Ser la hija del capataz del rancho más importante de Arizona no es fácil. Pero tampoco lo es estar enamorada de tu jefe mientras él ni siquiera sabe que existes. Llevo toda mi vida viviendo en el Rancho Rojas con mi familia.
Mi madre murió cuando yo era muy pequeña y ha sido mi padre Felipe Colombo quien se ha ocupado de mí aunque no ha sido fácil. Yo siempre he sido muy traviesa y en un sitio tan grande es fácil cometer algunas locuras.
Aunque supongo que la mayor de todas es la de seguir a todas partes al gran jefe Benjamín Rojas. Él solo es siete años mayor que yo, para mí no es una gran diferencia, pero cuando se tienen diecisiete y veinticuatro supongo que si la hay: entre ser considerada aun una niña y ser ya un adulto con responsabilidades. Además está el hecho de que a él le gustan las mujeres mientras a mí, por mucho que lo intente, no deja de verme como a una niña.
-Hija, ¿por qué no lo piensas un poco antes de decidirte?-Felipe Colombo mira a su hija que no para de perseguir al joven Rojas. Él sabe que su hija lo quiere pero también sabe que no tiene posibilidades con él porque jamás se fijaría en una niña como Camila y ella debería olvidarse de él. Tal vez si se marchara...-Es una gran oportunidad la que nos ofrece el señor Colucci. Estudiar en su academia de marketing empresarial y derecho te ayudará a encontrar una salida de aquí.
-Pero padre, es que yo no quiero irme de aquí. -Respondo refunfuñando aunque sé que en el fondo tiene razón.
-Voy a salir a dar una vuelta, vuelvo enseguida. -Y salgo corriendo mientras oigo a mi padre llamarme.
Veo a Benjamin en los corrales para potros que hay en la pradera y me dirijo a saludarlo.
Benja está observando desde la cerca a sus nuevos potros cuando su mejor empleado y amigo, Jorge Magio le llama la atención.
-Ahí viene tu sombra- le sonríe mientras le señala con la cabeza a Camila que viene corriendo por el prado.
- ¡Maldición!-Blasfema- No hay forma de quitársela de encima. ¿Cuándo entenderá que no estoy interesado en ella? Es una niña. Yo prefiero a las mujeres -Refunfuña. Pero ya es tarde porque una Camila con el rostro enrojecido y jadeante se sube a la cerca con ellos.
-Buenos días, Benja. Hola Jorge. ¿Esos son los nuevos potros?-Le sonrío aunque con eso solo consigo que frunza mas el ceño.
-Si así es, pequeña. -Dice con desgana intentando que ella se dé cuenta de que no le interesa, pero Camila solo le sonríe con una admiración que siempre le pone nervioso. Es muy linda pero es solo una niña, aunque Jorge diga que ya tiene diecisiete años y que debería ser más amable con ella pero no puedo. Por más que... no. Así que se lo dejo claro: - Por cierto, sigues tan flaca como siempre ¿es que no te alimentamos bien?
Jorge lo mira como si le hubieran salido cuernos. Su jefe nunca había sido grosero con ella. Puede que ella estuviera un poco enamorada de él y que él estuviera harto de que lo siga a todas partes pero no debería haber sido tan brusco con ella. La joven se queda pálida y sin decir nada se baja de la cerca y echa a correr hacia la casa.
-¿No crees que has sido un poco grosero con ella? Al fin y al cabo no es más que una adolescente y siempre te ha admirado.-Benja gruñe en respuesta mientras se da cuenta de que su amigo tiene razón pero ya es tarde para echarse atrás.
Camila vuelve a casa y se limpia las lágrimas que ha derramado. Siente que su corazón está roto pero se hace una promesa a sí misma: va a irse de allí como su padre le ha sugerido, pero cuando vuelva hará que Benja se ponga de rodillas. Encontrará la manera de seducirle y bajarle los humos, aunque sea lo último que haga.
Hacer ese curso de marketing le abrirá las puertas para ocupar el lugar de su padre en el rancho en el futuro y de paso estar más cerca de su objetivo: Benja.
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• Relatos || Pablizza / Benjamila •
Fiksi PenggemarRelatos o historias cortas de Pablizza o Benjamila en vidas diferentes, también puede que utilice a otros personajes que ellos hayan interpretado... 》》 • No se permitió adaptaciones, ni copias. • CC: Varias (no créditos)