Sus ojos viajaban a través de todos, hasta que su mirada se detuvo en uno de ellos.

El mismo pelaje negro que había visto entre la lluvia aquella noche en donde su vida cambio. El mismo pelaje que la acechaba entre los arbustos el día anterior.
Esos ojos color ambar lleno de enojo pero a la vez de un sinfin de emociones.

—Hola Jeno. —el pelinegro levantó un poco la nariz, olfateo y cambio su mirada durante unos segundos tal como lo había hecho la noche anterior

—No queremos problemas, solo esa bola de pelos que causa problemas al igual que su dueña. —miró a Hyori de reojo

"Están en nuestro territorio" Taeyong suspiró al escuchar esas palabras en su cabeza, sabía que lo estaban. Pero no había otra manera de salvar sus vidas debido a Hyoyeon.

—Lo sé, prometemos irnos en cuanto esa cosa regrese a las manos de Hyori. —suspiró—

"Bien, pero dejas a la chica con nosotros" todos parecieron desconcertados ante esas palabras. Todos los lobos movían sus orejas y sus vistas se desviaban hacia el alfa de su manada. ¿Para qué la quería ahí?

—Eso nunca, ella viene conmigo. —el alfa gruño, el pelo comenzaba a erizarse y eso no traía buenas consigo

—¿Que esta diciendo Taeyong? —preguntó ella al observar los ojos del chico que comenzaron a cambiar de color, el purpura amenzaba a toda la manada ahí presente dando escalofrios a unos cuantos pero al alfa sin siquiera moverle un musculo

—La chica es mía Doyoung, hice un lazo de sangre con ella. —el silencio se prolongó, no hubo nada de ruido. Como si el tiempo se hubiera detenido y solo estuvieran Taeyong y el alfa

"Tenemos que hablar, ahora" Claro que tenían que hablar, penso Taeyong. Se querían quedar con Hyori y eso para él, es una amenaza hacia su compañera, su futura compañera

𝑺𝒘𝒆𝒆𝒕 𝒃𝒍𝒐𝒐𝒅 [𝑳𝒆𝒆 𝑻𝒂𝒆𝒚𝒐𝒏𝒈]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora