Promesas

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Aviso a todas las unidades, se ha producido un robo con violencia cerca de la avenida 47, hay un herido por arma blanca, se busca a un varón joven, alto y de complexión delgada, seguramente vaya armado.
Otra vez, cuarto robo en la misma zona en sólo un día y eso que aún no se ha terminado. Miro a mi compañero de patrulla y contesto al aviso.

- Patrulla C2B2, habla la agente Bordonaba. Estamos cerca del lugar, en dos minutos llegamos a la zona.

- Aquí central, recibido.

No entiendo que está pasando en esta ciudad. Llegamos al lugar y vemos que en el suelo hay un hombre tirado y a un lado una mujer. Mi compañero y yo nos acercamos a ellos.

- ¿Señor se encuentra bien? Ya hemos llamado a la ambulancia, no tardará en llegar.

- Camila, ¿te has fijado? – me dice me compañero.
Mis ojos buscan algo que he pasado por alto hasta que mi mirada se para en la mujer. Tenía las medias rotas, el tirante de la camiseta estaba rasgado y tenía varios golpes y arañazos en la cara. Esto había sido algo más que un robo. Me acerco lentamente a la mujer que hasta el momento no se había movido de donde estaba.

- Señora, ¿se encuentra bien? ¿puede escucharme? – pregunté suavemente. Parecía estar aún en shock. Levanté mi mano tocando suavemente su hombro para tratar de llamar su atención. La mujer pareció reaccionar ya que levantó su mirada y posó sus ojos en mi -¿Se encuentra bien? – volví a prenguntar.

- Yo… él… él m… me ha salvado – susurró.

- Señora, ¿qué ha pasado? – pregunté en un tono suave.

- Se pondrá bien ¿no? – preguntó la mujer mirando hacía el hombre que al parecer había salvado su vida según ella. – No sé de dónde salió, yo solo regresaba del trabajo cuando ese hombre me sorprendió. Me golpeó y me arrastró hasta el callejón, pensé que me iba a… - su voz se entre cortó – pero entonces apareció él.

Estaba tomando los datos a la mujer cuando el sonido de la ambulancia nos interrumpió. Cuando llegaron atendieron al hombre para estabilizarlo mientras que otro sanitario atendía a la mujer. Me acerqué a mi compañero para saber si él había descubierto algo más.

- Rojas, la mujer me ha descrito lo que ha pasado. Al parecer alguien la asaltó y este hombre salió en su ayuda.

- Manuel –dijo Benja- el hombre se llama Manuel Aguirre. Ha recibido una puñalada en el abdomen y ha perdido mucha sangre. Si tiene suerte saldrá de esta.

- Estoy cansada de esta mierda, los casos como este no paran de aumentar. La semana pasada fueron dos mujeres y ésta ya son cinco. Creo que deberíamos hablar con nuestro superior.- Dije a la vez que me dirigía al coche patrulla para ir de vuelva a la comisaría.

Dos semanas después...

Todo el departamento de policía nos encontrábamos en la sala de reuniones, al parecer lo que parecían casos aislados de violencia en las calles resultó siendo un maníaco sexual. En total ha violado a siete mujeres, dos de ellas acabaron muertas.

El comisario nos estaba explicando el plan que habían creado para pillarle en el cual se necesitaba un gancho, y dado que el maníaco se decidía por mujeres castañas, de constitución delgada y no muy altas, yo era el gancho perfecto.

Cuando el comisario terminó de explicar el plan la gente volvió a sus puestos y yo me fui a los vestuarios. Me estaba cambiando cuando la puerta se abrió y apareció mi compañero.

- Camila, ¿podemos hablar un momento? – preguntó a la vez que cerraba la puerta tras él.

- Ahora no puedo Benja, tengo que terminar de cambiarme y comenzar el operativo.

• Relatos || Pablizza / Benjamila •Donde viven las historias. Descúbrelo ahora