Darkest Before Dawn || #2 ✔

Capítulo 9: Clueless

9. Despistado

Lucius Malfoy estaba en el porche trasero de la mansión Malfoy, apoyado en la elaborada barandilla. Para ser principios de noviembre, los jardines seguían presentando un espectacular derroche de color otoñal. Naranjas, marrones, verdes oscuros, amarillos y rosas. Los fragantes pastos otoñales y el olor a hierba cortada le atraían más que cualquier perfume.

Mientras sus ojos plateados recorrían los jardines, reflexionaba en silencio sobre asuntos más serios. Uno era el tercer bando mencionado por Rial Black. El heredero de Sirius Black había dado en el clavo perfectamente. Lo que él había defendido era exactamente lo que necesitaban. Con gente como Albus Dumbledore y James Potter en la Luz no había forma de que Lucius les ayudara. Al mismo tiempo, deseaba que Draco evitara la vida que se había visto obligado a llevar.

Lucius Alexander Abraxas Malfoy era la personificación de la clase y el poder de los sangre pura. Era todo lo que se esperaba de un Lord sangre pura y más. El control perfecto de sus expresiones, su aspecto impecable, su elegancia culta y su refinamiento lo definían. Sin embargo, había hecho lo único que ningún Lord de sangre pura había hecho jamás.

Lucius amaba incondicionalmente a su heredero. Draco era todo lo que él había sido a esa edad, con la diferencia vital de que no había crecido sabiendo que tendría que servir a un demente Señor Oscuro. Lucius había mimado a su hijo casi hasta la saciedad cuando era niño, y sólo se dio cuenta del error cuando empezó a ir al colegio. Draco había sido su fuente de amor, risas y buenos recuerdos durante los últimos quince años. Para Lucius, la idea de que Draco, elegante y cariñoso, se viera obligado a servir a un mestizo que se comportaba como un sangre pura era algo repugnante, no honorable.

Fue sacado de sus pensamientos cuando un elfo apareció detrás de él con un chasquido. Se giró y sonrió. Era Dobby, uno de sus elfos domésticos favoritos. Dobby había tenido el honor de seguir a un joven Draco y le había traído a Lucius muchas historias divertidas hasta el día en que Draco cumplió diez años. Después había servido a Narcissa hasta su muerte el verano pasado.

Para muchos era una extraña coincidencia que la misma viruela de dragón que había matado a su tío Abraxas Malfoy también hubiera acabado con la encantadora Narcissa, antes una Black. Los enemigos de Lucius habían sugerido maliciosamente que no era ninguna coincidencia. Lucius había destruido fríamente esa opinión con el ácido comentario de que difícilmente se arriesgaría a sí mismo o a su heredero con algo tan peligroso como la viruela de dragón.

La muerte de Abraxas a los veinte años había sido un alivio. El mayor de los Malfoy casi había destruido el nombre y el respeto de su familia. Lo que había hecho realmente feliz al joven Lucius con la muerte de su tío había sido la sensación de venganza. Abraxas había matado a la querida madre de Lucius, Lady Belladonna Elpis Malfoy.

Belladonna había sido una mujer elegante de ascendencia griega. Era gentil y dulce y amaba a Lucius, siendo mucho más cariñosa con su hijo que con su Señor. Nunca había aprobado al Señor Tenebroso, aunque sus opiniones se mantenían en secreto con su hijo. Lucius tenía dieciséis años cuando ella murió. Se decía que se había caído por las escaleras del ala norte. Lucius había quedado destrozado. Lo habían traído de la escuela el día del funeral y lo habían devuelto esa misma tarde.

Por eso Lucius había sentido poca pena y mucha amarga satisfacción cuando su tío había muerto de algo tan insignificante como un ataque feroz de viruela de dragón. Lucius había necesitado diez años y un matrimonio con una mujer de una familia bien educada para restaurar su nombre. Lucius casi se estremeció al oír esto último. El matrimonio entre él y Narcissa Black había sido por conveniencia y ella lo sabía. Suponía que había tenido suerte, Narcissa había adorado a Draco. Podría haber sido horrible con el niño creado por obligación y no por amor.