Sedúceme: 25

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—¿qué? Mierda, ¿vas a estar ahí riendote toda la noche?. Le pregunto Orson. Se acomodo el smoking blanco que Catalina había elegido para él.

—¿ella escogió el traje?. Le preguntó Jean. Y sí, se reía escandalosamente sólo para molestar a Orson. Desactivo la alarma del auto. Llevaban esperando por ellas afuera desde más de diez minutos.

—sí. Contestó Orson. Se frotó las manos. Invierno había empezado desde hace mucho en Kingston

—esta lindo…. Se burló él.

—el tuyo tampoco está mejor.

—Tn tiene mejor gusto. Se defendió Jean. Él traía un smoking negro que lo hacía ver guapísimo.

—no, no lo creo… si esta conmigo es porque debe tener muy mal gusto.

—imbécil…

—idiota…

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—¿te das cuenta que nos están esperando desde hace más de diez minutos?. Le pregunto Tn. Se hecho brillo labial y se bajó el vestido, aunque este igual seguía siendo pequeño.

—ya sé, ya sé… ¡pero no encuentro el otro zapato!. Le dijo Catalina. Respiro hondo, tratando de tranquilizarse. —si tan solo pudieras preguntarle a Libardo o a Naim si es que lo han visto…

—¿broneas? No voy a salir así de la habitación, para que esos dos empiecen a hablar tonterías de mí.

—por favor…. Le rogó Catalina.

Tn ceroo los ojos. Frustrada. Sabía que terminaría haciéndole el favor. La miró.

—vale…. Abrió la puerta de la habitación y salió hasta la sala donde estaban los dos. Viendo no se que cosa en la televisión. Ambos la escucharon caminar con esos tacones altísimos que le hacían unas buenas piernas.

—uh…. Naim se volteo a mirarla  al igual que Libardo, pero este último no hizo nada exagerado. Aunque igual le gustaba mucho lo que veía. —¿a dónde te llevó guapa?. Le preguntó bromeando, sin perderse un minuto de su anatomía. Tn puso los ojos en blanco.

—¿no hay nada ahí abajo?

—aquí abajo hay mucho… nena, tú solo tienes que pedirlo…

—no idiota, abajo del sillón en donde estás.

Libardo soltó una carcajada. Naim de agachó de mala gana y logró palpar una punta fina, al parecer un tacón.

—¿quieres esto?. Le pregunto Naim, enseñándole el zapato. —ruégame.

—no te portes como un niño, ¿vale?.

—y tu no andes por ahí provocandome.

—¿provocandote?. La voz de Jean sorprendió a todo ahí adentro. Él la miró de pies a cabeza. Bueno sí, era verdad… provocaba a cualquiera. Pero era suya. Y estaba preciosa. Ese vestido le quedaba de lujo. Azul y pegado al cuerpo. Sin una manga y corto. Traía el cabello suelto, ondeado, y lo había dejado caer sobre sus hombros. Trago saliva. De un momento a otro había dejado de estar cabreado. Tn estaba tan… tan… hermosa. Se quedó sin poder hablar.

—¿ya me das el zapato?. Tn le sonrió a Naim, este se lo bdio sin decirle nada más, ella lo cogió y camino hasta donde estaba Jean. Los dos hombres que miraban la televisión no pudieron evitar observarla mientras caminaba. Definitivamente había demasiada testosterona en una sola casa. —estas guapísimo. Le dijo ella, con una bonita sonrisa. Y él no podía concentrarse en otra cosa que no fueran sus labios. Brillantes y llego nos de ese delicioso labial que él le quitaría en cualquier momento.

—t… tú… wow…. Jean trago saliva. —estas… preciosa.

—¡Tn!. Grito Catalina, desde la habitación. Tenía la puerta media abierta. —¿te molestaría dejar a Jean por un maldito momento y venir?

Tn soltó un risa que logró hacer que Jean sonrían también.

—espérame. Le susurro en el oído, haciendo que la ereccion de Jean terminará de formarse entre sus pantalones. Esa noche iba ser brutal.

Capítulo 25 arriba, espero que les guste mucho con demasiado bye bye ❤️❤️

Sedúceme (JeanCarlo León y tú) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora