Darkest Before Dawn || #2 ✔

Capítulo 31: Of Dark Lords & Potion Masters

31. De Señores Oscuros & Maestros de Pociones

Torian Lestrange se movió enérgicamente a través de las rejas del último escondite del Señor Oscuro, resistiendo una sonrisa de satisfacción al recordar cuántas veces la Orden del Fénix no había conseguido más que empujarle a una nueva trinchera. Mientras tanto, el Custodis Pondera había estado avanzando de una forma lenta y sigilosa que el propio Salazar Slytherin habría aprobado. Si tenía éxito en su reunión privada de hoy con Voldemort, estarían planeando una forma de hacer lo que la Orden no podía y librar al mundo de un hipócrita psicótico.

Él, Torian Rodolphus Lestrange, desempeñaría un papel decisivo en la realización de este acontecimiento. A Torian sólo le importaba esto porque ayudaría enormemente a borrar la mancha que sus padres habían hecho aparecer en su linaje familiar. El lema de su familia era Orgullo y Respeto, pero sus padres no habían hecho nada para apoyarlo. En cuanto reclamara oficialmente el Señorío, dentro de dos semanas, borraría a sus padres y al hermano muerto de su padre del árbol genealógico. Luego se dedicaría a otras cosas, si el Destino se lo permitía.

Torian sabía que había muchas probabilidades de que lo mataran en el proceso de librar al mundo mágico de Voldemort. Era un precio que estaba dispuesto a pagar si con ello limpiaba el nombre de su familia. Al fin y al cabo, era un Slytherin, y un Slytherin no hacía nada gratis. Y lo que era más importante, participar en la muerte de Voldemort sería una dulce forma de venganza contra los responsables de la muerte de su abuelo.

Su rostro se entristeció momentáneamente al recordar que no uno, sino dos de los hereai habían muerto. Había sido durante una reunión del Custodis Pondera el mes anterior cuando la oficina de Aurores había llamado a Severus Snape para informarle de la muerte de su padre Lucien. Las pruebas apuntaban al hecho innegable de que el anciano Lord había sido asesinado por mortífagos, aunque, al parecer, Lucien había dado mucha guerra. Torian no se sorprendió; el viejo sangre pura que había dado nombre a Lucius Malfoy era uno de los magos más poderosos de su generación.

El último de los hereai que quedaba era el propio padre de Lucius, Varian. Hacía tres semanas que no tenían noticias del patriarca de la familia Malfoy, pero según Lucius estaba conmocionado y entristecido por la pérdida de sus dos amigos y camaradas. El rostro de Torian volvió a endurecerse, nada le gustaría más que saber qué mortífagos habían conseguido matar a Lucien. Nunca había visto tanta emoción en el rostro de Severus como cuando se enteró del asesinato de su padre.

Alisándose la cara con gran esfuerzo, despejó la mente y entró en la modesta finca de dos plantas en la que Voldemort se veía obligado a celebrar la corte. No era ni de lejos tan impresionante como algunas de sus anteriores moradas y, por la naturaleza melancólica y el temperamento violento del llamado Señor, él también lo sabía. Su crueldad de las últimas semanas lo había compensado. Torian había asistido ya a tres reuniones, cada una de las cuales había sido progresivamente más violenta que la anterior. Lucius y Severus habían salido justo a tiempo, al parecer.

Se detuvo de repente, sorprendido, ante la visión que recibió sus ojos en el vestíbulo. Sentado de rodillas en el frío suelo de mármol estaba nada menos que Varian Malfoy. Estaba atado al suelo con lazos mágicos de color rojo sangre, y su aspecto, normalmente elegante, estaba desaliñado. Había desgarros en la tela de sus pantalones manchados de rojo, y donde la sangre era más antigua la tela se había vuelto de un color negro costroso.

Apenas había nada de su pálida piel que no estuviera muy magullado o sangrante, su nariz y su brazo estaban evidentemente rotos.

Torian avanzó lentamente y miró a su alrededor. Al no ver al Señor Oscuro a la vista, extrajo con cuidado su medallón y lo presionó contra la palma de la mano de Varian tras retirarlo de la cuerda. "Si puedes liberarte, pulsa esto. La llave de puerto te llevará a un lugar seguro", susurró Torian. Al oír pasos, se enderezó, se dirigió a la parte delantera de la gran silla y se arrodilló, con los ojos en el suelo.