5. Reencuentro Agridulce

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*Neteyam's POV*

Esperamos a que amaneciera para iniciar nuestro viaje a Omaticaya. Debo admitir que estoy muy nervioso. Luego de enterarme de la verdad, ya no siento la misma seguridad.

¿Cuál es tu propósito en mí, Eywa?

"¿Están listos chicos?", Tsentey aterriza con su ikran frente a nosotros.

"¡Sí!", Juliana se monta en el ikran. Antes de salir, cambia su caja de oxígeno ya que la otra estaba por acabarse.

Antes de montarme, atesoro las palabras de Ikeyni. Me despido de ella con un cálido abrazo y de Nan'ti con una reverencia.

"Nunca olvidaré su ayuda.", me siento detrás de Juliana. "Prometo regresar y ponernos al día con lo que suceda.", sonrío.

"¡Hasta luego!", se despiden de nosotros y el ikran alza el vuelo.

Extrañaba observar la vegetación desde el aire. Qué increíbles vistas. Dirijo mi mirada hacia Juliana, quién está fascinada por todo el paisaje. Ni pensar que una chica tan pequeña ha sufrido tanto.

"Cuando conocí a tu padre, tenía una muy mala imagen de los avatares y la gente del cielo.", gira su cabeza para observarnos. "Luego, me di cuenta, que no todos son malos. Que dentro de tanta maldad, siempre hay un diminuto rayo de luz.", vuelve a mirar hacia alfrente.

"Aprecio mucho sus palabras.", su tono de voz expresa emoción. "Al igual que usted, amo mucho a Pandora y haría lo que sea por protegerla de mi especie."

"Con acompañar a este joven na'vi estás haciendo una inmensa diferencia.", Juliana no puede contener su sonrisa.

¡Joder! Cuánto daría por ver esa sonrisa siempre.

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Luego de un rato de vuelo, Tsentey y los chicos llegaron a su destino. Para no ser vistos por toda la aldea, se detuvieron cerca del hogar de Neteyam.

"Le das a Jake Sully saludos de mi parte.", Tsentey se despide y se dirige hacia su clan.

"¡LO HARÉ!", grita.

Juliana y Neteyam se miran a los ojos y respiran profundo. Están a pocos pasos de su ahnelado momento...

"Aquí estaré; a tu lado.", sujeta su dedo índice y él sonríe.

Ambos entran al mismo tiempo y se percatan de que hay una chica adolescente dándoles la espalda. Juliana deja ir a Neteyam y éste comienza a acercarse. Justo cuando él le iba a tocar la espalda, ella se voltea, quedando de frente a él. Ella deja caer el arco y posa sus manos sobre su boca mientras lágrimas caen sin cesar.

"Eres Tuk.", Neteyam sonríe. "¡Eres mi pequeña!", no duda en abrazarla con fuerza. "Has crecido tanto.", empieza a llorar.

"¿En serio eres tú?", acaricia su cabello. "¿Mi hermano mayor?", se miran a los ojos.

"Perdóname por tardar tanto en regresar.", limpia las lágrimas de Tuk con sus dedos.

"¡TUKTIREY!", una voz familiar los interrumpe. "¡¿Quién es ella y a quién abrazas?!", cruza sus brazos.

El corazón de Neteyam cayó a sus pies. Su cuerpo está frizado y sus manos tiemblan. Traga saliva mientras, lentamente, se gira hacia él.

"Papá...", suspira ansioso.

Las palabras no logran salir de la boca de Jake. Sus piernas empiezan a temblar y cae de rodillas. Parpadea muchas veces porque no cree lo que está viendo.

"Hijo...", extiende sus brazos y Neteyam va a abrazarlo.

Jake llora como nunca. La culpabilidad que guardaba en su corazón por no haberlo protegido lo consumía diariamente. Todas las noches soñaba con este momento, pero nunca imaginó vivirlo de nuevo.

"Ustedes me harán llorar.", Juliana susurra caminando hacia Tuk.

"Tu madre estará tan feliz de verte.", Jake le da un beso en la frente. "Voy a ir a buscarla.", se va corriendo.

Neteyam sonríe aliviado. Su familia está feliz; estaban esperando su regreso. Todos los días esperando, como si ya supieran que esto pasaría.

"¿Dónde están Lo'ak y Kiri?", se voltea para ver a Tuk.

"Están en Metkayina.", juega con su cabello. "Lo'ak se casó con Tsireya y tienen un hermoso niño llamado Ak'rey.", aplaude emocionada. "Kiri se quedó allí porque se sentía en casa y, creo, que por Rotxo también.", suelta una pequeña carcajada.

"¿Y ellos son?", Juliana se siente bien fuera de lugar.

"Nuestros hermanos.", Tuk sujeta las manos de la chica. "Son bien suavecitas.", las acaricia. "¿Te gusta mi hermano?", Juliana no puede evitar sonrojarse.

"¡Tuktirey!", Neteyam la regaña.

En ese instante, un fuerte y cálido abrazo lo toma desprevenido. Una avalancha de besos lo ataque, lo que le impide reaccionar.

"¡Gracias Gran Madre!", aprieta sus mejillas. "¡Mi bebé, mi bebé!", sus ojos amarillos vuelven a iluminarse. "¿Estás completo, verdad?", chequea cada una de sus extremidades.

"Mamá, estoy bien.", rueda sus ojos. "Eywa me trajo con bien."

"¿Y ella quién es?", su semblante cambia mientras la observa con detenimiento.

"¡Oh!", Neteyam la señala. "Es Juliana, mi amiga. Me ayudó a llegar hasta aquí."

Neytiri se acerca a ella y la examina.

"Amor, no creo que sea nece...", se sorprende al darse cuenta. "...sario."

"Te agradezco por traerlo sano.", acaricia su hombro.

"También obtuvimos ayuda del clan Tayrangi.", asiente. "Tsentey les manda saludos."

"Tsentey.", Jake ríe. "Un guerrero admirable."

Lo triste de todo, es que este momento de felicidad duraría muy poco. La llegada de un ikran muy conocido no sería una buena señal.

"¡Es el ikran de Lo'ak!", Tuk se emociona.

Sin embargo, no se trataría de él.

"¿Rotxo?", Jake pregunta confundido.

"Es Lo'ak.", respira profundo. "El Coronel lo tiene."

Renacer: Un Sueño ProfundoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora