📜 Prólogo 📜

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El casino era el área más visitada de la ciudad más grande de su región, la mayor prueba del avance que el guardián de esa ciudad estaba dando frutos, al mismo tiempo que era la cuna para hacer sus contratos que solo ayudaban a hacer más grande a su hogar...

Más últimamente se había convertido en el lugar para despejarse de su guardián luego de haber perdido contra uno de sus propios compañeros el último de sus contratos, ese hombre resultó más astuto que él, y eso lo había mantenido pensativo estos últimos tiempos, y ha tratado de despejarse jugando billar solo cuando el casino cerraba, jugando contra sí mismo pensando en lo que había hecho mal, en cómo es posible que un brujo especializado en lo espiritual le haya vencido a él, un experto cuando se trata de contratos.

Estaba tan frustrado comiéndose la cabeza pensando solo en eso, que durante días había dejado en un paro indefinido todas las reformas en las que su ciudad estaba pasando, pero es que simplemente no podía superar el hecho de haber sido vencido en su propio juego con la última persona que creyó que alguna vez lo vencería, aquel hombre con el que si no estaba meditando estaba en rutinas de yoga o en su total defecto, estaba peleando para defender su ciudad, pero jamás viéndose involucrado en un contrato.

Mismo hombre que ahora mismo estaba ignorando desde que se había presentado en el casino.

Maryoku veía a su amigo de cabello rosa y sabía que desde hace rato sintió su presencia, por más silencioso que haya entrado es obvio que sabe que está allí, solo lo está ignorando en su aún resiente molestia que le hacían tener ganar de hasta romper el palo de villar con el que estaba jugando, pero prefirió no hablarle, se mantuvo en silencio y tranquilo, tal vez dejando pasar el tiempo esperando que Miruku aceptara hablar con él o tal vez esperando que se cansara para poder confrontarlo y ambos hablar.

Alrededor de casi una hora había pasado ya para que el encargado de la ciudad central de su región suspirara derrotado y terminara caminando hacia uno de los costados del casino, como si se fuera a ir, pero solo fue a buscar otro palo de billar que le lanzó al brujo para que jugara con él, e inclinándose hacia la mesa, le empezó por fin a hablar.

−Admití mi derrota, ¿necesitas más que eso?−preguntó Miruku golpeando la bola blanca, logrando meter la en ese momento bola de color de menor número.

−Sabes que no me gusta presumir mis logros−dijo Maryoku yendo a inclinarse sobre la mesa también para golpear la bola de menor número que quedó, moviéndola hacia un costado de la mesa−me han contado que has estado ausente

−He estado unos días fuera, creo que mientras no haya una crisis pueden sobrevivir sin mí−dijo Miruku golpeando tan ligeramente esa bola de billar que uno no creería que fue todo lo que necesitó para caer en un extremo a pesar de la lejanía.

−¿Estás enojado solo porque cumplí con nuestro contrato, Miruku?−preguntó Maryoku sin moverse para tomar el turno−aprecio mucho que tu ciudad esté prosperando tanto con tus reformas, pero mi ciudad es histórica, parte de nuestra cultura, no podía dejarte hacer lo que querías

−Quería reconstruir la torre quemada de tu ciudad, lo vi como un beneficio−dijo Miruku golpeando la siguiente bola al ver que Maryoku no iba a moverse.

−Que resulta ser el sitio más histórico de allí−dijo Maryoku tratando de razonar con él−respeto el futuro que quieras darle a este lugar, es lo que quieres hacer como encargado de esta, pero el convivir entre pasado y presente es lo que yo quiero para mi ciudad

Twisted Wonderland [ Fanfic AU ] 📜 El Mercader del Mar Profundo 📜Donde viven las historias. Descúbrelo ahora