Fake God || Scaramouche y tu

Capitulo 8

El fatui suspiró girando sobre sus talones renunciando a su orgullo.

—Tn...

—Te he dicho salgas de aquí—dijo ella apretando sus puños y él negó en silencio—Kunikuzushi vete.

Él fatui suspiró sentándose al lado de la otra fatui que temblaba mientras su piel palidecía por su pérdida de sangre.

—Esc-

—Vete,no quiero desangrarme...—dijo ella negando y el suspiro agachando su rostro.

—¿Por que no quieres?¿Hay alguna otra razón a esto?

Ella se quedó en silencio.

—Tn porfavor...—rogó el y ella levantó su rostro lleno de lágrimas dejándole helado.

—No quiero me veas—dijo ella negando con lágrimas—Prefiero morir.

—¿Que?—dijo el exhaltado—Tn no soy un perturbado o algo por él es-

—Lo se—asintio ella—Pero no quiero,me da...miedo.

—¿Miedo?—preguntó el preocupado por las palabras de ella.

Ella asintio dando un gimoteo de dolor presionando su abdomen alarmándole.

—Soy horrible—dijo ella con un nudo en el cuello—Es...horrible...

El suspiro y apretó la mano de ella desviando su mirada.

—Esta bien...no eres horrible Tn,no tengo que verlo pero sé que no eres horrible ¿si?Anda mujer...

Ella negó eufórica.

—Creeme.

El negó manteniendo contacto visual con la joven que tragó en seco.

—Déjame ayudarte —pidió el—No te preguntaré nada te lo prometo y nada me va a parecer horrible de verdad.

Ella movió sus manos nerviosas apretando la de él.

—¿Me lo prometes?—pregunto ella nerviosa y el asintio—¿Sin mentir?

—soy muchas cosas no mentiroso—afirmó el ladeando su cabeza mirándola.

La joven asintio adolorida posando sus manos en su camiseta nerviosa mientras desviaba su mirada a él que entreabrió sus labios y tapó sus ojos con su gorro para dejarla quitárselo sin la mirada de el sobre ella.

Ella suspiró nerviosa y levantó su camiseta sobre ella viendo la horrible herida de su abdomen que la provocó otra fuerte punzada que la hizo retorcerse de dolor.

—¿Puedo?—pregunto el preocupado y ella asintio mientras él levantaba su vista y se quitaba su sombrero mirándola.

Los ojos de él se veía sorprendido al ver la cantidad de heridas que presentaba la chica en su pálido cuerpo y las marcas de sus brazos iguales a las de Morax.

Sus brazos estaban llenos de marcas de agujas y distintas heridas y cortes seguido por su abdomen igual de magullado y lleno de distintos pinchazos y grandes heridas y cortes.

El cuerpo de ella estaba rodeado por las marcas que tenía igual a su padre que a medida que ella respiraba desprendían un brillo dorado.

—Lo único que me da miedo aquí es lo fuerte que estas—dijo él intentando quitarle peso con una risilla haciéndola sonreír de lado.

—Lo se—contestó ella con una rosilla mientras él se hacía hueco entre las piernas de ella con cuidado mientras empapaba el algodón con alcohol.

—Va a doler—dijo él levantando su vista clavando sus ojos púrpura en ella—Muerde—dijo tendiéndola una toalla.