Renacer: Un Sueño Profundo

12. Una mente corrompida no piensa, no ama y no razona.

"¿Qué hiciste qué?", Jake se queda congelado ante lo que acababa de escuchar.

"Era mi padre...", Spider habla con un nudo en la garganta. "No pensé que las cosas iban a repetirse o a empeorar."

"No sigas hablando.", Lo'ak lo observa con una mirada fulminante.

La tensión comienza a incrementar y ninguno de ellos sabe que hacer, en especial Juliana. Ella está en medio de todo esto sin saber el contexto familiar detrás de todo esto. Tuk la observa de reojo y sujeta su mano para que mantenga la calma, a pesar de que ella está igual de asustada. 

"Hijo, podemos hablarlo.", trata de acercarse. "No hay que recurrir a la violencia, si solo me quieres a mi."

"No confío en ti.", mantiene su arma cerca.

Aquellas palabras hirieron el corazón de Jake. Nunca imaginó tener que oír eso de su propia sangre, de verlo así tan herido. Jake solo buscaba lo mejor para todos. Cometió errores, sí, pero hizo lo mejor que pudo por su familia. 

"Lo'ak, solo será unos minutos.", observa a los chicos. "Nadie hará nada estúpido."

Lo'ak se pone de pie, agarra su arma y sujeta del brazo a Jake, halándolo fuera de la habitación. Spider, Tuk y Juliana se miran entre ellos y mantienen sus posiciones porque no quieren arriesgar la vida de Jake.

"Debes acompañarme a donde el Coronel si no quieres que no hayan heridos.", aclara su garganta.

"Aún puedes redimirte y abandonar toda esta locura de la venganza.", Jake no asimila la actitud de su hijo. 

"¡Ven conmigo!", su paciencia se está agotando. "Última vez que te lo diré."

"Iré.", Jake no lo pensó mucho.

Se encuentra entre la espada y la pared, sin embargo, el bienestar de sus hijos y familia es lo más que le importa en estos momentos. La única alternativa que tiene es estar cerca de Lo'ak y lograr sacarlo de ese trance en el que está, así le cueste la vida. 

"Bien.", sonríe y presiona el radio de su chaqueta. "El objetivo aceptó irse con nosotros; vengan."

"No había necesidad de llamarlos.", Jake no comprende la acción de su hijo.

De inmediato, llegan los demás soldados que están junto a Lo'ak. Se paran junto a él y éste les hace señas hacia la puerta y los otros dos sujetan a Jake. 

"También nos llevamos a los chicos, no podemos arriesgar la misión.", les ordena a que entren.

"¡NO, NO, NO, NO, NO!", Jake grita. "¡NO QUEDAMOS EN ESO!"

"Tampoco quedé en que los iba a dejar aquí.", le lanza una guiñada.

Los demás soldados sacan casi a patadas a los tres chicos. Lo'ak, satisfecho con lo que había logrado, ordena abandonar el lugar. 

"¡Lo'ak, solo me necesitas a mi!", Jake intenta en que entre en razón. "¡Déjalos ir!"

Lo'ak opta por ignorar sus reclamos y continúan su camino hacia el bosque. En el centro del bosque, se encuentran unos ikranes que, al parecer, les pertenecen a ellos. 

"La manera más discreta de llegar.", cada uno se montó con un rehén a excepción de Lo'ak. "Pass out.", con esa indicación se les fue inyectado a cada uno un tranquilizante. 

Es cierto que no forcejearon, pero es peligroso mantenerlos despiertos.  Una vez estaban bien sujetados, tomaron vuelo hacia el barco. Aunque, fueron intersectados por alguien más.

"¡NO SE LOS LLEVEN!", Neytiri no duda en acercarse a ellos. "¡MALDITOS DEMONIOS!", prepara su arco con flecha y apunta.

Sin embargo, al ver a Lo'ak junto a ellos, duda en lanzar el ataque. Es como si un escudo invisible impidiera que ella atacase. Lágrimas comenzaron a recorrer su rostro y una sensación de angustia la abruma. 

Lo'ak la señala a ella, indicando a su tropa que la derriben; acto que realizan de inmediato. Disparan varias veces hacia ella, hiriendo a su ikran. Neytiri, resignada, se deja caer junto a su ikran, desapareciendo entre las nubes.

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"¡Tenemos que irnos, ya!", Neteyam se encuentra desesperado. 

"Tranquilo Nete.", Ao'nung acaricia su hombro. "Nos iremos en el ikran ahora mismo."

Ao'nung y Neteyam salen corriendo del laboratorio directamente hacia el ikran. Kiri, Tsireya y Rotxo se dan cuenta de su movida, pero no entienden el afán de irse así tan de repente.

"¿A dónde van?", Rotxo corre hacia ellos. 

Ninguno de los dos respondió y continuaron enfocados en su objetivo. Kiri y Tsireya se acercan corriendo hacia ellos; también necesitaban una respuesta. Ao'nung y Neteyam los miran con ojos de angustia. 

"Tenemos que regresar a Omatikaya.", Ao'nung le indica al ikran que empiece a volar. "Se trata de Lo'ak."

"¡¿Lo'ak?!", Tsireya se sobresalta. "¡¿Está todo bien?!"

"No nos sigan, por favor.", Neteyam se limita a decir.

Sin responder nada más, ambos se dirigen hacia Omatikaya. Neteyam, con el corazón en la mano, se siente responsable por el camino que eligió su hermano menor. Siente que si no hubiese muerto en ese día, las cosas hubiesen sido totalmente diferentes. 

Ao'nung puede sentir como las manos de Neteyam tiemblan mientras se sujeta de su cintura. Este golpe de emociones tan repentino debe ser muy duro para él, y más con todos los años que se ha perdido. 

"Todo esto se resolverá.", trata de calmarlo. "Ahora estás aquí y sé que, tan pronto te vea, él entrará en razón."

"Espero que tengas razón.", la angustia se nota en su tono de voz.