Quiero tirarme en el suelo y largarme a llorar hasta que me chorreen los mocos.
¿Porque me pasan a mi estas cosas?
Nadie puede tener tanta mala suerte como yo. Pasarte cinco días sin dormir haciendo una maqueta, para cuando la tienes lista y a dos horas de entregarla, una vieja con el trasero de dos hipopótamos juntos, se sentara sobre ella, y te la vuelva porquería. Que ingrata es mi vida. ¿Y ahora quien podrá salvarme?
Abrí el baúl de mi auto, y saque de él, lo que en un día fue una maqueta, sabía que ya estaba frita, muerta y enterrada en esa asignatura. Pero, al menos mostraría el cuerpo, causante del homicidio.
Quizás le daba pena al profesor. Algo que lo dudaba, si solo faltaba que anduviera en cuatro patas, para ser perro completo.
Cerré mi auto y gire sobre mis pasos, estampando me sobre un muro masculino. Y por la acera fue a rodar la maqueta más salada de la historia.
—Perdóname, no te vi —Dijo, el dueño de los ojos celestes más hermosos que había visto en mi vida. Rayos, por fin, algo bueno en este día asqueroso— Oh... ¿Esto fue culpa mía? —Pregunto, con una mirada de vergüenza y pena en su atractivo rostro, mientras levantaba el cadáver de maqueta.
No me dejo contestar, porque en un segundo tomo mi mano en la suya, y tiro de mí, comenzando a caminar a paso de trote por la acera.
— ¡Oye! —Chille entre sorprendida y asustada, al rubio comestible, si porque era rubio, y comestible, porque estaba para comérselo, y no dejar, ni la envoltura. ¿Me estaba secuestrando? — ¿A dónde me llevas? —Le pregunte tirando de mi brazo, y plantando los pies con fuerza en el suelo, logrando que él se detuviera, y me mirara.
—A mi casa, tengo que arreglar, lo que estropee —Señalando con un movimiento de cabeza la ex maqueta.
—Pe...Pero —Tartamudee como una idiota.
—Tranquila —Me dijo con una sonrisa roba bragas— Yo también estudio ingeniería en diseño industrial, no soy un secuestrador. Y me llamo Cruz Navarro.
Y así, lo conocí, y con el correr de los días, mi vida se fue llenando de color.
◆◆◆
— ¿Te quedaras en casa? —Pregunto la rubia, envolviendo su bufanda Chanel, en el cuello.
—Si —Respondió, la castaña rodeando sus piernas cubiertas, por su pantalón de pijama de lana, con sus brazos, mientras sus ojos fijos en la enorme televisión, no se perdían las andanzas de Sheldon Cooper en the Big Bang Theory.
—Con esa actitud tuya, no vas a conseguir a nadie ¿Sabes? Te quedaras solterona.
Y con esa frase como despedida, salió de casa. Dejando sola a una castaña, que corrió, como una centella hacia el teléfono más cercano, marco un número, sonrió y susurro:
—Ya se fue.
Pero tanto color se volvió gris, un año después.
Sus botas se hundían en la nieve, sus pasos eran imprecisos y torpes, por la helada, pero no le importo, corrió por el nevado parque, con el frío colándose por sus huesos, un frío, que se evaporo, en el instante, que unos conocidos y cálidos brazos, envolvieron su estrecha cintura. Sus risas hicieron eco, mientras el, la arrastraba por la vereda de una de las pocas casas cuyo sendero no estaba cubierto por la nieve.
Sus ropas fueron cayendo marcando un sendero, mientras la nieve golpeaba en el cristal de las ventanas, y la ramas de los arboles crujían con el viento. Las calles parecían cubiertas por un manto blanco, y las pocas personas que se atrevían a caminar por ellas, parecían muñecos de trapo por las tantas capas de ropa que llevaban encima, buscando el calor…un calor que consumía a dos personas, una en los brazos de otra, piel con piel.
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• Relatos || Pablizza / Benjamila •
FanfictionRelatos o historias cortas de Pablizza o Benjamila en vidas diferentes, también puede que utilice a otros personajes que ellos hayan interpretado... 》》 • No se permitió adaptaciones, ni copias. • CC: Varias (no créditos)