1. Recuerdos
Era una bochornosa tarde de finales de julio, de esas que piden a gritos una camiseta, unos pantalones cortos y un vaso de zumo de calabaza frío. La figura sentada en un balcón hacía tiempo que había caído en esa tentación. Tenía los ojos cerrados y estaba recostado en una silla, con la piel transformada de una palidez fantasmal a un ligero bronceado dorado. El pelo negro y liso brillaba con salud y le caía hasta los lóbulos de las orejas, normalmente recogido detrás de una de ellas.
Sus rasgos aristocráticos sólo se veían empañados por el largo tatuaje que tenía en el lado izquierdo de la cara. Era una serpiente que brillaba con una mezcla de negro y verde oscuro bajo el sol poniente. La cabeza de la serpiente se extendía a lo largo del inicio de su pómulo y se enroscaba alrededor de su oreja y bajaba por el hueco de su garganta. La punta de la cola estaba en la clavícula. Parecía tallada en su piel.
Abrió los ojos esmeralda oscuros y se incorporó con un suspiro. Rial Black miró el sol poniente con nostalgia; le gustaba sentarse aquí y tomar el sol. Este verano había sido muy diferente a los últimos quince años. Por una vez no tenía que preocuparse de que su gemelo le siguiera la pista y le insultara, ni temía que le llevaran a comer con la familia. Podía ser él mismo.
Rial no echaba de menos la casa de la familia Potter en lo más mínimo. Zachary era bienvenido a su dormitorio; tenía una pequeña suite de habitaciones para su uso, incluyendo su propio laboratorio de Pociones en miniatura. Había estado casi mareado de emoción y alegría cuando su padre Sirius le había enseñado la habitación. Estaba decidido a aumentar sus habilidades y conocimientos de Pociones; era su asignatura favorita en Hogwarts.
Sonrió al pensar en lo mucho que había cambiado en un año. El año pasado por estas fechas le llamaban Harry Potter, el gemelo pequeño del famoso Zachary Potter, el "Niño que vivió". Había sido ignorado toda su vida en favor de su gemelo mayor, hasta el punto de que su padre, James Potter, había suprimido su magia para evitar que fuera a la escuela.
Aquel verano rompió el encantamiento de James y asistió por primera vez a Hogwarts en cuarto curso. Se había hecho amigo de Draco Malfoy y lo habían seleccionado en la casa de Slytherin, donde enseguida hizo tres amigos más. Blaise Zabini, Torian Lestrange y Pansy Parkinson se habían unido a él en muchas travesuras y le habían ayudado a prepararse para el Torneo de los Tres Magos.
Había sido repudiado en su segundo día de colegio, y había adoptado el nombre de Rial el mismo día en que se inscribió en el Torneo. Había completado tres arduas Tareas y visto morir a un estudiante extranjero. También había visto el ascenso de Voldemort y a Zachary dejarlo morir en el cementerio.
El puño de Rial se cerró. Recordar el final del año pasado aún podía ponerlo furioso. Sin embargo, se había vengado. Ludo Bagman había cumplido y lo había nombrado Campeón de los Tres Magos. La Copa estaba abajo, en una vitrina del salón. También había recibido un premio de 500 galeones.
Cuando empezaron las vacaciones de verano, esperaba que Sirius le guardara el dinero en una caja fuerte cuando cumpliera dieciocho años. Para su sorpresa, Sirius le había dado rienda suelta sobre cómo utilizar el dinero, aconsejándole únicamente que lo gastara con cuidado y que pensara bien sus compras. Rial había guardado la mitad en una caja fuerte. Pensaba utilizar el resto para comprar material escolar, algunos libros de lectura ligera y tal vez una escoba nueva.
El año anterior, Draco le había dicho que quería que entrara en el equipo de quidditch de Slytherin. Según el rubio sangre pura, era ridículamente ligero y sabía que sus reflejos rozaban lo extremo. Le había sido útil para evitar a su hermanastro. Sin embargo, le vino a la cabeza el recuerdo de la última vez que había visto a Draco y se resistió a sonrojarse.
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Darkest Before Dawn || #2 ✔
Fanfic(Traducción) Tras el final del Torneo de los Tres Magos, Rial Black vuelve a Hogwarts para cursar 5º curso. Él y sus amigos tienen que enfrentarse a Umbridge, a los prejuicios y a los problemas normales junto con un Señor Oscuro. En el camino, Rial...